La expectativa del sector agroalimentario de las Américas en la COP 28 es que se reconozca a la agricultura como un sector particularmente vulnerable al cambio climático, estratégico para los medios de vida de millones de personas en todo el planeta, y parte de la solución a la crisis climática.
Montevideo | Todo El Campo | El sector agroalimentario de las Américas es particularmente vulnerable al cambio climático, al mismo tiempo que constituye el sostén de la seguridad alimentaria y es estratégico para los medios de vida de millones de personas en el planeta, por lo que nunca más puede estar ausente de los foros de negociaciones ambientales globales.
Poco antes del inicio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28), en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero, habló con medios de comunicación internacionales sobre el tema.
En su mensaje, reiteró el compromiso del organismo para sumarse a las iniciativas que promuevan la transformación de los sistemas agroalimentarios para enfrentar la crisis climática y al mismo tiempo generen un mayor bienestar para toda la población.
En la COP 28, foro que atraerá la atención mundial, el IICA, junto a sus 34 Estados Miembros y organizaciones aliadas de los ámbitos público y privado, instalará la Casa de la Agricultura Sostenible de las Américas. El pabellón, que el año pasado fue montado en la COP27, en Egipto, albergará las discusiones del más alto nivel sobre el rol de la agricultura regional en los esfuerzos de mitigación y adaptación al calentamiento global.
Otero enfatizó que la actividad agropecuaria tiene una responsabilidad marginal en las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero pese a ello, tanto entre los productores como en el sector público de la agricultura existe un sólido consenso sobre la importancia de actuar coordinadamente para hacer frente a la crisis climática y, al mismo tiempo, reducir los niveles de inseguridad alimentaria.
Puso el acento, además, en que el agropecuario es el único sector que puede, no solamente reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, sino también hacer una contribución fundamental a la mitigación del cambio climático, al ser un sumidero neto de carbono. Además, es fundamental para la adaptación y resiliencia frente a fenómenos meteorológicos extremos, aseveró.
“Si tomamos las emisiones por hectárea de la producción agropecuaria en general, incluyendo la deforestación, América Latina y el Caribe tienen menos emisiones, medidas en dióxido de carbono equivalente, que la Unión Europea. Esto se ha logrado con un gran esfuerzo de ciencia y tecnología y otras políticas públicas y, sobre todo, con el coraje y decisión de los productores y trabajadores de los sistemas agroalimentarios”, afirmó Otero.
AVANCES EN SOSTENIBILIDAD.
La COP28 en Dubái será un ámbito de discusión crucial sobre el presente y el futuro de los modos de producción y consumo de toda la humanidad, que reunirá a unos 70.000 líderes mundiales, entre jefes de Estado y de Gobierno, altos funcionarios nacionales, industriales, dirigentes del agro, académicos, expertos, jóvenes y representantes del sector privado y ONGs.
En ese contexto, las autoridades públicas y los productores del continente tendrán, en el pabellón del IICA y sus aliados, un escenario privilegiado para mostrar los avances hacia una mayor sostenibilidad y hacia la promoción de una agricultura regenerativa, que aplica el enfoque de Una Salud, por parte de una región decisiva para la seguridad alimentaria y la conservación ambiental en el mundo.
“América Latina y el Caribe, con su riqueza en recursos naturales es y será, bajo cualquier escenario futuro, un actor estratégico en la seguridad alimentaria y ambiental global. Esta realidad, y los desafíos que plantean los ODS y el Acuerdo de París, ha hecho que los países de la región, con el apoyo del IICA, vengan trabajando juntos en diferentes ámbitos internacionales, con el fin de presentar la perspectiva regional y coordinar posiciones y potenciar los recursos en función de intereses comunes”, explicó Otero.
La participación del IICA y sus aliados en la cita global fue aprobada formalmente durante la última Conferencia de Ministros de Agricultura de las Américas, celebrada en octubre en San José de Costa Rica.
En esa ocasión, ministros y altos funcionarios de los 34 Estados Miembros refrendaron la conformación de una alianza continental para la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible en las Américas, que propone una hoja de ruta de acciones concretas para optimizar las contribuciones de la región a la economía regional y global.
También respaldaron el trabajo del organismo como promotor de la acción colectiva y de la adopción de posiciones comunes frente a la crisis ambiental, que incluyen el reclamo firme a los países desarrollados de que el sector agropecuario acceda al financiamiento climático, ya que el costo de las transformaciones no puede ser puesto en cabeza de los productores.
VULNERABILIDAD A FENÓMENOS EXTREMOS.
Otero explicó que la expectativa del sector agroalimentario de las Américas en la COP 28 es que se reconozca que la agricultura es un sector particularmente vulnerable al cambio climático, estratégico para los medios de vida de millones de personas en todo el planeta, y es parte de la solución a la crisis climática. También, se espera que se comience a avanzar en articular los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con los objetivos de adaptación, resiliencia y mitigación del Acuerdo de París.
Otero precisó que el sector agroalimentario de América Latina y el Caribe ha aumentado significativamente su productividad en décadas recientes, con un crecimiento mínimo de la superficie dedicada a agricultura y una reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.
“Los sistemas agroalimentarios de la región –afirmó- no son fallidos, como procuran argumentar algunas narrativas. Eso no significa que no haya cosas por mejorar. Queda bastante por hacer y problemas por resolver: todavía hay unos 43 millones de personas que sufren hambre; algo más de 133 millones que no pueden acceder a una dieta saludable y más de 110 millones de adultos son obesos”.
“La alianza continental para la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible en las Américas´-concluyó- parte de la visión de que el hemisferio occidental, como mayor productor y exportador mundial de alimentos, tiene un papel central ante los desafíos globales. El sector agropecuario quiere reforzar su protagonismo, profundizar aún más el salto tecnológico apoyado en la ciencia y la innovación, y está listo para seguir alimentando a la región y al mundo en armonía con la naturaleza”.
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