“El consumo energético de ChatGPT es un llamado de atención. Al compararlo con los consumos cotidianos de hogares, fábricas y vehículos, la magnitud de su impacto ambiental se revela de manera elocuente”.
Montevideo | Todo El Campo | La inteligencia artificial deslumbra a la humanidad. Es tanto lo que se puede hacer con esa herramienta que todos miramos hacia ella encandilados con su brillo, como antes, hace algunos cientos de años, los americanos originarios se encandilaban con los espejitos y vidrios de colores que les ofrecían algunos europeos.
Lo paradójico es que eso mismo que nos maravilla también nos asusta, porque nos sentimos vulnerables ante el desarrollo vertiginoso de esa herramienta que parece no tener límites.
Por otra parte, se advierte que además de esos desafíos que vaya a saber a dónde nos llevan, el uso de la inteligencia artificial implica un importante consumo de energía, rompiendo con la sostenibilidad y el cuidado energético que tanto se reclama en todo el mundo.
Resulta que ChatGPT, esa aplicación de chatbot de inteligencia artificial desarrollado el año pasado por OpenAI, en un día consume lo mismo que 150 viviendas al año, lo que no pasa desapercibido ni es ambientalmente inocuo.
Durante su fase de entrenamiento el modelo ChatGPT-3 requirió hasta 78,437 kWh de electricidad, que es una cantidad igual al consumo eléctrico de una vivienda promedio en España durante aproximadamente 23 años.
Así de importante es el consumo de energía asociada a ChatGPT.
Un análisis de World Energy Trade compara el consumo de ChatGPT con el de otras actividades humanas.
“Si llevamos esa comparación al ámbito industrial y contrastamos el consumo de ChatGPT con el de una fábrica promedio, los números revelan una historia sorprendente. Mientras que una fábrica puede requerir 500 MWh al día, ChatGPT equipara este consumo diario”, dice el texto.
Si vamos al transporte y comparamos el consumo de ChatGPT con el de un automóvil eléctrico eficiente, “la discrepancia es asombrosa. Una sola interacción con ChatGPT podría consumir más energía que conducir un automóvil eléctrico por 500 kilómetros”.
Esos datos desencadenan “interrogantes sobre la viabilidad de las herramientas de IA en un contexto industrial que demanda eficiencia energética”. La pregunta es ¿hasta qué punto estamos dispuesto avanzar en la inteligencia artificial si tan es su costo energético y por lo tanto ambiental?
Como conclusión se señala: “El consumo energético de ChatGPT trasciende las métricas; es un llamado de atención. Al compararlo con los consumos cotidianos de hogares, fábricas y vehículos, la magnitud de su impacto ambiental se revela de manera elocuente”.
Con datos de World Energy Trade | Foto de portada Sergeitokmako – Pixabay.
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