“El aumento de producción acumula más de un año, pero las proyecciones económicas del Gobierno y analistas privados indican un menor ritmo de crecimiento”.

El nuevo reporte del Índice Líder de Ceres (ILC) destaca “cierta estabilidad en octubre”, cumpliendo así “diez meses seguidos de tasas positivas”. Sin embargo, se advierte que “el resultado del mes da una tasa levemente por encima de cero (de 0,1%) que, de converger a la neutralidad en los próximos meses, podría señalar una desaceleración en la economía”.

“El aumento de producción acumula más de un año, pero las proyecciones económicas del Gobierno y analistas privados indican un menor ritmo de crecimiento”, señala.

El siguiente es el reporte del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) para el sector agropecuario y la industria manufacturera.

EL ILC REGISTRA ESTABILIDAD EN OCTUBRE Y LOGRA ALCANZAR DIEZ MESES SEGUIDOS DE TASAS POSITIVAS.

El Índice Líder de Ceres registra cierta estabilidad en octubre y logra alcanzar diez meses seguidos de tasas positivas. El resultado del mes da una tasa levemente por encima de cero -de 0,1%- que, de converger a la neutralidad en los próximos meses, podría señalar una desaceleración en la economía. No obstante, para comprobarlo habrá que esperar los registros de noviembre y diciembre.

El aumento de producción acumula más de un año, pero las proyecciones económicas del gobierno y analistas privados indican un menor ritmo de crecimiento.

El nuevo dato del indicador de anticipo de tendencia económica mostró relación con el Índice de Difusión (ID) que en octubre fue 60%. Este indicador considera la proporción de variables del ILC con tasas positivas en cada mes, por lo que algo más de la mitad de las variables del ILC crecieron en octubre.

•          Los cultivos de invierno sufren la falta de aguas, y la siembra histórica puede no traducirse en gran cosecha.

•          El sector ganadero sigue padeciendo caídas en el precio del ganado gordo, pero continua en valores altos.

•          La producción industrial aumentó en agosto (desestacionalizado) contra julio.

•          La construcción sigue firme tanto en obras grandes como en viviendas.

•          La recaudación en DGI por IVA cayó en setiembre (desestacionalizado) pero es mayor a igual mes de 2021.

•          El consumo de energía eléctrica industrial aumentó en setiembre y se mantuvo en residencias.

•          Las ventas de nafta cayeron y las de gasoil aumentaron en setiembre contra agosto, desestacionalizado.

•          En el acumulado del año, las ventas de combustibles fueron mayores que en igual periodo de 2020 y 2021.

•          La movilidad, tanto en el tránsito como en los lugares de trabajo, se mantuvo en altos niveles en octubre.

•          El transporte de pasajeros que parte de la terminal Tres Cruces creció en setiembre.

•          El movimiento en rutas (según registros de peajes) creció en setiembre frente a agosto, desestacionalizado.

La economía uruguaya creció 4,4% en 2021 y se espera un crecimiento para este año de al menos al 5%, muy por encima de la proyección oficial de 3,2% al comenzar el año. Esto confirma una recuperación firme después de la recesión iniciada en 2019 y la brusca caída por la emergencia sanitaria de 2020. Desde 2015 hasta la primera mitad de 2019, la producción local registró una fase de cierto estancamiento, y en los últimos meses de ese año cayó en recesión, lo que se agravó en marzo 2020 por el impacto del Covid-19.

El ILC fue efectivo para anticipar estos cambios de ciclo, así como la salida de aquella caída con un aumento de actividad de cuatro meses seguidos (julio a octubre 2020). Luego, registró oscilaciones entre noviembre de 2020 y marzo de 2021, y comenzó una nueva fase alcista a partir de abril, que se mantiene hasta la actualidad, aunque el último dato da la primera señal de posible enfriamiento de la economía.

El Índice de Difusión, durante 2021, fue 80% en enero, 40% en febrero, 50% en marzo y abril, 80% en mayo, 70% en junio, 90% en julio y en agosto, 70% en setiembre, 60% en octubre, 50% en noviembre y 70% en diciembre. En 2022 fue de 60% en enero, febrero, marzo, 70% en abril, mayo y junio, 60% en julio, 80% en agosto, 60% en setiembre y 60% en octubre.

El ILC es un indicador adelantado del nivel de actividad, que se utiliza para predecir cambios en el ciclo económico.

Ceres procesa una amplia base de datos económicos y extrae para su Índice Líder aquellas variables que, por su comportamiento, permiten anticipar la tendencia del Producto Bruto Interno (PBI). Para ello, incorpora variables de todos los sectores: agropecuario, industrial, comercio y servicios, energía, transporte, financiero, empleo y otros.

ACTIVIDAD SECTORIAL SECTOR AGROPECUARIO: “UN 2022 SÓLIDO”.

El agro da señales mixtas, con la carne a la baja y unas modestas precipitaciones que salvaron los cultivos de invierno previo a la cosecha. De todos modos, el sector habrá tenido un 2022 sólido, compuesto por un primer semestre extraordinario y un segundo semestre mejor al promedio.

Las exportaciones de bienes llegaron a US$ 1.036 millones en setiembre casi igual que el mismo mes del año pasado, y alcanzaron US$ 10.423 millones en el acumulado de los tres primeros trimestres, que representan un crecimiento interanual de 30,8%. Casi la mitad del monto mensual estuvo compuesto por las exportaciones de celulosa (19,6%) carne vacuna (19,2%) y lácteos (9,8%).

Después de un descenso brusco a mediados de año, la faena viene subiendo lentamente mes a mes, aunque no lo suficiente para empardar con las cifras del año pasado. En el acumulado del primer semestre, la faena de 2022 superaba a la del año anterior en 1,4% ─20.000 cabezas─ pero, extendiendo el acumulado hasta el 22 de octubre (último dato disponible), arroja una disminución interanual de 5,9% ─algo más de 123.000 animales─. Desde que inició la segunda mitad del año, hubo caídas interanuales de 28,5% en agosto, 20,3% en setiembre y 19,4% en octubre (hasta el día 22).

El precio de referencia del novillo gordo cayó a menos de US$ 3,5 por kg. La cotización se precipitó en el último bimestre tras permanecer poco más de 5 meses superando los US$ 5 por kg. En China, a un enfriamiento de la actividad y cuarentenas forzosas para contener el nivel de contagios de Covid-19, se le suma un escenario de devaluación de su moneda nacional, el yuan, que lastima el poder de compra de sus ciudadanos para hacerse de productos importados. Es el determinante principal de una demanda debilitada, que tiene su corolario en la cotización de la carne. Sin embargo, el precio de exportación todavía está alrededor de US$ 4.900 por tonelada y lo que está golpeando más a los precios que marcan los frigoríficos es la sequía.

Entrada la primavera, se acerca la cosecha de los cultivos de invierno, con precipitaciones mucho menos cuantiosas que lo ideal. Si bien la lluvia llegó justo para salvar las cosechas en los últimos días, hubo disparidades marcadas de acuerdo a las regiones del país; por ejemplo, este domingo muchos pluviómetros en el norte registraron más de 40 mm, mientras en el sur y suroeste del territorio ninguno marcó más de 5 mm. Este panorama da lugar a diferencias sustanciales entre los rendimientos de aquellos productores que trabajan con riego y aquellos que no. El riego, a pesar de haberse expandido en los últimos años, sigue siendo una materia pendiente en el país para alcanzar umbrales más altos de producción y amortiguar mejor los vaivenes climáticos. Con motivo de la sequía y la falta de forraje, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) declaró la emergencia agropecuaria por 90 días. Dentro del marco de la emergencia el MGAP otorgará financiamiento y fardos a productores de escala familiar.

Gracias a la poca lluvia reciente, los cultivos de invierno llegarán a la cosecha, aunque con rendimientos menores a los de los últimos dos años. Para fortuna de los agricultores, los valores de los granos volvieron a niveles comparativamente prometedores para la ocasión: la colza marca casi US$ 550 por tonelada y el trigo volvió a subir de US$ 300. Al mismo tiempo, la soja se sostiene en el entorno de US$ 510 por tonelada. 

En setiembre, las exportaciones por productos lácteos (en dólares) fueron 34% superiores a igual mes de 2021. La remisión de leche a plantas industriales en ese mes aumentó con respecto a agosto (1,5% desestacionalizado) y fue 1,5% superior a un año atrás. En términos acumulados, cayó 1,5% contra los nueve primeros meses de 2021.

Las solicitudes de exportación de madera cayeron 3,5% en setiembre con respecto a agosto (en términos desestacionalizados) y en la comparación interanual están 4,7% por debajo. En términos acumulados, hay una disminución de 12,3% respecto a los nueve primeros meses de 2021. En cuanto a las exportaciones de celulosa, tuvieron un aumento interanual de 6% en setiembre.

INDUSTRIA MANUFACTURERA.

La producción industrial lleva más de un año por encima de los niveles prepandemia. Sin embargo, el aumento se da con menos personal y menos horas trabajadas, ambas por debajo de sus niveles de 2019.

La producción industrial de agosto aumentó 5,2% respecto al mes anterior en términos desestacionalizados, y se encuentra 9,3% por encima de agosto 2021.

El núcleo manufacturero (producción industrial sin refinería ni zonas francas) aumentó 9,1% en agosto, con respecto al mes anterior (desestacionalizado) y fue 5,8% superior a agosto 2021.

La producción de alimentos en agosto, en términos desestacionalizados, disminuyó 0,9% respecto a julio, y se encuentra 11,4% por encima de agosto 2021.

La producción de bebidas creció 13,6% en agosto, con relación a julio (desestacionalizado) y fue 4,1% mayor a agosto 2021.

El personal ocupado en la industria cayó 0,1% en agosto respecto al mes anterior (desestacionalizado) y se encuentra 2,1% por encima del nivel de agosto de 2021.

Por su parte, las horas trabajadas en agosto aumentaron 8,2% con relación al mes anterior (desestacionalizado) y fueron 2% mayores que en el mismo mes de 2021.

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