Combinar la vacunación con la aplicación de medidas de bioseguridad eficaces, podría evitar la introducción del virus o reducir su propagación, minimizando así los efectos negativos sobre la producción avícola.

Montevideo | Todo El Campo | Uruguay decretó la obligación de vacunar contra la influenza aviar; la Organización Mundial de la Salud Animal considera que “un buen programa de vacunación aumentaría el nivel de inmunidad protectora” y de “la resistencia a la infección” en las aves.

En el documento del OIE titulado “Vacunación contra la influenza aviar”, distribuido durante la 74ª Sesión General (mayo de 2006) y actualizado siguiendo las recomendaciones formuladas en la Conferencia de Verona, la institución “recomienda erradicar la influenza aviar altamente patógena (IAAP) en su fuente, es decir, en las aves de corral, con el fin de limitar la carga viral en las especies aviares susceptibles y en el entorno y, por ende, disminuir los riesgos de infección humana por aquellos virus de la influenza aviar que suponen un riesgo zoonótico”.

El objetivo de vacunar es “dotar de mayor seguridad al sector productivo” como “comercial, protegiendo la seguridad sanitaria de los alimentos y los medios de subsistencia de los agricultores y ganaderos en los países en desarrollo”.

Además, considera las mayores complejidades que presenta el mundo actual en el control de la IAAP que ha tenido una “propagación sin precedentes y a escala casi mundial”, con las “consiguientes implicaciones sanitarias de gravedad para los animales y los humanos”. Todo lo cual ha hecho “más acuciante la necesidad de desarrollar estrategias de control que complementen la política de sacrificio sanitario tradicionalmente utilizada para erradicar esta enfermedad”.

En esa realidad, “la primera línea de defensa es la detección precoz de los focos” a lo que debe seguir “una respuesta rápida, lo que requiere un alto grado de sensibilización de los veterinarios y de los propietarios de animales”, además de servicios veterinarios de “elevada calidad, que respeten las normas de la OIE”.

Agrega que “las estrategias de control basadas en una combinación de sacrificio sanitario, restricción de los movimientos y vacunación de emergencia podrían maximizar los esfuerzos de erradicación en ciertas situaciones. La eliminación controlada de las aves de corral infectadas, la restricción de los movimientos, una mayor higiene y bioseguridad, y una vigilancia adecuada deberían tener como resultado un significativo descenso de la contaminación viral del entorno. Estas medidas deberían tomarse tanto en el caso de que la vacunación forme parte de la estrategia general como en el caso contrario”.

VENTAJAS DE VACUNAR.

Además, establece que “la vacunación debe considerarse una medida adicional cuya finalidad primera es reducir la replicación y la excreción virales. La disponibilidad de reservas de vacunas en todos los países de riesgo contribuirá a que pueda darse una respuesta rápida, recurriendo a todas las medidas de erradicación, incluida la vacunación si se vuelve necesaria”.

Científicamente, incluir la vacuna en la estrategia, busca “inducir una inmunidad protectora en la población objetivo”.

“Un buen programa de vacunación aumentaría el nivel de inmunidad protectora en las parvadas y la resistencia a la infección. En ese caso, las aves vacunadas expuestas al virus de la IA no resultarían infectadas o, en caso de resultarlo, la presentación clínica sería menos grave y la excreción viral sería inferior en términos de cantidad y duración”.

Por lo tanto, combinar la vacunación “con la aplicación de medidas de bioseguridad eficaces, podría evitar la introducción del virus de la IA o, en su caso, reducir su propagación, minimizando así los efectos negativos sobre la producción avícola y reduciendo las posibles pérdidas económicas”.

Incluso, “la vacunación de las aves puede limitar el riesgo de exposición humana a virus de la IA que conlleven un riesgo zoonótico y los consiguientes casos de infección humana”.

CONSUMO DE AVES VACUNADAS.

Respecto al consumo de carne de aves vacunadas, el texto dice es “fundamental que no represente un riesgo para la salud humana”, y menciona que “debido a la utilización de ciertos excipientes, algunos fabricantes de vacunas aconsejan un periodo de suspensión tras la vacunación, durante el cual no debería consumirse la carne de dichas aves”. Esa es una advertencia que “figura siempre en la información que acompaña a las vacunas y deberá tenerse en cuenta”.

Foto principal de Avipecuaria.

DOCUMENTO COMPLETO.

Acceda al documento (total 12 páginas): Microsoft Word – E_Guidelines on AI vaccination.doc (woah.org)

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