En el estudio se destacan lugares críticos en donde es necesario adoptar medidas para preservar y aumentar la capacidad del suelo de almacenar el exceso de carbono

Montevideo | Todo El Campo | La mejora de las prácticas de gestión en los pastizales, esto es, grandes superficies cubiertas de hierba, que se utilizan especialmente para el pastoreo de animales, pueden potenciar la capacidad de los suelos de actuar como sumideros de carbono y ayudar a los países a alcanzar sus metas climáticas, según un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Después de los océanos, los suelos representan la segunda mayor reserva de carbono en la Tierra y desempeñan un importante papel en el cambio climático mundial debido a la gran cantidad de carbono que actualmente almacenan en su materia orgánica.

En la primera Evaluación mundial de la FAO del carbono en el suelo de los pastizales (FAO Global assessment of Soil Carbon in Grasslands) se midió la base de referencia de las reservas de carbono orgánico del suelo, esto es, el carbón almacenado en el suelo que es cuantificable, expresado como porcentaje por peso (gC/kg de suelo), tanto en pastizales seminaturales como gestionados y se estimó su potencial de fijación de carbono orgánico del suelo.

En el estudio se observó que, si el contenido de carbono orgánico del suelo en la capa de 0 a 30 cm de profundidad de pastizales disponibles aumentaba un 0,3 % después de haber aplicado durante 20 años prácticas de gestión que aumentan la fijación de carbono orgánico del suelo, se podría retener 0,3 toneladas de carbono por hectárea (t C/ha) al año.

“Evaluar el estado actual de los sistemas de pastizales y su potencial de fijación de carbono en el suelo es clave para entender mejor los beneficios de los servicios de los pastizales para la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático”, declara Thanawat Tiensin, director de la División de Producción y Sanidad Animal de la FAO.

“En este informe se ofrece un análisis exhaustivo del estado de las reservas de carbono y las posibles compensaciones en los suelos de los pastizales en el mundo. El informe también se puede utilizar como referencia para futuros trabajos a fin de mejorar la fijación de carbono del suelo mediante una gestión sostenible del pastoreo”, añade.

LA IMPORTANCIA DE LOS PASTIZALES.

Los suelos pueden actuar como fuentes y como sumideros de carbono y muchos pastizales, que contienen aproximadamente el 20% del carbono del suelo del mundo, han sufrido pérdidas debido a actividades humanas como el pastoreo de ganado intensivo, actividades agrícolas y otras actividades del uso de la tierra.

Según el informe, la mayoría de los pastizales del mundo tienen un balance de carbono positivo, lo que significa que se trata de tierras estables y con un mantenimiento adecuado. Sin embargo, se observó un balance de carbono negativo en Asia oriental, América central y del Sur y África al sur del ecuador, lo que significa que probablemente estas reservas disminuyan debido a tensiones antropogénicas unidas a las condiciones climáticas.

Sin embargo, esta tendencia podría revertirse mediante la estimulación del crecimiento de las plantas, la captura de carbono en el suelo y la protección del carbono en suelos altamente orgánicos, tales como los pastizales seminaturales (no gestionados por el ser humano).

En la gestión del ganado, esto podría también suponer la aplicación de medidas de pastoreo rotativas, planificadas o de adaptación para los animales.

ESTUDIOS DE CASOS.

En el informe también se exploran, mediante estudios de casos, otras posibles medidas para mejorar las reservas de carbono del suelo, tales como la creación de huertos de forraje en países de África oriental.

Más de 40.000 pequeños agricultores en Kenya y Uganda han establecido huertos con caliandras como práctica para elevar la producción de leche y mejorar la salud de las vacas.

Los árboles han tenido un notable éxito en la conservación del suelo, el ciclo de los elementos nutritivos y la retención de nutrientes, pero se sabe poco acerca de su potencial de fijar el carbono en el suelo.

Según el estudio, la creación de estos huertos tiene posibilidad de aumentar el carbono del suelo de 0,03 t C/ha al año.

En el informe también se estudian opciones que tienen en consideración la intensificación de los sistemas de pastoreo en respuesta al aumento de la demanda de productos ganaderos y la competencia por las tierras.

Entre estas opciones figuran mejorar los insumos de carbono derivados de raíces y residuos de las plantas mediante la gestión de la extracción de biomasa vegetal del pastoreo o aumentar la producción forrajera mediante la mejora de las especies, el riego y la fertilización.

LAS LIMITACIONES.

En el estudio se señala que la falta de incentivos para que los agricultores mejoren las prácticas de gestión y la dificultad actual que supone gestionar con precisión las reservas y cambios de carbono en el suelo constituyen los principales motivos de que el carbono orgánico del suelo no se incluya en los planes climáticos nacionales conocidos como las contribuciones determinadas a nivel nacional, que son elementos centrales del Acuerdo de París.

Los resultados del informe podrían apoyar la inclusión de metas relativas al carbono orgánico del suelo en las contribuciones determinadas a nivel nacional, mejorando así su transparencia para rastrear y comparar los avances en materia de políticas relacionados con los suelos.

Los autores subrayan también que la estimación de la reserva mundial de carbono del suelo sigue siendo bastante incierta y que se necesitan urgentemente métodos geoestadísticos mejorados y precisión en los datos relativos a las propiedades de los suelos, los animales y la vegetación y su intercambio de carbono.

“Es fundamental generar conjuntos de datos locales, sobre todo de regiones infrarrepresentadas, como por ejemplo África, y analizar las diferencias entre los conjuntos de datos existentes”, advierten.

Las reservas de carbono del suelo que se presentan en el informe se pueden utilizar de referencia para trabajos futuros dirigidos a estudiar las repercusiones de la gestión del ganado en el carbono del suelo a nivel de los países y de las explotaciones agrícolas. No obstante, sigue habiendo una necesidad clara de disponer de más datos sobre las condiciones actuales de los suelos, especialmente de regiones infrarrepresentadas.

EL ESTUDIO.

La FAO hace hincapié en la necesidad de equilibrar los beneficios de los alimentos de origen animal y la cría de ganado para la nutrición, la salud, los medios de vida y el bienestar, con la necesidad urgente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para hacer frente a la crisis climática, que también amenaza la seguridad alimentaria.

La Alianza sobre evaluación ambiental y desempeño ecológico de la ganadería financió este estudio a fin de mostrar el estado de las reservas de carbono del suelo en los sistemas de pastizales y su potencial de fijar el carbono en el suelo.

Esta alianza de la FAO constituye una iniciativa de múltiples partes interesadas que pretende mejorar la sostenibilidad medioambiental del sector ganadero mediante la armonización de los métodos, los parámetros y los datos. La Alianza sobre evaluación ambiental y desempeño ecológico de la ganadería encabeza una iniciativa mundial coordinada para acelerar el desarrollo sostenible de la cadena de suministro pecuaria y apoyar medidas climáticas coherentes, contribuyendo al mismo tiempo al cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París. (FAO)

Foto de Cristiano Minichiello | FAO.

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