Claves en la antesala del año electoral: La ruta para avanzar hacia el desarrollo
Montevideo | Todo El Campo | El director de Ceres, Ignacio Munyo, advirtió que “Uruguay avanza lento, pero bien orientado, aunque es clave acelerar la marcha y evitar retrocesos”, y que el próximo gobierno “no tendrá margen para aumentar el gasto ni para subir impuestos” por lo que habrá que apelar a incrementar la “eficacia del Estado”.
El economista afirmó que eso “es un gran cuello de botella para el desarrollo” y que será clave lograr un “adecuado diseño de las políticas públicas” con “buena implementación para que funcionen correctamente”.
“Uruguay arranca el año electoral con una economía con bajo crecimiento, relativamente cara y con una situación fiscal delicada”, dijo Munyo, y destacó que “el próximo gobierno debería extremar esfuerzos para lograr incorporar gerentes profesionales n cargos de alta especialización dentro el Estado”.
En la presentación de fin de año de Ceres ante sus socios, Munyo dijo que “es hora de avanzar en la calidad de un Estado que ayude, impulse, trate a las personas con justicia y dignidad, pero que jamás sustituya a la sociedad en la toma de decisiones”.
El encuentro empresarial fue este martes 28 en el Club de Golf de Punta Carretas, con la conferencia, titulada “¿Qué necesita Uruguay para avanzar en el camino del desarrollo? Reflexiones en la previa del año electoral”.
Munyo presentó un Monitor de Desarrollo de Uruguay, diseñado para comprender con ecuanimidad la situación del país en la materia. Este monitor no solo ayuda a visualizar “lo que se está haciendo”, sino también lo que se debe continuar haciendo, y a una mayor velocidad, explicó.
Advirtió que un “serio inconveniente” en ese sentido sería la eventual aprobación del plebiscito que impulsa el PIT-CNT para incluir en la Constitución un régimen único de seguridad social en manos del Estado. “El efecto dañino es muy grande”, afirmó ante unos 400 invitados.
UNA DESACELERACIÓN GLOBAL.
Dado que los factores externos ejercen una fuerte influencia en la dinámica económica de Uruguay, representando dos tercios de los movimientos de la actividad económica, el director ejecutivo de Ceres describió la tendencia tanto a nivel mundial como regional.
El mundo experimenta una «fragmentación global» debido a conflictos como la guerra en Ucrania y el enfrentamiento entre Hamás e Israel, con impacto internacional. La economía muestra una desaceleración, proyectándose un crecimiento del 3% en 2023, menor al del año anterior, y una disminución aún más pronunciada en 2024. Se anticipan precios de alimentos y petróleo estables, aunque condicionado al desarrollo del conflicto en Medio Oriente.
En el ámbito regional, destaca la transición en Argentina hacia el gobierno de Javier Milei, que se compromete con un riguroso plan de reducción del gasto equivalente al 15% del PBI, a implementar en un gobierno con minoría legislativa. En Brasil, se observa una mejor performance inflacionaria y de crecimiento, con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva apurado por concluir el acuerdo Mercosur-UE.
Estabilidad macro En medio de la incertidumbre, Uruguay demuestra una gestión macroeconómica como política de Estado, siendo apreciada por inversores y calificadoras de crédito a nivel internacional. Esta percepción favorable de los mercados se refleja en un riesgo país de 87 puntos básicos, el más bajo de la región.
No obstante, Munyo precisó que el crecimiento es “escaso” y, además, como muestra el tipo de cambio real bilateral con los principales socios comerciales, es “muy caro” para los negocios.
Por otra parte, expresó su preocupación por la evolución del déficit fiscal del país (4,4% a setiembre), el mismo que en 2019, así como por el aumento de la deuda pública (68,2% del PBI), mayor a cuatro años atrás. En ese sentido, también mencionó que en el periodo actual hubo un incremento del gasto público de 2,9%, lo que deja niveles de gasto público en el entorno del 30% del PBI, similar a lo que se tuvo en los últimos 10 años.
En preludio a la campaña electoral, afirmó que “no hay margen para aumentar el gasto ni subir impuestos”.
MONITOR DE DESARROLLO.
Durante su conferencia, Munyo presentó el Monitor de Desarrollo de Uruguay de Ceres, el cual abarca cuatro pilares de progreso multidimensional: crecimiento, bienestar, convivencia social y sostenibilidad ambiental. Este monitor exhibe la evolución de los últimos años y realiza comparaciones a nivel internacional.
Hasta mediados de la década de 1950, Uruguay se situó dentro del rango del crecimiento económico en comparación con los países que integran el Grupo Objetivo (GO), compuesto por 17 países que comparten tamaño y calidad de la democracia, y tienen un alto estándar de desarrollo humano. Sin embargo, el país gradualmente comenzó a alejarse de esa tendencia en los años subsiguientes.
En el pilar de Crecimiento (inserción internacional, inversión, crédito y capital humano), Uruguay se encuentra significativamente por debajo de este grupo de referencia.
En materia de inserción internacional, Munyo comentó que el país no ha cambiado mucho en la última década. La apertura comercial es menos de la mitad del GO.
Estimó que es posible acercarse a los países de referencia mediante la aprobación de acuerdos como el del Mercosur y la Unión Europea. Además, según estudios de CERES, sectores como las energías renovables, el riego y la pesca se destacan como áreas que podrían contribuir significativamente al aumento de la oferta exportadora.
Otro componente clave del crecimiento, como es el crédito, también enfrenta problemas debido a la falta de un mercado de capitales robusto y una excesiva regulación que genera costos elevados que limitan la rentabilidad y desincentivan el negocio.
El pilar de Bienestar (salud, vivienda e ingreso) también indica la necesidad de un esfuerzo mayor, dijo el director ejecutivo de Ceres.
Con una esperanza de vida de 78 años, el país se encuentra aproximadamente cuatro años por debajo del promedio del GO, lo que indica la necesidad de introducir mejoras.
En el caso de la pobreza, la situación que muestran las cifras es peor con relación al GO. Mientras 9,9% de la población está en una situación de pobreza, en los países comparables es apenas 1,4%.
Munyo dimensionó la “delgada línea de la pobreza”: más de 200 mil personas viven, en promedio, en condiciones similares a las de los 353 mil definidos como pobres.
El énfasis debería centrarse en la primera infancia, ya que es durante esta etapa de la vida donde se define gran parte del futuro. Es aquí donde “se juega el partido”, señaló.
La situación habitacional podría considerarse mejor que otros indicadores de bienestar, aunque esto no significa que esté exenta de problemas. Esta observación del director ejecutivo de Ceres resalta una realidad preocupante: más de 200.000 personas viven en más de 650 asentamientos.
Reconociendo las políticas para paliar el déficit habitacional, criticó la dispersión de programas que involucran hasta siete entidades públicas.
El pilar de Convivencia Social (equidad, marginalidad y seguridad) también suscita inquietud. Mientras que en el conjunto del GO, el 10% de mayores ingresos es 7,7 veces más rico que el 10% más pobre; en Uruguay esta brecha es de casi el doble.
La desigualdad educativa es motivo de preocupación para Munyo. Aunque reconoce el impacto positivo de diversas políticas, resalta la falta de coordinación entre los distintos actores institucionales, poniendo especial énfasis en la “vulnerabilidad laboral” derivada de la exposición a la automatización y la inteligencia artificial (IA).
Otra inquietud de gran magnitud, que él considera “un drama”, es la marginalidad, un componente crucial de la Convivencia Social. La tasa de 438 presos por cada 100.000 habitantes (15.000 personas) supera en más del cuádruple la realidad del GO, y resaltó que la reincidencia es del 70%.
El economista destacó la efectiva orientación de las políticas gubernamentales para abordar la liberación diaria de 26 personas, un problema social.
Reconoció que la agenda de seguridad avanza en la dirección correcta, pero al mismo tiempo señaló que el país aún se encuentra distante de la realidad del GO en este ámbito.
En la exposición de Munyo, se destacó el progreso en la sostenibilidad ambiental en la producción de energía a partir de fuentes renovables y en la reducción de emisiones netas de gases de efecto invernadero. Sin embargo, no se observa el mismo avance en la gestión de residuos plásticos, área en la que aún queda mucho por hacer.
LA EFICACIA DEL ESTADO.
Según la exposición de Munyo, se infiere que la dificultad del modelo uruguayo no reside en la orientación, sino en la velocidad.
En sus palabras, “el Estado no es operativo para salir de la inercia en la que estamos”.
Según evidencia de recientes estudios internacionales, Uruguay se enfrenta al desafío de mejorar la calidad, la confianza y la efectividad de sus normativas gubernamentales, lo cual Munyo describió como las prácticas de un “buen gobierno”.
Para superar los obstáculos, el director ejecutivo de Ceres ve con optimismo la actual reforma del Estado en marcha, la cual busca mejorar los incentivos a través de cambios en la carrera administrativa. No obstante, advirtió que estos cambios serán lentos, ya que no son fáciles de implementar.
En la misma línea, hizo alusión al proyecto de ley aprobado en Diputados que busca mejorar la coordinación y el ordenamiento de las políticas públicas dirigidas a la atención de la primera infancia, niñez y adolescencia.
Con el objetivo de abordar los problemas del Estado, Munyo propuso el plan «100 orientales», que establece puestos gerenciales profesionales para mejorar la eficacia de la administración pública.
Esta medida ayudaría a superar las deficiencias estatales en la implementación de políticas. “Es hora de avanzar en la calidad de un Estado que ayude, impulse, trate a las personas con justicia y dignidad, pero que jamás sustituya a la sociedad en la toma de decisiones”, afirmó.
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