En 12 meses, el discurso en la Expo Prado pasó de los récords que se rompieron y que fueron volcados en el enriquecimiento del país, a “uno de los años más complejos de los últimos veinte.

Montevideo | Todo El Campo | El sábado a las 11.00 horas comenzó el acto de cierre de la Expo Prado 2023. En una jornada de primavera, con la presencia del presidente Luis Lacalle, ministros, legisladores, intendentes o representantes de las intendencias, entre ellas la de Montevideo -la intendenta Carolina Cosse con asistió por encontrarse en el exterior-, el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Patricio Cortabarría, tomó la palabra por 20 minutos en un discurso que apuntó a describir la situación de la agropecuaria nacional, en el cierre de un año difícil y cargado de desafíos que pasarán a la historia por la crudeza que los caracterizó.

“Los productores rurales de este país hemos pasado uno de los años más complejo de los últimos veinte. La sequía que sufrimos es considerada por muchos como una de las peores de la historia”, esas fueron sus primeras palabras, con la que comenzó a dibujar el tenor de su mensaje, aunque al final hizo referencia a su optimismo personal, que sin duda representa a todos los productores, de todos los tamaños, en los 19 departamentos del país y de todos los rubros.

Seguidamente contrastó la realidad actual con la de hace un año cuando se cerró la Expo Prado en un acto similar. “Hace exactamente un año atrás rompíamos todos los récords de indicadores que generalmente medimos: la más alta tasa de extracción de ganado, los mayores rendimientos agrícolas de cultivos de verano y como consecuencia la mayor cantidad de bienes exportados”.

“Recuerdo al ministro (Fernando) Mattos en este mismo palco explicando que 1,5 puntos extras del crecimiento del PBI se debían a la exitosa campaña agrícola 21/22”, rememoró. Pero “hoy el panorama ha cambiado de manera drástica: hemos tenido la peor cosecha de verano de la historia, con el menor rendimiento de los cultivos y en muchos casos con áreas que ni siquiera dieron para entrar a cosechar. Una sequía generalizada que prácticamente no perdono a nadie”. Y eso se siente en el campo pero también en la “reducción del 2,5% del PBI, de los cuales 2,1% lo explica la caída de la producción agropecuaria”.

“Datos publicados por el Plan Agropecuario han mostrado que el cierre de este ejercicio 22/23 es el peor de los últimos 22 años. Solamente con la crisis de la aftosa nos fue peor en este siglo”, enfatizó.

SEQUÍA DE “EFECTOS DEVASTADORES”.

Sobre la sequía dijo que ha sido un fenómeno “brutal”, la buena noticia es que “estaría culminando”. Sus “efectos fueron devastadores para la agricultura, y de gran magnitud en el resto de los sectores”. Por ejemplo, nacerán 455.000 terneros menos, lo que “podría ser la faena completa de dos meses y medio”. Otro ejemplo es el la vitivinicultura y árboles frutales, con “pérdidas de producción de entre 30% y 50%”.

En medio de esa situación hubo un “continuo diálogo con las autoridades, ya sea del Ministerio, de las entidades y todos los actores del sector público que trabajaron en la implementación de varias medidas que permitieron sobrellevar dentro de lo posible las dificultades del sector”.

Se tomaron medidas, pero “la gran mayoría de no son exoneraciones, son prórrogas de pagos que permitieron a muchos productores seguir trabajando sin el apremio de los vencimientos”.

“Las pérdidas son cuantiosas, cercanas a los US$ 2.000 millones”, especificó.

Y aunque “el déficit hídrico pasó su peor momento, sus consecuencias las están viviendo hoy las empresas agropecuarias”, observándose “falta de liquidez” en el sector.

CONSULTAR AL SECTOR SOBRE TEMAS AMBIENTALES Y APERTURA COMERCIAL.

Contabarría valoró que Uruguay sea “un país reconocido en varios aspectos”, entre ellos que ocupamos “los primeros lugares en los rankings internacionales como país seguro para invertir” lo que permitió que se haya “materializado inversiones de gran envergadura, muchas de ellas en el interior del país, lo que permite un cambio profundo en esas localidades”.

Lo público “también ha dado un impulso destacado en inversión en infraestructura”, y “recuperamos el crecimiento antes que otros, con inversiones que llegaron desde nuestros vecinos y de más lejos”.

Paralelamente, y ante las mayores exigencias ambientales, “hay compromisos ya firmados por nuestro país que tenemos que poner en consideración. La academia y los gobiernos vienen trabajando en estos temas, pero lamentablemente con poca interacción con los productores locales. Debemos mejorar esta relación”, reclamó.

La inserción internacional “es un debe”, dijo el presidente de la ARU, aunque reconoció “la apertura de algunos productos como arroz a Ecuador y sorgo a China”, y valoró la decisión del presidente (Luis Lacalle) de “acelerar las negociaciones para ingresar al Acuerdo Transpacífico. Apoyamos la decisión, buena parte de nuestro futuro se juega en esos mercados”.

En el debe está la demora por más de 20 años del acuerdo del Mercosur con la Unión Europea, las negociaciones entre el Mercosur y Corea del Sur.

COSTO DE VIDA, PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES, DÉFICIT FISCAL Y ATRASO CAMBIARIO.

También cuestionó que seamos un país tan caro: “En los últimos gobiernos hubo un cambio de la matriz energética, algo indispensable, pero ¿cuánto de ese cambio ha repercutido en una mejora en las empresas y en las familias? Hoy nuestras energías vienen el 90% de fuentes renovables, pero seguimos con tarifas similares a cuando importábamos combustibles fósiles”.

A su vez, “seguimos siendo de los países con el combustible más caro, y esto termina erosionando la rentabilidad del sector”. En este punto Cortabarría hizo “un llamado de atención a todo el sistema político que no permitió que se llevaran adelante los cambios necesarios en el mercado de combustibles, que permitiera tener un gas oíl más competitivo”.

Sobre el déficit fiscal dijo que “en el último año se dio una relajación” porque “se gastan US$ 22.000 millones pero se recaudan US$ 19.000 millones. Faltan 3.000 millones”.

Por otra parte, “la razón del atraso cambiario, ayer y hoy, siguen siendo el déficit fiscal”, precisó. “El Banco Central muestra que estamos con el nivel más bajo de tipo de cambio real de los últimos 40 años, con un desalineamiento del 15% respecto de sus fundamentos”.

En la ARU “coincidimos en los beneficios que brinda una baja tasa de inflación para toda la sociedad, pero dada la persistencia y la magnitud actual del atraso cambiario eso repercute sobre la rentabilidad de todo el sector privado que es quien en definitiva mueve la economía. Nos mantenemos firmes en la posición de no intervenir el mercado de cambios, como así se lo solicitábamos a los gobiernos anteriores”.

“El camino es claro: hay que gastar menos y generar las reformas que permitan aumentar la productividad”, continuó.

Por otra parte subrayó que Uruguay es “un país agroexportador” y el agro es “de los sectores que más tecnología incorpora”.

El desafío actual es “incrementar su tasa de crecimiento de largo plazo”, en un momento en el que “no somos atractivos salvo que haya incentivos de importancia para que las inversiones se den. Está bien que así sea, esas inversiones dinamizan la economía, pero deberíamos lograr ser competitivos siempre. Si las inversiones se dan por renuncia fiscal, el problema entonces es lo fiscal. Tenemos que ser atractivos para todos, para los que ya estamos y para los que están por venir”, aseveró.

OPTIMISMO.

“Debemos cuidar a los productores de todas las escalas, para mantener el entramado social, pensando en la gente que trabaja, que necesita seguir invirtiendo para que ese campo en el que ha puesto todo su esfuerzo, al que cuida, siga siendo el sostén de su familia”, pero “el productor necesita cada vez más hectáreas para poder mantener su familia. Hoy se necesitan 700 kg de novillo gordo para comprar un tanque de 1.000 litros de gasoil, y tenemos que irnos unos 7 años atrás para tener un registro similar. Cualquier otro costo que analicemos mantiene esta relación”.

“Necesitamos crecer”; y el agro puede hacerlo, porque “cuando hay condiciones favorables, internas y externas, el agro responde, y con ello impulsa a toda la economía. Soy optimista: veo un país de gran potencial, educado, noble, trabajador. Forjado a base de inmigrantes que la vinieron a pelear. Que aprecia la liberta y respeta al prójimo”, finalizó.

Foto de portada, el presidente de la República, Luis Lacalle; el presidente de ARU, Patricio Cortabarría; y el ministro de Ganadería, Fernando Mattos, en el palco oficial entonando el Himno Nacional, al comenzar el acto de cierre de la Expo Prado 2023,

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