Económicamente las señales no son positivas.

Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | El mundo se merece un respiro. Necesitamos un 2024 que definitivamente de vuelta la página a las malas noticias, que haga desaparecer los cisnes negros y -como se dice- enfile los astros de tal manera que las cosas comiencen a salir bien.

Las señales que recibimos no van en ese sentido positivo, por el contrario, vemos como se tensan los conflictos, las guerras se alargan en el tiempo y los escenarios bélicos se amplían.

Económicamente las señales tampoco son positivas, con una zona euro (países de la Unión Europea que tienen como moneda común el euro) en recesión, una China que se desacelera y la posibilidad de que Estados Unidos siga creciendo y generando oxígeno a la economía global.

 ALEMANIA, FRANCIA Y LA ZONA EURO.

“La desaceleración de la actividad empresarial de la zona euro se profundizó sorprendentemente en diciembre, según encuestas seguidas de cerca que indicaron que la economía del bloque está casi con certeza en recesión”, así comienza un informe de Reuters que advierte sobre el nuevo problema de la zona euro que evidentemente no se queda allí sino que repercute en todo el mundo.

Alemania, el motor europeo, como Francia, tuvieron caídas “generalizadas” y “un deterioro de la actividad en todos los sectores de servicios y manufactura”.

El Índice de Gerentes de Compras (PMI), un respetado indicador de la economía europea, advirtió que luego de la caída del 0,1% del tercer trimestre de 2023 (julio, agosto, setiembre), en el actual todos los meses ha habido una contracción de la actividad. Dos trimestres consecutivos de contracción económica, cumple con la definición técnica de recesión.

En línea con lo anterior, el Banco Central Europeo recortó el jueves sus previsiones de crecimiento para 2023 y 2024.

Alemania sigue siendo la mayor economía de Europa, pero su desaceleración “empeoró” en tanto que en Francia, que es la segunda economía de la zona euro, “la actividad disminuyó más rápido de lo esperado”, añade Reuters.

Se espera que en 2024 Alemania “apenas crezca” debido a una “demanda exterior que es débil”, y porque “los subsidios gubernamentales para la transición verde están restringidos”, además de que “las altas tasas de interés frenan la actividad”, según un reporte de Bundesbank (Banco Central alemán) de la semana pasada.

Bloomberg coincide con Reuters y anuncia que la zona euro “sucumbirá a su primera recesión desde la pandemia”, de acuerdo a una encuesta de analistas.

“Dudamos que estemos al comienzo de una recuperación”, dijo Jörg Angelé, economista de Bantleon Bank (casa bancaria con sede en Zúrich, Suiza);  agregó que “los obstáculos siguen siendo fuertes”.

Bloomberg señaló que la “debilidad” de la zona euro “está encabezada por Alemania” que “tiene dificultades para superar los problemas de su sector manufacturero. Afectado por una crisis presupuestaria y una débil demanda global, se espera que el país experimente una contracción de 0,2% en el cuarto trimestre, por encima de la caída de 0,1% proyectada inicialmente”.

ESTADOS UNIDOS.

Los datos que llegan de Estados Unidos van en un sentido diferente. A mediados de octubre, el Departamento de Comercio publicó que en el tercer trimestre del año la economía creció 4,9% interanual.

El crecimiento se sustentó por empuje de los consumidores que incrementaron sus gastos de forma importante. También aumentó el gasto público, pero bajó la inversión privada.

Observadores económicos advierten que el país igualmente debe atender los problemas de endeudamiento e inflación, entre otras amenazas al buen desempeño económico y financiero.

CNN Dinero observó que “muchos expertos coinciden que parece extremadamente improbable que la economía estadounidense retroceda en el corto plazo”, y atribuyen esa situación a “una combinación de buena suerte y buenas políticas aplicadas por la Reserva Federal”.

En el último trimestre, el producto bruto tuvo un importante crecimiento del 5,2%, con baja tasa de desempleo.

CHINA.

El 11 y 12 de diciembre Pekín fue escenario de la Conferencia Central de Trabajo Económico, un cónclave que marca el camino de la economía, el que deberá ser ratificado en marzo cuando se reúna la Asamblea Popular Nacional.

Medios chinos dijeron que la calificación de la agencia Moody’s, que redujo la economía de estable a negativa -la primera rebaja desde 2017- jugó un rol clave en la Conferencia, en especial por los riesgos de caer en desaceleración.

Moody’s corrigió a la baja el posible crecimiento chino en 2024, al 4%, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que China termine 2023 con un crecimiento del 5,4% e inicie una desaceleración en 2024 hasta el 4,6%. Más negativa es la proyección de S&P que estima un crecimiento del 2,9% en el año que está por iniciar.

Pin It on Pinterest

Compartir

Comparte este contenido en tus redes sociales!