IICA: “72 millones de personas que viven en zonas rurales de países latinoamericanos y caribeños carecen de conectividad con estándares mínimos de calidad”.

Garantizar el acceso a internet de calidad en las zonas rurales de América Latina y el Caribe es de importancia estratégica para el desarrollo social y económico en los territorios donde se define la seguridad alimentaria y nutricional de la región y buena parte del mundo, aseguraron ministros de Agricultura y expertos del sector público y privado.

Por Uruguay participó Verónica Durán, directora de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay.

A esa conclusión llegaron líderes de las políticas agropecuarias de la región, empresarios y expertos que participaron en un panel de alto nivel convocado para presentar el documento Conectividad rural en América Latina y el Caribe: estado de situación, retos y acciones para la digitalización y el desarrollo sostenible, elaborado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), junto con sus socios el Banco Mundial, Bayer, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Microsoft y Syngenta.

Este nuevo documento, que actualiza los datos publicados por el IICA en octubre de 2020 en el documento Conectividad Rural en América Latina y el Caribe – Un puente al desarrollo sostenible en tiempos de pandemia, revela que unos 72 millones de personas que viven en zonas rurales de países latinoamericanos y caribeños carecen de conectividad con estándares mínimos de calidad.

Los participantes coincidieron en que la transformación digital está impulsando en el mundo una revolución tecnológica sin precedentes, por lo que promover la conectividad y el desarrollo de habilidades digitales constituye una condición indispensable y prioritaria para el desarrollo de la vida productiva, social y comunitaria en el mundo rural.

Entre los participantes estuvieron Indar A. Weir, ministro de Agricultura y Seguridad Alimentaria Nutricional de Barbados; Laura Suazo, secretaria de Estado en los Despachos de Agricultura y Ganadería de Honduras; y Verónica Durán, directora de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay. En representación del sector privado expusieron Beatriz Eugenia Arrieta, gerente regional de Asociaciones de la Cadena de Valor Alimentaria de Bayer; Herbert Lewy, gerente general de Agricultura Inteligente y Bioeconomía para Latinoamérica de Microsoft; y María Virginia Passaniti, gerente de Soluciones Digitales de Syngenta Argentina.

Manuel Otero y Lloyd Day, director general y subdirector general de IICA, respectivamente, dieron las palabras de bienvenida mientras que los detalles del documento fueron presentados por sus autores: Sandra Ziegle, especialista de IICA en Conectividad Rural, y Joaquín Arias, coordinador del Observatorio de Políticas Públicas para los Sistemas Agroalimentarios (OPSAa).

DIGITALIZACIÓN PARA SALIR DE LA POBREZA.

La secretaria Suazo, quien es presidenta del Comité Ejecutivo del IICA, señaló que el tema de la conectividad rural es central para los países de América Latina y el Caribe.

“La sociedad necesita transformarse desde una condición de vida bien trágica que es la pobreza. En nuestros países la experimentamos en diferentes grados y estoy segura de que la digitalización puede ayudar al cambio positivo que esperamos promover”, señaló Suazo, primera mujer a cargo del área de Agricultura y Ganadería en Honduras.

Suazo sostuvo que, así como la tecnología digital ha posibilitado enormes avances en distintos campos, también es la llave para realizar en América Latina y el Caribe una agricultura inteligente que permita aumentar la productividad y la competitividad.

Su colega Indar Weir manifestó un fuerte respaldo a la decisión del IICA y sus aliados de hacer un esfuerzo para instalar este tema en la agenda pública de la región. “Después de la pandemia de Covid-19 tuvimos que hacer cambios en nuestras vidas. Algo que hemos aprendido es que, mientras el resto de la población tuvo que quedarse en sus hogares, los agricultores siguieron adelante para garantizar el suministro de alimentos”, afirmó.

Weir añadió que las herramientas digitales realzan su importancia en una producción de alimentos que lidia con el impacto del cambio climático, con el aumento de precios de los insumos por la guerra en Europa del Este y con la aparición de nuevas enfermedades.

Por su lado, Verónica Durán señaló que el tema es de una importancia central para Uruguay. “Hace más de 20 años -afirmó- que llevamos adelante una política de Estado que ha permitido establecer líneas de acción y podemos decir que la implementación de la agenda digital ha sido exitosa”.

Durán consideró que la transformación digital es una oportunidad no solo para aumentar la productividad en el agro, sino también para mejorar la gestión de los recursos naturales, optimizar el uso de agroquímicos y, en suma, reducir el impacto ambiental.

LA IMPORTANCIA DE UN ACUERDO POLÍTICO.

Manuel Otero explicó que en 2020, a raíz de la pandemia, el IICA apostó fuertemente, junto con otras instituciones y aliados, a la instalación de una agenda acerca de la conectividad rural y la situación de mujeres y jóvenes ante el avance de nuevas tecnologías y la necesidad de desarrollar habilidades digitales en la población.

El proceso de digitalización avanza a velocidades diferentes en el ámbito rural. Hemos recibido un invaluable apoyo del Banco Mundial, la CAF, Bayer, Microsoft y Syngenta para este estudio que actualiza datos, aporta información relevante y recopila experiencias que se están desarrollando en la región”, añadió.

Otero abogó por propiciar un acuerdo político para que el tema ingrese definitivamente en la agenda y recordó que en la última Cumbre del G20, en Bali, los líderes mundiales reconocieron la importancia de la transformación digital para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Lloyd Day señaló que el IICA, junto con países, productores y compañías del sector alimentario, está diciendo al mundo que la agricultura es parte de la solución a los desafíos globales, pero que para eso necesita herramientas tecnológicas.

“Hemos visto unos avances tremendos en conectividad durante la pandemia. Debemos dar continuidad a las políticas públicas y desarrollar planes para integrar la agricultura con la educación y las acciones para empoderar a mujeres y jóvenes. Hemos asumido estos compromisos a pedido de los países”, concluyó.

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