El trabajo apuntó a responder la pregunta de ¿cómo los girasoles “ven” el sol para seguirlo? y sus conclusiones fueron publicadas en una importante revista científica.

Montevideo | Todo El Campo | La Universidad de California de la ciudad de Davis (UCDavis), al norte del estado de California, publicó los resultados de un estudio que analizó el comportamiento de las plantas de girasol que generó descubrimientos que constituyeron “una sorpresa”, dijo la profesora de Biología Vegetal y autora principal del informe, Stacey Harmer (en la foto).

El trabajo apuntó a responder la pregunta de ¿cómo «ven» los girasoles al sol para seguirlo? y sus conclusiones fueron publicadas el 31 de octubre en PLOS Biology (*).

El fototropismo, o sea la capacidad de crecer hacia el lado de la luz, es una característica que tiene la mayoría de las plantas, pero lo que poseen los girasoles es heliotropismo, que es la capacidad de seguir al sol.

Los girasoles balancean sus cabezas creciendo un poco más en el lado este del tallo, empujando la cabeza hacia el oeste, durante el día y un poco más en el lado oeste por la noche, por lo que la cabeza se balancea hacia el este, explicó UC Davis.

Agrega que el laboratorio en cual Harmer se desempeña (en la Facultad de Ciencias Biológicas de UC Davis) ha demostrado previamente cómo los girasoles usan su reloj circadiano interno para anticipar la salida del sol y para coordinar la apertura de los floretes con la aparición de insectos polinizadores por la mañana.

GIRASOLES EN CÁMARAS DE CRECIMIENTO Y GIRASOLES AL AIRE LIBRE.

La novedad del trabajo fue encontrar pruebas (aun no irrefutables) que descartan el fototropismo en los girasoles.

Además de Harmen, participaron de la investigación el investigador postdoctoral Hagatop Atamian -ahora profesor asistente en la Universidad de Chapman- y el estudiante graduado Christopher Brooks. Los tres observaron qué genes se activaron en girasoles cultivados en interiores en cámaras de crecimiento de laboratorio, y en girasoles que crecían a la luz del sol al aire libre.

En la cámara, los girasoles crecían directamente hacia la luz, activando genes asociados con la fototropina. Pero las plantas cultivadas al aire libre, balanceando sus cabezas con el sol, mostraron un patrón completamente diferente de expresión génica. No hubo diferencia aparente en la fototropina entre un lado del tallo y otro.

“Parece que hemos descartado la vía de la fototropina, pero no encontramos una prueba irrefutable”, dijo Harmer.

El bloqueo de la luz azul, ultravioleta, roja o roja lejana con cajas de sombra no tuvo ningún efecto sobre la respuesta al heliotropismo. Esto muestra que es probable que haya múltiples vías, que respondan a diferentes longitudes de onda de luz, para lograr el mismo objetivo.

Cuando las plantas cultivadas en el laboratorio se trasladaron al exterior, comenzaron a rastrear el sol el primer día, dijo Harmer. Ese comportamiento fue acompañado por un estallido de expresión génica en el lado sombreado de la planta que no se repitió en los días siguientes. Eso sugiere que se está llevando a cabo algún tipo de “recableado”, sugirió.

Además de revelar vías previamente desconocidas para la detección de la luz y el crecimiento en las plantas, el descubrimiento tiene una gran relevancia, aseguró Harmer, y agregó que “las cosas que se definen en un ambiente controlado, como una cámara de crecimiento, pueden no funcionar en el mundo real”.

(*) Artículo científico publicado en PLOS Biología: Múltiples vías de señalización luminosa controlan el seguimiento solar en girasoles

Foto de la Dra. Harmer con plantas de girasol | Foto UC Davis.

Video de UC Davis.

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