En días los fabricantes de chacinados se verán obligados a discontinuar las líneas de producción. Se perjudica 21.000 puestos de trabajo directos y otros 50.000 indirectos.
Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | La Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (Caicha) advirtió que enfrenta dificultades para importar insumos, por lo que las empresas deberán “discontinuar las líneas de producción de embutidos cocidos, secos y frescos”, entre ellos los chorizos.
La raíz del problema estaría en el cepo a las importaciones que se le aplican a “los insumos básicos e insustituibles” para elaborar los productos.
La Cámara expreso en un comunicado que en los próximos días, “una semana a diez días”, los fabricantes de chacinados “se verán obligados a discontinuar las líneas de producción de embutidos cocidos, secos y frescos” porque faltan tripas sintéticas y naturales, que son indispensables. Esa situación extrema podría derivar en “el cierre total de algunas empresas”.
Para no caer en esa trampa, “necesitamos que se apruebe el Sira”, dijo Martín de Gyldenfeldt, gerente de Caicha al diario porteño La Nación.
El Sira es el Sistema de Importaciones de la República Argentina, pero también se necesita la conformidad de otros “documentos para importar, porque no están saliendo aprobadas, salen desaprobadas, y otras salen aprobadas, pero con pagos a 180 días. Son muy pocas las que salieron a 90 días, antes salían a 10 días, pero ahora no está saliendo nada”.
Agregó De Gyldenfeldt: “Hasta ahora solo se probaron las importaciones más chiquitas y de menor valor. Por eso se está produciendo una baja importante para elaborar distintos productos cocidos y frescos. Hay empresas que tienen línea de producción y las que hacen salchichas tienen que cerrar si no tienen stock dentro de 7 a 10 días”.
Las tripas que hacen falta para elaborar los productos no se fabrican en Argentina, sino que son importadas desde algunos países de Europa como Alemania, Finlandia, España e Italia, pero también se traen desde Chile y Estados Unidos. Se trata de un producto sintético de colágeno, celulósicas o plásticas que son industrializadas.
También se necesitan tripas naturales “que vienen de la faena de cerdo que la producción nacional no alcanza a cubrir”, dijo. Estas tripas naturales apenas si cubren entre el 25% al 30% de las necesidades de la industria, el 70% o 75% restante debe importarse.
AFECTA A 21.000 TRABAJADORES.
El problema no toma por sorpresa a nadie, el Gobierno sabía que se exponía a esta realidad límite porque así fue advertido por De Gyldenfeldt a mitad de año, o incluso antes.
Por ejemplo en julio, en declaraciones a emisora La Redonda 100.3 FM, dijo que la Cámara estaba pidiendo entrevistas con autoridades del Gobierno de Alberto Fernández para “contar nuestra situación” porque “esto hay que resolverlo”. “Nuestra industria da trabajo directo a 21.000 personas, y otras 50.000 más de forma indirecta”.
Fuentes: La Nación y La Redonda FM.
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