“No podemos hablar de seguridad alimentaria si no garantizamos el acceso al agua”, señaló Marcelo Sadres, especialista en agua y recursos hídricos en la FAO. También destacó la importancia de regar y contar con seguros agrícolas.

Montevideo | Todo El Campo | Desde 1993, cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, elemento que este año en Uruguay y los países de la región valoramos de forma especial, por aquello de que se reconoce el valor que tienen las cosas cuando las perdemos.

El martes 21, en el marco del 5º Foro Mundial del Agua que se está celebrando en Nueva York (Estados Unidos) con participación de autoridades uruguayas y en vísperas del Día Mundial del Agua, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) destacó que “en el mundo el 72% de las extracciones mundiales de agua dulce se utiliza para el sector agrícola”; y en el de Uruguay, es el “87% de las extracciones de agua dulce van para el agro y, por lo tanto, a la producción de alimentos”.

Con una demanda creciente por parte de la población, se estima que en 2050 “la producción mundial de alimentos para personas y animales tendrá que incrementarse en un 50% en comparación con 2012”; “si se mantienen las condiciones actuales, esto exigiría al menos un 35 % más de agua dulce”.

Marcelo Sadres, especialista regional de Agua y Gestión de Recursos Hídricos de la FAO dijo que “no podemos hablar de seguridad alimentaria si no garantizamos el acceso al agua”.

Datos de la FAO señalan que “América Latina y el Caribe aporta actualmente el 14% de la producción mundial de alimentos y el 45% del comercio internacional neto de productos agroalimentarios. La región cuenta con más del 30% del agua dulce disponible en el mundo y aproximadamente una tercera parte de las tierras arables”.

SEQUÍAS EN AMPLIA ZONA DE LATINOAMÉRICA.

Pero “desde 2020, por lo menos siete países del Caribe registraron sequías graves y otros siete países registraron condiciones similares en Mesoamérica, mientras que amplias zonas de Sudamérica también fueron y están siendo azotadas por este fenómeno, que incluyen a Uruguay”.

Sadres añadió: “La comunidad científica coincide en que estos eventos de sequía se están dando con más frecuencia, que son más fuertes y que las causas son antropogénicas, es decir que se vinculan con el imparto de la actividad humana en el medio ambiente”, aunque no siempre se pueden atribuir al cambio climático.

Entre 2005 y 2015 las perdidas en la producción de alimentos en América Latina y el Caribe sumaron un total estimado de US$ 13.000 millones.

Considerando la producción de alimentos y los costos, es clave “generar información fiable sobre las pérdidas económicas de las sequías es fundamental para posicionar el tema, entender la magnitud del problema y que los países puedan llevar adelante políticas e inversiones que son necesarias para reducir el impacto”, recomendó el experto regional.

Desde el comportamiento privado como individual de cada uno, se puede ayudar e intervenir en este delicado asunto “adoptando prácticas que generen menos presión en el recurso, por ejemplo, utilizando el agua de manera más eficiente, así como reduciendo la contaminación de los cursos de agua” ya que “la escasez de agua no solo se expresa en la reducción del recurso, si no también, en la pérdida de la calidad”, enfatizó.

RIEGO EN URUGUAY.

Sadres sostuvo que “Uruguay tiene alto potencial para una mayor incorporación del riego en la producción agrícola y desarrollar un plan o programa nacional que valore y analice soluciones integrales con infraestructuras de riego y que evalúe los efectos y resultados de la aplicación de la Ley de Riego resultaría interesante”.

Desde la FAO se señala que Uruguay “cuenta con un importante desarrollo en materia de investigación agropecuaria, extensión rural, asociatividad y cooperativismo”, añadió, un ejemplo es el proyecto Ganadería y Clima: “Los resultados que se están obteniendo en el marco de ese proyecto muestran que es posible mejorar la productividad de los predios disminuyendo la intensidad de emisiones. Pero, además, las prácticas innovadoras de manejo del rodeo en predios piloto, indican una mayor resiliencia a los eventos de sequía”.

SEGUROS AGROPECUARIOS.

Por último, Sadres, destacó la importancia de los seguros agropecuarios que “cuando son adecuados, permiten que el productor enfrente una situación de crisis, si todas las otras medidas no fueron suficientes”.

Foto principal de Steve Harvey en Unsplash.

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