Los alimentos orgánicos o ecológicos no son todo lo bueno que se dice bueno de, lo seguro es que son más caros y que por tanto no pueden ser consumidos por la mayoría de la población.

Montevideo | Todo El Campo | La demanda de alimentos ecológicos u orgánicos está creciendo rápidamente en todo el mundo. El periodista Darío Pescador escribió un artículo en elDiario.es (de España) en el que se ocupa del tema. Pescador es director de la revista madrileña Quo, divulgador científico y autor de libros que tratan sobre los últimos descubrimientos en nutrición.

En su artículo dice que en el caso español, desde 2019 a 2020, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de alimentos orgánicos por persona fue de 53,41 euros. Un total que no es mucho, solo un 2,48% del gasto total en alimentos, pero representa un crecimiento del 6,10% respecto del año anterior.

Pero España es solo un ejemplo, la realidad es que el consumo de alimentos orgánicos es una tendencia global que se va esparciendo a todos los mercados del mundo, a todas las poblaciones y que tiene un margen de crecimiento importante. Por eso es bueno poner luz y aclarar que no todo lo que se dice sobre ellos es verdad.

Lo primero para decir es que parece lógico pensar que lo mismos argumentos que mueven e impulsan a los alimentos vegetarianos y veganos son los que mueven e impulsan a los alimentos orgánicos. También que como con los vegetarianos y veganos, hay un fuerte interés de la juventud por consumirlos.

Lo que Darío Pescador plantea en el artículo de elDiario.es es que los alimentos orgánicos “plantean muchas cuestiones y son objeto de mitos propagados por igual por productores y consumidores”.

Una de las cosas que más se dice y que se toma por cierto es que son alimentos “más saludables, mejores para el medio ambiente, producen menos emisiones y no utilizan pesticidas. Sin embargo, muy pocas de estas afirmaciones tienen una sólida evidencia científica. Solo una cosa es cierta: los productos orgánicos son más caros”, escribió.

Nadie dice que los orgánicos sean alimentos malos, “todo lo contrario: hay estudios que les atribuyen algunos beneficios nutricionales y medioambientales. Pero estas ventajas son mínimas, y la publicidad y las afirmaciones exageradas que popularmente se hacen sobre ellos están alejadas de la evidencia”.

LOS MITOS MÁS COMUNES Y UNA MENTIRA CAMUFLADA.

El artículo responde algunos de los mitos más escuchados en Europa, continente que se ha puesto al hombro (o ha pretendido hacerlo) la bandera de lo natural. Los mitos tratados son: Solo los productos orgánicos están libres de hormonas; los alimentos orgánicos están libres de pesticidas; los alimentos orgánicos son más saludables; solo los lácteos y la carne orgánicos están libres de antibióticos; los alimentos orgánicos saben mejor; y la verdad a medias (¿una mentira camuflada?) de que los alimentos orgánicos son más sostenibles.

MITO: SOLO LOS PRODUCTOS ORGÁNICOS ESTÁN LIBRES DE HORMONAS – Ese es el primer mito abordado por Pescador. La realidad es que no solo los orgánicos están libres de hormonas.

“El uso de hormonas en el ganado está prohibido desde 1981 en toda la Unión Europea, en todo tipo de productos, así como la importación de productos animales tratados con hormonas. Por tanto, en Europa no tiene sentido afirmar que la leche ecológica es mejor porque no contiene hormonas”, escribió. Respecto a Uruguay, está prohibido el uso de hormonas y no se permite en medicamentos veterinarios.

MITO: LOS ALIMENTOS ORGÁNICOS ESTÁN LIBRES DE PESTICIDAS – Esto es el no uso de pesticidas ni herbicidas sintéticos, pero sí se empleen pesticidas llamados “naturales”, pero no significa que no causen algún tipo de daño.

Pescador menciona algunos permitidos y usados por los agricultores orgánicos: boro (tóxico para el cerebro, el hígado y el corazón); ácido acético (vinagre concentrado al 90%, que puede quemar los ojos y mata a las abejas); sulfato de cobre (se usa como fungicida y es corrosivo para la piel y los ojos, puede dañar el hígado, afecta gravemente a peces, anfibios, cangrejos, moluscos, aves, hámsters y ratas; además, se acumula en el medio ambiente); peróxido de hidrógeno (agua oxigenada, es altamente tóxico para las abejas); azufre calcáreo (muy tóxico para las lombrices); azadiractina (usada como acaricida, muy tóxica para las abejas); extractos concentrados de citronella, eucalipto, ajo (tóxicos para las abejas).

Un dato curioso es que en la Unión Europea, “para la mayoría de los pesticidas orgánicos no se requieren test de toxicidad, cosa que todos los pesticidas sintéticos sí tienen que pasar antes de ser aprobados”, precisa, añade: “En el último análisis de la UE sobre los residuos de pesticidas en los alimentos, incluyendo los no orgánicos, se encontró que solo un 3,6% de entre las miles de muestras superaban los niveles permitidos. Es decir, la inmensa mayoría de los productos agrícolas no orgánicos en Europa son seguros”.

MITO: LOS ALIMENTOS ORGÁNICOS SON MÁS SALUDABLES – Ante la creencia de que la agricultura ecológica produce alimentos más saludables y nutritivos, Pescador asegura que “la ciencia no ha podido encontrar hasta la fecha ninguna prueba definitiva de que los alimentos ecológicos sean más saludables que los no ecológicos, y eso que los científicos llevan más de 50 años comparándolos”.

Por el contrario, se “encontró que la contaminación por aflatoxinas (toxinas cancerígenas del moho) y la contaminación bacteriana es más común en la agricultura ecológica, y que los estudios consultados no encontraban que la calidad sensorial y nutricional fuera superior a los alimentos convencionales”.

Además, un estudio de 2017 señala que “las diferencias entre los alimentos orgánicos y convencionales eran mínimas”.

“Los alimentos orgánicos tenían un contenido superior en fenoles en frutas y vegetales, menos cadmio en los cereales, y más omega-3 en los lácteos y carnes, pero en ningún caso en cantidades suficientes para ser significativas nutricionalmente”.

MITO: LOS ALIMENTOS ORGÁNICOS SABEN MEJOR – Cuando se pregunta a la gente suele contestar que los alimentos orgánicos son más sabrosos, además de más sanos y nutritivos. “Pero cuando se han realizado catas ciegas los participantes no pudieron distinguir entre los alimentos orgánicos y los convencionales de una calidad similar, y en ocasiones prefirieron los convencionales por su sabor. Otro estudio tampoco había encontrado diferencias al comparar la leche orgánica con la convencional”.

CIERTO A MEDIAS: LOS ALIMENTOS ORGÁNICOS SON MÁS SOSTENIBLES – Aunque se diga lo contrario, “los pesticidas utilizados en la agricultura orgánica también son perjudiciales para los polinizadores, como las abejas, y otros insectos beneficiosos, y tóxicos para los agricultores que trabajan con ellos”.

Un dato importante es que “la agricultura ecológica tiene un rendimiento un 20% inferior a la convencional. Esto supone un 20% menos de biomasa por unidad de superficie, y un 20% menos de captura de carbono, que podría estar retirándose de la atmósfera”.

“Por último, la agricultura ecológica pierde todo el sentido cuando no es local. Las paltas orgánicas de Chile y los espárragos orgánicos de Perú han provocado muchas más emisiones en su transporte que la producción convencional de los mismos productos cerca de casa”, concluye Pescador.

Para acceder a todos los artículos de Darío Pescador: Darío Pescador (eldiario.es)

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