Un sondeo realizado recientemente por Rabobank entre los agricultores australianos refleja ese temor, lleno de impotencia, porque con la naturaleza no se puede.

Montevideo | Todo El Campo | Australia ha aprendido sobre la capacidad destructora de la sequía y como pueblo inteligente no olvida la lección, pero tampoco se rinde y trabaja para salir adelante y evitar, en la medida de lo posible, volver a caer prisionero de la desazón y desesperanza que genera la falta de precipitaciones.

Lo que es difícil de superar es el temor a que vuelva a pasar teniendo en cuenta que la naturaleza se comporta de forma que parece errática, sin criterio y a puro capricho, ofreciendo una dura e implacable seca que al poco tiempo puede convertirse en inundaciones gigantescas.

Un sondeo realizado recientemente por Rabobank entre los agricultores australianos refleja ese temor, lleno de impotencia, porque con la naturaleza no se puede.

Las lluvias en algunas partes de Australia han ayudado a aumentar la confianza entre los agricultores, pero sus expectativas para el futuro se mantienen cerca de su nivel más pesimista desde 2018, mostró un sondeo, según un informe de Reuters publicado en Canberra.

Después de tres años de abundantes lluvias, el fenómeno meteorológico de El Niño trajo un clima seco y caluroso a Australia este año, reduciendo la producción de trigo y deprimiendo los precios del ganado.

Por otro lado, las lluvias recientes han ayudado a evitar nuevas pérdidas de cosechas, han elevado un poco los precios del ganado vacuno y ovino y han mejorado las perspectivas para los cultivos de verano como el sorgo.

Rabobank realizó una encuesta trimestral que implica a unos 1.000 agricultores, la cual reveló que el 14% esperaba que la economía agrícola mejorara durante el próximo año, frente al 10% de hace tres meses.

El 27% espera que las condiciones se mantengan estables y el 55% piensa que empeorarán, dijo Rabobank.

Algunos agricultores dijeron a Rabobank que esperaban precios más altos para productos como el azúcar y los productos lácteos, pero muchos otros se mostraron pesimistas sobre los precios de las materias primas y desconfiados del clima seco prolongado en un país propenso a la sequía.

De la encuesta surge que los agricultores de Victoria, Australia Occidental y Tasmania son los más pesimistas, mientras que los de Nueva Gales del Sur, Australia Meridional y Queensland los más positivos.

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