Es “la peor seca desde 1944, atribuida parcialmente al evento La Niña que se ha mantenido desde el año 2020”.

Hébert Dell’Onte | Montevideo | Todo El Campo | Se llevó a cabo la XIII Reunión Extraordinaria del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), un foro ministerial del que participan los ministros de agricultura de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay con el objetivo de definir la agenda agropecuaria y tomar posiciones sobre temas regionales para determinar acciones.

La reunión fue presidida por el ministro Fernando Mattos y se realizó el jueves 16 en Colonia.

Además de los ministros de los países mencionados participaron de la reunión, acompañando al ministro Mattos: Verónica Durán de la Oficina de Planificación y Política Agropecuaria (Opypa); Adriana Lupinacci de la Unidad de Asuntos Internacional; Virginia Guardia de la Dirección General de Bioseguridad e Inocuidad Alimentaria; Leonardo Olivera, de la Dirección General de Servicios Agrícolas; y Diego de Freitas de la Dirección General de Servicios Ganaderos. Del sector privado el presidente de la Asociación Rural del Uruguay, Gonzalo Valdés.

CAS.

DECLARACIÓN: “LA PEOR SEQUÍA DESDE 1994”.

Al cierre de la reunión se elaboró una declaración en la que se señaló que la sequía “tiene un efecto directo en los mercados globales de alimentos”.

La declaración giró en torno a los efectos del cambio climático y la sequía. Entre los “considerando”, los ministros de los países participantes señalaron que la región afronta una sequía “por tercer año consecutivo”, y es “la peor desde 1944, atribuida parcialmente al evento La Niña que se ha mantenido desde el año 2020”.

La sequía implica “que los sistemas de producción de alimentos son particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático por lo que se hace imprescindible centrar los esfuerzos para adaptarse, a fin de garantizar la resiliencia del sistema y mantener la producción necesaria para la seguridad alimentaria”.

Esta situación “afecta directamente a la producción de alimentos por la caída de rendimiento de los cultivos y áreas no cosechadas, afectación en sanidad y calidad de cultivos, costos adicionales de suplementación, acceso a agua y pasturas, pérdida de peso y mortalidad de ganado, incendios forestales y deterioro y pérdida de ecosistemas, lo que deriva en un aumento de la vulnerabilidad del sector agropecuario”, señala el texto.

Agrega la declaración que en 2021, los países que componen el CAS (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) representaron el 13% de las exportaciones mundiales de alimentos y fibras, además son líderes en comercialización de granos de soja, harina y pellets de soja, aceite de soja, carne de vacuno congelada, celulosa, azúcar de caña, carne aviar, café, y con una participación destacada en la provisión mundial en trigo, filetes de pescado, carne porcina, carne vacuna refrigerada, vino, frutas y jugo de frutas. Por lo tanto, “las pérdidas en la producción de la región debido a la crisis climática tienen un efecto directo en los mercados globales de alimentos y fibras”.

Por otra parte, “la sequía implica pérdidas directas en la producción que requieren la declaración de emergencias agropecuarias, definición de políticas de apoyo y la inversión por parte de los Estados, como créditos con tasas de interés subsidiadas, exoneraciones impositivas y habilitación de medidas excepcionales temporales de manejo”.

Ante ese panorama, lograr sistemas productivos resilientes en los países del CAS “requiere de financiamiento internacional que permitan llevar adelante las importantes inversiones en materia de infraestructura, tecnología, fortalecimiento de capacidades e instrumentos financieros como los seguros agrícolas, fondos de contingencia, fondos de garantía, acceso a reaseguros, entre varios de los instrumentos adecuados para tal fin”.

Fotos de CAS.

DOCUMENTO COMPLETO.

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