El especialista en negocios y economía internacional expresa en un documento que Argentina “es el país comercialmente menos integrado institucionalmente de toda América”.
Hébert Dell’Onte | Montevideo | Todo El Campo | “Por más campeona del mundo de futbol que sea nuestra selección, Argentina es cada vez menos relevante en la economía global”, así comienza un análisis del analista y consultor argentino Marcelo Elizondo titulado “La Argentina, autodiscriminada por no celebrar acuerdos de libre comercio”, y cuyo epígrafe dice: “Es el país comercialmente menos integrado institucionalmente de toda América”.
El autor, que es especialista en negocios y economía internacional, asegura que hay “varios indicadores” que justifican la titulación del documento que 14 páginas al que accedió Todo El Campo. Entre esos “indicadores” señala que “Apenas hay 5 empresas argentinas entre las 100 mayores multinacionales latinoamericanas (multilatinas); listado en el que hay 30 mexicanas (incluyendo 7 de las 10 mayores), 29 brasileñas, 21 chilenas y 10 colombianas”, además de que en el año 2000 “el stock de inversión extranjera de empresas argentinas fuera de su territorio rondaba 0,3% del total mundial, hoy solo llega al 0,1% (5 países de Latinoamérica exhiben mayor stock de inversión extranjera de sus empresas fuera de sus territorios que Argentina)”.
Otro indicador es la baja inversión extranjera directa, “con menos de 100.000 millones de dólares el importe es (en términos absolutos) muy inferior al de México y Brasil (casi sextuplican a Argentina), y también menor al de Colombia (más que duplica al de Argentina), Chile (casi nos duplica) y hasta Perú (casi un cuarto mayor al de Argentina).
Por otra parte, “solo 11 empresas argentinas exportaron en el último registro anual más de 1.000 millones de dólares (y apenas 60 más de 100 millones)”; y el número de empresas registradas como exportadoras “cayó en 15 años de unas 14.500 a unas 9.500”.
LA EXPLICACIÓN DE ESA “DEBILIDAD INTEGRAL” ARGENTINA.
“Una de las razones” de esa “debilidad integral” del país vecino “es la desconexión sistémica” con el mundo.
Elizondo explica que “la economía mundial integra eslabones en arquitecturas vinculares regulares en las que se conjugan inversión, generación de conocimiento estratégico compartido, financiamiento productivo, intercambio de servicios y comercio de bienes. La participación internacional de una economía no se produce a través de ‘productos’ sino de la interrelación de empresas en mecanismos múltiples de relacionamiento”.
En ese contexto “hay un dato crítico” y es que “si se mide la participación de las exportaciones argentinas en cadenas de valor extrarregionales, aquella es menor que en Brasil, Bolivia, Chile, Perú, Ecuador, Venezuela, Colombia y Panamá. Y en las regionales la situación no es mucho mejor”.
El analista asegura que “el salto exportador argentino solo podrá ocurrir en tanto se aliente y facilite la participación de empresas en redes de vínculos integrales virtuosos y regulares”, porque “no se tratará solo de vender más, sino de ser parte de más alianzas”.
Para lograr tal cosa, “además de muchas otras reformas”, Argentina deberá caminar en el sentido que lo hace el planeta, con países que “continúan celebrando acuerdos internacionales que integran mercados y los hacen cada vez más profundos”.
En el documento hay una advertencia seria, y es que “la escasez de acuerdos comerciales internacionales es más grave de lo que parece”. Es una “debilidad” que para comprender su gravedad hay que hacer una comparación “con el resto del mundo”. Pues bien, “según la OMC, ya el 70% de todo el comercio internacional planetario ocurre entre países/mercados que han acordado entre sí reducciones arancelarias (al 0%)”.
La evolución de esos acuerdos ha forjado “la generación de coaliciones regulatorias (generando instituciones comunes -entre aliados- para inversión, producción, trabajo y comercio). Ello alienta la integración productiva”.
“Hay en el mundo 355 acuerdos de liberalización regional vigentes y más de la mitad ya ha avanzado por estas más profundas alianzas”; pero “Argentina apenas ha exportado en los últimos años alrededor de 0,3% del total mundial”.
Cuando se dice que en 2022 Argentina llegará a un récord de ventas externas (casi 90.000 millones) se debe a los precios que crecieron 20% ante un volumen que no ha mejorado.
Por otra parte, más del 55% del comercio internacional planetario (bienes más servicios) “tiene lugar entre países que han abierto recíprocamente sus mercados; mientras que hay un adicional relevante porcentaje que ha reducido aranceles por otras vías. De tal modo que 70% del todo el flujo comercial entre países hoy se encuentra favorecido por preferencias arancelarias (que no son universales sino entre socios)”.
Entre enero y noviembre de 2022, Argentina “sólo ingresó a mercados con preferencias arancelarias con 26% (21.472 millones de dólares, de un total de 82.293 millones de dólares en esos 11 meses)” y si se agregan los servicios, “el porcentaje de comercio dentro de pactos preferenciales se reduce a 22% porque Argentina no se beneficia de acuerdos relevantes en materia de intercambio de servicios”.
El analista destaca como “negativo” que “entre los mayores destinatarios de exportaciones argentinas la gran mayoría grava con aranceles de ingreso a nuestras ventas. Entre los 10 mayores destinos para las ventas argentinas (que explican dos tercios del total de exportaciones) solo hay vigentes dos acuerdos de preferencias arancelarias en nuestra región (algunos parciales)”.
La situación general es que estamos ante “una desventaja para el ingreso de ventas externas comparado con nuestros competidores que operan dentro de aquellos pactos”.
Elizondo recalca que a nivel global los aranceles dejaron de ser un obstáculo, “en 30 años el arancel promedio del planeta se redujo desde 15,5% a 5,1%” además de que “más de dos tercios de todos los países comercian atravesando tarifas arancelarias en frontera” con un promedio “sustancial mente inferior a ese 5,1%”.
Sin embargo, Argentina y el Mercosur no ha acompañado el proceso y eso hace que los países miembros del bloque paguen aranceles elevados, dice Elizondo.
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