“Las únicas sojas que se salvan son las que están bajo riego”, dijo el Ing. Russi.

Montevideo | Todo El Campo | Para todos los que vivimos en el campo y del campo, el año es desafiante, dijo el Ing. Agr. Ignacio Russi de la Unión Rural de Flores. “No hay rubro que haya quedado tranquilo, el desafío es incluso a nivel de relaciones personales porque los agrónomos hacemos de sicólogos, pero se va a saliendo adelante aunque vamos a demorar en cerrar algunas cicatrices, sobre todas las económicas”.

Comentó que “en la agricultura la magnitud de la pérdida es importantísima”, y señaló que recorre muchas zonas del país: “Maldonado, Canelones, Florida, Lavalleja, Durazno, Tacuarembó, y son pérdidas importantes en todos los departamentos”.

“LAS ÚNICAS SOJAS QUE SE SALVAN SON LAS QUE ESTÁN BAJO RIEGO”

“Existen algunos lugares donde hoy vemos 1.500 kilos de soja, pero sabemos que la cuenta se paga con dos mil kilos y algo, o sea que estamos todos ‘bajo el agua’ en la agricultura de verano, y eso demora un año y pico o dos años en recuperarse”, señaló.

Las únicas sojas que se salvan son las que están bajo riego y las del este que agarraron un poco más de agua”, precisó, y aclaró que en aquellas chacras donde se ven plantas éstas no tienen granos, por efecto de la seca.

Ahora hay que mirar al futuro. “Porteras adentro hay que ver cuál es la mejor solución para salir del problema, si es con intensificación de la agricultura, la diversificación de rubros o vendiendo algunas vacas”, y serán “los granos de invierno los que paguen los insumos de invierno y los costos no cubiertos del verano”.

Sobre los antecedentes de las zafras, Russi dijo que no está de acuerdo con afirmaciones que refieren a que antes de la sequía veníamos de dos megazafras. “Se venía de una muy buena zafra de verano, la del año pasado en la que llovió el 15 de enero, tuvimos muy buenos rindes y muy buenos precios de verano; el invierno, dependiendo de las zonas fue bueno o más o menos bueno”.

“Eso de que fue bueno el verano y el invierno es para el litoral, el resto del país es más variable”, añadió.

De todas formas, “nunca es que sobra” porque “cuando se ganan US$ 800 por hectárea como el verano pasado, sucede que siempre hay cosas para atrás, asuntos que están por resolverse y hasta que se tiene un año de esos no se resuelven, entonces nunca se guarda el dinero (pensando en) la próxima zafra mala”, razonó, porque la actitud de los productores es de invertir.

ENTREVISTA COMPLETA.

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