345 millones de personas en más de 80 países, enfrentan un problema de inseguridad alimentaria aguda; y hasta 50 millones de personas en 45 países corren el riesgo de sufrir una hambruna si no reciben ayuda humanitaria.

Montevideo | Todo El Campo | En pocos días, el sábado 18 de marzo, cae el pacto que permite la exportación de granos ucranianos a través del mar Negro, en el cual participaron Ucrania, Rusia, Turquía y las Naciones Unidas (ONU). La ONU anunció que pedirán a Moscú extender una vez más ese acuerdo, pero las autoridades rusas han expresado objeciones y no se sabe si responderán de forma positiva.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se reunieron el miércoles 8 de marzo para abordar la exportación de los cereales de este país, y se confirmó por parte de las Naciones Unidas que esta semana habrá un reunión con representantes del organismo internacional con  representantes rusos, la cual se realizará en Ginebra (Suiza).

No obstante ello, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, dijo que la ONU no ha sido neutral y reclamó que el acuerdo se debe aplicar en su totalidad y no parcialmente, cosa que a su entender no sucede, porque no se permite a los barcos rusos “que transportan cereales y fertilizantes, a que entren en los puertos”, como también “prohíben a los barcos extranjeros entrar en los puertos rusos para recoger esos cargamentos”.

Las declaraciones del diplomático fueron realizadas el jueves pasado en conferencia de prensa.

DESDE EL 22 DE JULIO DE 2022.

El acuerdo, denominado oficialmente como Iniciativa de Cereales del Mar Negro nació a impulso de la ONU y Turquía, fue celebrado por primera vez el 22 de julio de 2022 con el objetivo de aliviar la crisis alimentaria mundial causada por la guerra en Ucrania. En noviembre se firmó una extensión por 4 meses más, que finaliza el sábado 18 de marzo.

Con sus altibajos y tensiones lógicas generadas por el conflicto bélico, el acuerdo es un instrumento para ayudar a la seguridad alimentaria mundial, no renovarlo pondría al mundo ante una situación de escasez de alimentos con la correspondiente suba de precios. La combinación de menos alimentos a precios en alza perjudicará fundamentalmente a los países que dependen de las importaciones para alimentar a su población, que además son los más pobres del planeta.

En setiembre de 2022 la ONU publicó información sobre el impacto positivo que tuvo el acuerdo que ahora se trata de mantener. “Desde que está en marcha esta iniciativa el precio de los alimentos ha bajado de forma considerable, aliviando así la inflación, especialmente para los más vulnerables”, expresa.

Ucrania es uno de los mayores exportadores de grano del mundo, con exportaciones anuales de 45 millones de toneladas de grano, pero la guerra frenó el flujo comercial que redujo la disponibilidad global y puso a “un número cada vez mayor de personas al borde de la hambruna”.

En julio, la firma de la Iniciativa de Cereales del Mar Negro que firmaron la ONU, Rusia, Ucrania y Turquía, permitió “reanudar las exportaciones de grano, otros alimentos y fertilizantes, incluyendo el amoníaco, desde Ucrania a través de un corredor marítimo humanitario seguro partiendo desde tres puertos ucranianos clave: Chornomorsk, Odesa y Yuzhny/Pivdennyi, hacia el resto del mundo”.

La ONU señala que todo el grano que sale de los puertos ucranianos beneficia a las personas necesitadas, ya que contribuye a calmar los mercados y a limitar la inflación de los precios de los alimentos.

“Actualmente, 345 millones de personas en más de 80 países, una cifra récord, se enfrenta a un problema de inseguridad alimentaria aguda, mientras que hasta 50 millones de personas en 45 países corren el riesgo de sufrir una hambruna si no reciben ayuda humanitaria”, detalla la ONU, en tanto que el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, dijo a fines del año pasado que la apertura de los puertos del mar Negro era “la medida más importante que podemos emprender en estos momentos para ayudar a los hambrientos del mundo”, aunque no se detendría el hambre, pero sí mejoraría las posibilidades de evitar que la crisis alimentaria mundial se dispare aún más”.

En la foto, puerto de Mariúpol a orillas del mar Azov | Foto de The Logistics World.

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