Atacaron las ovejas de una pequeña productora de Cerro Largo.

Pedro Scremini | Cerro Largo | Todo El Campo | Otra vez los perros. Marta Freitas tiene 78 años vive en el pueblito de Tres Islas, en la 7ª Secc. de Cerro Largo, viuda de un trabajador rural, crio varios hijos y ahora cuenta con una pensión que seguramente no le da ni para pagar su alimentación.

Tenía, además, unas 20 ovejas en un campo pegado a su casa, de un vecino, buena gente como por suerte quedan, que le daba para criar y así ayudarla.

Hace unos días los perros le mataron la mayoría de esas ovejas, pero el martes le terminaron las últimas 6. Se fue su majadita, mayoría ovejas preñadas que según me dicen cuidaba con mucho cariño además de que era parte fundamental de su sustento.

Al pensar en este hecho no puedo menos que acordarme de una alta jerarca del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) con responsabilidad sobre el Instituto de Bienestar Animal (INBA) que más de una vez manifestó que ella sabía bien lo que eran ataques de perros a majadas porque a ella le pasó una vez. Me pregunto, ¿es comparable la situación de ella con la de tantas personas como Marta que se ven afectadas por los ataques de perros? Claramente no. Es más, es una falta de delicadeza por no decir de respeto hacia personas como Marta, que les va la vida o por lo menos su sustento en un hecho como este, que se compare con esta situación.

La verdad es que esa afirmación no deja de ser una excusa para no tomar medidas con los perros sueltos alegando que conoce el tema. O no lo conoce o es insensible a esta problemática, tal vez pequeña para los que gobiernan pero enorme para gente como Marta.

¡Gobernar al grito de minorías cuando hay gente anónima qué pasa mal es reprobable y lamentable!

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