El tamaño del Estado genera “la necesidad de alimentar cada vez con más recursos a ese monstruoso aparato y sistema perverso que termina ahogando las posibilidades de un verdadero desarrollo nacional sustentable”.

Montevideo | Todo El Campo | Un Solo Uruguay (USU) publicó un documento realiza fuertes críticas sobre la situación de Uruguay que a su entender atraviesa un “grave proceso de deterioro” en su estructura social, mencionando como “una de las principales causas” de que eso suceda “el tamaño y el peso del Estado” y a los políticos en general por no tomar medidas de fondo. En el documento titulado “Una patria para todos”, el movimiento vuele a la opinión pública luego de varios meses de silencio, y lo hace cuestionando fuertemente la situación de nuestro país.

En un texto de tres páginas observa una serie de situaciones que le hacen mal al país, pero no responsabiliza necesariamente al actual Gobierno ni a ninguno de los anteriores en particular, más bien cuestiona a todo el espectro político por igual, salvo algunos pasajes puntuales como por ejemplo cuando expresa que “entre 2007 y 2019 se extranjerizó el 41% de la tierra”.

La crítica hacia los políticos pasa por “la ambición electoral por el poder mismo” y la pérdida de la capacidad de diálogo.

En momentos en que comienza la discusión de la Rendición de Cuentas, USU señala que “el déficit endémico debe ser atacado y necesariamente debemos disminuir los egresos del presupuesto en términos reales”.

Por último, se considera “imperioso” realizar un “debate público” que “se centre en las causas de todo esto, generando un acuerdo nacional que efectivamente limite el sobredimensionamiento del tamaño y peso del Estado”.

EL DOCUMENTO DE UN SOLO URUGUAY.

USU observa que hay “un grave proceso de deterioro de aspectos estructurales de nuestra sociedad”, que genera “consecuencias nefastas” y destaca entre sus “principales causas el sobredimensionamiento del tamaño (y peso) del Estado” por el cual el manejo macroeconómico es “rehén de la necesidad de alimentar cada vez con más recursos a ese monstruoso aparato y sistema perverso que termina ahogando las posibilidades de un verdadero desarrollo nacional sustentable”.

Señala que hay “ambición electoral por llegar al poder, por el poder mismo y mantenerlo”, por lo cual “la discusión pública termine siendo en torno a falsas dicotomías y temas secundarios, generando ‘bandos’ que han ido perdiendo la capacidad de diálogo y entendimiento, perdiéndose el foco de la principal causa de los problemas que nos aquejan”.

Esa combinación de factores generó “una dinámica perversa de clientelismo y asistencialismo, que termina resultando en una imparable bola de nieve de incremento presupuestal. Hemos caído en la trampa de políticas económicas que sólo sirven en un ciclo electoral, pero que no son sustentables en el largo plazo”.

Considera que los costos “sobredimensionados” del Estado se financian al estilo de “señor feudal” de la siguiente dos formas: “Primero, aumentando los impuestos directos e indirectos hasta límites casi inimaginables”; y segundo, “cuando no hubo más margen para incrementar la carga impositiva, se recurrió al endeudamiento, pasando de una deuda externa de 4.000 millones de dólares en 1985, a los casi 70.000 millones de dólares que hoy el país debe de amortización e intereses”.

La situación se agrava más porque no hay posibilidad de aumentar los impuestos, por lo que “hemos seguido endeudándonos patológica y compulsivamente”. No se desconoce el crédito “como una necesaria y útil herramienta”, pero si “sistemática e ininterrumpidamente gastamos más de los ingresos genuinos que tenemos (incluso en los momentos en que estos ingresos aumentan, producto de ciclos económicos), estamos viviendo ‘de prestado’ y peligrosamente ‘haciendo la bicicleta’. El final sólo puede ser que caigamos por el precipicio. Por ello, el déficit endémico debe ser atacado y necesariamente debemos disminuir los egresos del presupuesto en términos reales. Al mismo tiempo, los esfuerzos se deberían orientar en hacer las reformas estructurales pendientes, necesarias para un crecimiento y desarrollo sostenible”.

MAYOR ENDEUDAMIENTO Y MAL USO DE LA LEY DE INVERSIONES.

Pero la salida buscada es de “ludópatas” y consiste en “aumentar el endeudamiento”; y “en vez de cambiar los fundamentos de la realidad económica subyacente, de forma que la competitividad general del sistema haga que sea atractivo para cualquier empresa realizar inversiones y que éstas se den naturalmente, inventamos regímenes especiales que terminan distorsionando el funcionamiento de la economía, los mercados y las empresas”.

“Ejemplo de ello es el régimen de la Comap con la Ley de Inversiones, que para captar inversiones resigna ingresos fiscales”, resultando beneficiadas “grandes empresas de capitales extranjeros y multinacionales, ya que es absolutamente marginal el uso de estos regímenes por parte de las empresas de capital nacional”. “La inmensa mayoría de las Pymes del país no acceden a este régimen especial” porque no les es beneficioso ni hacen a su crecimiento, subraya USU.

“Algo parecido sucede con las prebendas especiales que se les dan a mega proyectos de inversión extranjera, con muy ingeniosas formas de burlar el principio de igualdad del derecho tributario ya que el común de las empresas no accede a dichas ventajas y beneficios”.

El resultado, “renuncias fiscales con tal de captar inversiones extranjeras y con una creciente extranjerización de nuestro patrimonio. Sólo entre 2007 y 2019 se extranjerizó el 41% de la tierra” y “las principales empresas de las cadenas de generación de valor de nuestra economía (frigoríficos, empresas de transportes, empresas portuarias, supermercados, empresas forestales, etc.) hoy son controladas por capital extranjero, con renuncias incomprensibles del Estado en algunos casos y en otros casos con el Estado cumpliendo un rol de fomento a la concentración de poder de mercado de esos capitales extranjeros, con esquemas oligopólicos, oligopsonios o monopólicos”.

“Son bienvenidas las inversiones extranjeras”, pero “en la práctica se discrimina a las empresas de capital nacional”, y en las empresas de medianas a grandes “el empresariado nacional es casi una especie en extinción”.

ATRASO CAMBIARIO: “ESCLAVIZACIÓN DE LA POLÍTICA MACROECONÓMICA”

El atraso cambiario es parte de “la esclavización de la política macroeconómica”, con “un dólar planchado y un peso uruguayo artificialmente fuerte a través de mecanismos indirectos deliberados”, a pesar de que “formalmente se supone que tenemos un sistema de flotación libre”.

El resultado es que “esas políticas macroeconómicas conspiran contra las fuentes productoras de la riqueza nacional, tanto sea del aparato agroexportador, el turismo o la industria”, que lleva a una “competitividad golpeada y desplomados los niveles de actividad, lo que termina atentando contra la generación de puestos de trabajo estables en el largo plazo y desmotivando al emprendedurismo”.

“El Estado ha olvidado lo que debería ser su primer compromiso: el desarrollo sustentable de la nación y el servicio a sus ciudadanos. En lugar de eso, hoy los ciudadanos están condenados a estar al servicio del Estado, teniendo que mantener su sobredimensionamiento”.

HIPERCONSUMO Y LA DEBILIDAD DE LA SITUACIÓN FAMILIAR.

“Todo ese proceso” tiene como consecuencias la generación “otros círculos viciosos” como “el hiperconsumismo” que resulta “en 1 millón de uruguayos desahuciados en el clearing, o que sobrevive renovando créditos para pagar créditos anteriores” que “conduce a incrementar las horas de trabajo por medio del multiempleo familiar, generando importantes niveles de stress”.

“Lo anterior debilita la situación familiar y desencadena otros efectos colaterales indeseables”, entre ellos: violencia intrafamiliar, divorcios (con la pérdida de figuras y referentes parentales) y desintegración familiar”; notorio descenso del nivel de la educación y el aumento de la deserción estudiantil”; “incremento de las adicciones, feminicidios y suicidios, así como en el incremento de la delincuencia”. Mientras tanto, se actúa sobre “los efectos y las consecuencias, pero nunca sobre las principales causas”.

DEPARTAMENTOS DE FRONTERA.

A lo dicho “debemos sumar la situación particular de las localidades fronterizas”, cuyos habitantes “tratan de sobrevivir a través del contrabando de alimentos, calzados y prendas”.

Por otro lado, “hace décadas” que somos un país que “expulsa a sus hijos, no siendo capaz de ofrecerles la esperanza de un futuro feliz en su patria” con “por lo menos “600.000 uruguayos en el exterior” que además son los mejores en preparación y formación que podrían aportar al desarrollo nacional”.

LLAMADO A UN ACUERDO NACIONAL. En el último párrafo USU entiende que “es imperioso que el debate público se centre en las causas de todo esto, generando un acuerdo nacional que efectivamente limite el sobredimensionamiento del tamaño y peso del Estado (mejorando a su vez la calidad, eficiencia y resultados del gasto público), lo que a su vez nos permitirá cortar el espiral de endeudamiento, pasando a disminuirlo (y a dejar entonces de hipotecar el futuro, no sólo de todos nosotros sino incluso de aquellos orientales que hoy aún no han nacido)”.

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