Luego de confirmarse que por error el Senasa había ordenado sacrificar 200.000 aves en base a exámenes equivocados, lejos de enmendarlo, la institución lo agrava al ordenar ahora deshacerse de huevos aptos para el consumo humano.
Corrientes, Argentina | Todo El Campo | Los responsables de la sanidad animal en Argentina, Senasa, sigue generando sorpresa al obligar a al avícola Santa Ana de tirar en una fosa 360.000 huevos a pesar de que el establecimiento resultó negativo a los análisis de la influenza aviar; y aunque haya sido positivo los huevos no contagian la enfermedad. Las pérdidas suman 7 millones de pesos argentinos.
Como ha informado Todo El Campo, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) había dispuesto que se sacrificaran 200.000 aves de la avícola Santa Ana ya que los exámenes de laboratorio habían dado positivo a la influenza aviar. Sin embargo, como los dueños ni operarios habían notado ni visto ninguno de los síntomas y tampoco había mortandad de aves, acudieron a la justicia, la que ordenó hacer un nuevo análisis independiente del Senasa.
Realizado se confirmó que las aves estaban santas y por tanto no era necesario sacrificarlas
Pero la historia que debió haber terminado ahí -con el bochorno para el Senasa-, lejos de llegar a su fin, implica ahora una pérdida millonaria en pesos argentinos. A pesar de que el segundo test dio negativo, la avícola debió deshacerse de 360.000 huevos por valor de $ 7 millones. Proteína animal tirada la basura, como si en Argentina no hubiera hambre o desnutrición.
La avícola debe desechar la mercadería porque el Senasa realizará un nuevo análisis y no le permite comercializar sus productos. En realidad, no se entiende por qué ese tercer análisis cuando ya dio negativo el anterior.
Daniel Encizo, director general de avícola Santa Ana, luego el pedido del Senasa a la justicia de una tercera muestra, dijo al diario Clarín que los están “obligando a otra muestra” y mientras tanto “mantienen la interdicción del establecimiento”.
Por otra parte, está científicamente comprobado que los huevos no representan peligro alguno, aunque provengan de aves enfermas, por lo cual los responsables de la avícola pidieron al Senasa donarlos en vez de destruirlos, a lo que recibieron una respuesta negativa.
“Que el Senasa vele el traslado y que se donen a comedores, lugares de ancianos. Hay muchas alternativas que a asistir a semejante aberración de tirar comida a una zanja”, agregó Encizo.
Avícola Santa Ana es una empresa familiar dedicada a la producción y comercialización de productos avícolas. Está ubicada en la Ciudad de Corrientes, sobre la ruta provincial 43, y produce 450.000 huevos mensuales y abastece al mercado interno. Emplea a 300 personas.
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