La enfermedad avanza por el continente.
El Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) de Perú informó el martes 29 de noviembre que “activó un cerco epidemiológico en el centro poblado Gallito, distrito de San José, de la región Lambayeque (noroeste del país); para controlar el primer brote de influenza aviar tipo A subtipo H5 detectado en un predio de crianza de aves de traspatio”. Hace unos días se había constatado la enfermedad en aves silvestres. Era cosa de tiempo el contagio a animales de producción o comercialización.
Senasa “ha logrado mantener bajo control el brote detectado y establecer una vigilancia epidemiológica permanente en un radio de 5 kilómetros a la redonda”.
Se destaca “la detección oportuna” como resultado de una actitud preventiva que tomó el país ante “los casos positivos a influenza aviar H5 que se vienen registrando en aves silvestres del litoral peruano y los brotes que se presentaron en Estados Unidos, México, Colombia y Ecuador”.
Ese escenario llevó al país a “intensificar la vigilancia epidemiológica para una detección temprana de la enfermedad en aves domésticas y silvestres, activando los comités de sanidad avícola y fortaleciendo la sensibilización y capacitación de la población, enseñando las características de la enfermedad, a fin de lograr reconocimiento e inmediata notificación al Senasa”.
Algunas de las recomendaciones de la sanidad peruana son de “resguardar a las aves de corral en espacios enmallados con techo, instalar pediluvios (desinfectantes para calzado) en los puntos de ingreso a los corrales, asegurarse que el agua y alimento no estén al alcance de las aves silvestres. Asimismo, limpiar diariamente los corrales y lavarse las manos antes y después de ingresar al corral para alimentar o atender a las aves”.
Asimismo, “es importante que los criadores de traspatio, gallos de pelea y productores avícolas, refuercen las medidas de bioseguridad en sus predios, a fin de protegerse de la enfermedad”.
NO ES UN RIESGO PARA LOS HUMANOS.
Se advierte que los casos identificados “no representan riesgo para el consumo humano de carnes y huevos de aves domésticas ni productos marinos”.
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