Los avicultores deben recordar que el entorno del gallinero contiene muchos componentes peligrosos y el empleo de la mascarilla adecuada es muy importante para ellos, sus familiares y sus empleados.
Treena Hein (*) | Canadá | Todo El Campo | No siempre me pongo la mascarilla cuando entro en el gallinero. Sé que debería hacerlo, pero es un inconveniente si solo he entrado para realizar un breve trabajo y en un momento de la manada en el que nivel de polvo es bastante bajo”. Esas son las palabras de un avicultor que desea permanecer en el anonimato, lo que probablemente podría ser repetido por muchos avicultores en Canadá si se les pregunta sobre la frecuencia de ponerse la mascarilla, lo que va en detrimento de su salud.
En pocas palabras, los avicultores deben recordar que el entorno del gallinero contiene muchos componentes peligrosos y el empleo de la mascarilla adecuada es muy importante para ellos, sus familiares y sus empleados. “El daño pulmonar causado por las partículas puede ser acumulativo e irreversible, pero incluso una sola exposición puede causar daños permanentes graves”, explica Jessica De Leo, terapeuta respiratoria inscrita en la Lung Association. “La prevención es fundamental. Se deben establecer protocolos estrictos. Estoy ubicada en el norte de Alberta (provincia de Canadá) y muchos de mis pacientes son agricultores. Y aquí hay muchas enfermedades pulmonares”.
En general, la mala calidad del aire puede conducir a los avicultores a experimentar una variedad de síntomas que incluyen dolor de garganta, irritación ocular, sibilancias y dificultad para respirar. Las enfermedades respiratorias graves que pueden derivarse incluyen bronquitis crónica, asma ocupacional y fibrosis pulmonar.
El polvo es, obviamente, un gran peligro. El aire de un gallinero puede contener partículas del alimento animal, de deyecciones, de materiales de la cama, de plumas, de células de la piel de las aves en descomposición, así como hongos, toxinas y esporas de hongos, bacterias y otros microorganismos. También contiene agentes causantes de asma conocidos como tales. Y el amoníaco, como bien saben los criadores, es especialmente frecuente durante los meses de invierno y puede ser particularmente perjudicial para la salud durante los períodos de ventilación mínima.
Esto es lo que sucede cuando el polvo entra en los pulmones humanos, según explican los Centros de Salud Respiratoria de Estados Unidos. El polvo penetra en los pequeños alvéolos pulmonares en los que se produce el intercambio de oxígeno / dióxido de carbono y su superficie impide que ingrese en el torrente sanguíneo. Sin embargo, nuestros pulmones también contienen células inmunes llamadas macrófagos que eliminan las partículas de polvo que se encuentran en los alveolos y las empujan hacia arriba con la ayuda de la acción ciliar en el tracto respiratorio superior para ser expectoradas. En situaciones en las que se inhalan grandes cantidades de polvo, cualquier partícula no manipulada por la colección de macrófagos se acumula en el tejido, lo que causa daños irreversibles. Los polvos de gallinero “también contienen lo que se conoce como endotoxinas, que son toxinas de bacterias gramnegativas”, según “Respiratory Health on the Poultry Farm”, de la Universidad de Delaware. “Estas sustancias inflamatorias pueden causar fiebre por toxinas que es similar a la gripe. Los síntomas incluyen dolor de cabeza, náuseas, tos, irritación nasal, opresión en el pecho y flemas. Las endotoxinas son responsables de una serie de enfermedades agudas y crónicas relacionadas con el trabajo”.
Este trabajo también señala los muchos factores que afectan a la concentración de polvo en los gallineros, que van desde la edad de las aves y la cama, la temperatura, la humedad, el nivel de ventilación, la hora del día y la actividad de las aves. “La protección respiratoria se vuelve especialmente importante cuando los niveles de polvo aumentan en el gallinero, como sucede durante el clima más frío cuando se reduce la ventilación, con la cama acumulada y durante el período de crecimiento”.
PROTECCIÓN PERSONAL ADECUADA.
Los avicultores necesitan protegerse a sí mismos, a los miembros de su familia y, obviamente, a sus empleados. Como empleadores, los productores son responsables de suministrar las mascarillas adecuada a sus operarios y asegurarse de que se ajusten correctamente.
Los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos tienen un mayor riesgo de reacciones inflamatorias agudas a causa de una mala calidad del aire, y también tienen ataques de enfermedades agudas como asma, neumonitis por hipersensibilidad y contraer influenza aviar. “Incluso una exposición puede provocar cicatrices, afecciones crónicas como la EPOC enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y lesiones permanentes”, dice De Leo. “Debido a que los niños tienen vías respiratorias más pequeñas, sus reacciones pueden ser muy rápidas y graves. Es realmente importante que incluso si ellos, o cualquier otra persona, solo van al gallinero una vez por semana durante media hora, deben usar la protección adecuada con el ajuste adecuado”.
Una mascarilla N95 desechable probada es el mínimo absoluto para visitar un gallinero. “Debe ser hermética, por lo que debe ser del tamaño ajustable y que se adhiera correctamente a la cara y cabeza”, dice De Leo. “Los adultos deben hacerse una prueba de aptitud cada dos años porque a medida que envejece, su cara puede cambiar. Si uno va a entrar en el gallinero durante un período prolongado, para retirar las aves muertas, limpiar, etc., deben utilizarla, estando correctamente ajustado y manipulados con las manos limpias, etc.
En realidad, se requiere mucha capacitación para garantizar el ajuste adecuado, manteniendo la higiene, para que la mascarilla realmente haga su trabajo. Las mascarillas deben revisarse antes de cada uso y los filtros deben cambiarse regularmente. La vida útil del filtro está limitada por el manejo higiénico (o no higiénico), el daño y la obstrucción (indicados por una mayor resistencia respiratoria). Cualquier persona con una afección cardíaca, asma, enfisema u otra afección pulmonar crónica debe consultar con un médico antes de usar una mascarilla.
Fuera del gallinero, no olvidar que los peligros para la calidad del aire, como el polvo, también existen en el campo, así que no olvide enmascararse cuando esté cosechando, aplicando productos de protección de cultivos y en otros momentos apropiados.
En cuanto a lo que impide que los criadores se pongan la protección adecuada en el gallinero, De Leo dice que es probable que les ocupe mucho tiempo y ello sea un fastidio. “Sin embargo, insto encarecidamente a cualquiera que lea esto a considerar la protección de sus pulmones como parte de la vida agrícola y a que lo haga, todas y cada una de las veces”, dice. “La gente realmente no entiende ni acepta el grado de riesgo que implica, incluso con una exposición. El daño pulmonar es irreversible. No creemos que el gallinero esté polvoriento, no podemos ver físicamente las partículas que están allí, y cuando no podemos ver algo, es fácil ignorarlo. Por favor, no ignore su salud pulmonar”, concluye.
La Asociación Canadiense del Pulmón puede lanzar una campaña de concientización sobre la salud pulmonar entre los agricultores, dice el CEO Terry Dean. “Nos gustaría crear una conciencia sobre las consecuencias de no proteger la salud pulmonar, ya que muchas afecciones de este tipo son prevenibles e impulsadas por el medio ambiente”, dice. “Ahora disponemos de un equipo personal de protección como nunca antes y es importante que se use cada vez que se necesite. La salud pulmonar se protege mejor haciendo de la protección un hábito automático”.
LA AUTORA. Treena Hein es una escritora canadiense que contribuye a muchas publicaciones tanto nacionales como mundiales en el campo de la agricultura y más allá. Es ganadora del premio STAR de la Federación Internacional de Periodistas Agrícolas. Protegiendo sus pulmones en el gallinero – Avicultura
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