EL equipo técnico de Dufour Commodities analiza el impacto del déficit hídrico en los cultivos en un contexto actual que hace que no se tenga la mirada más optimista.

No es novedad alguna comentar que se está ante un déficit hídrico importante, lo cual genera gran preocupación. En la mayoría de las chacras ubicadas en el litoral sur, las precipitaciones acumuladas del último trimestre se ubican en el eje de los 100 mm, lo cual representa casi la mitad a igual período de la zafra anterior.

Durante la última semana se viene evidenciando un deterioro acentuado en el estado general de los distintos cultivos producto de las condiciones imperantes.

De todas formas, aunque las anteriores no sean las propicias para el desarrollo de epidemias de una enfermedad, se han monitoreado situaciones en las que amerita hacer comentarios.

Para el caso de trigo, en determinados materiales genéticos se detectó “roya estriada” y “bacteriosis” desde hace algunas semanas con evoluciones dispares.

En cebada, en casos particulares se monitorearon avances de severidad para “mancha en red tipo red”.

Para canola, en un mínimo porcentaje de chacras fue identificada “alternaría” a muy baja severidad y en lo que refiere a plagas se ha apreciado a modo generalizado la presencia de “Plutella xylostella”.

Aquellas situaciones más comprometidas están recibiendo los tratamientos correspondientes, mientras que en el resto simplemente se seguirá la evolución debido a que las condiciones climáticas actuales y pronosticadas no son favorables para el desarrollo de estas.

En lo que refiere a estados fenológicos, las gramíneas se encuentran transitando el periodo crítico para la concreción de rendimientos, el mismo oscila entre inicio y pleno en función a la fecha de siembra y largo de ciclo de los cultivares utilizados. En cambio, la canola se encuentra en la fase de llenado de granos.

Es pertinente mencionar que el trigo y la cebada lograron generar muy buenos potenciales, pero lamentablemente en canola estos últimos no son elevados.

En estas etapas cualquier tipo de estrés genera consecuencias importantes en la producción; la magnitud de esto dependerá netamente de la duración e intensidad con la que se den las adversidades.

El contexto actual hace que no se tenga la mirada más optimista, porque de no llegar las precipitaciones en las próximas jornadas se está ante un riesgo de lograr bajas productividades y una baja calidad del producto a comercializar. Esperemos que en los días venideros las lluvias recuperen el protagonismo y de esta manera se puedan mitigar los efectos anteriormente mencionados.

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