Se procura avanzar en seguridad alimentaria y agricultura entre muchas otras áreas. “Es necesario invertir en capacidades científicas fundamentales. Necesitamos desarrollar tecnologías y técnicas de ingeniería genética”, dice el documento firmado por Biden.

En una Orden Ejecutiva de más de 20 folios “sobre el avance de la biotecnología y la innovación en biofabricación para una bioeconomía americana sostenible, segura y protegida”, firmada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se dispuso avanzar en esos campos de acción.

El documento publicado por la Casa Blanca indica que la Administración Biden tiene como “política coordinar un enfoque de todo el Gobierno para avanzar en la biotecnología y la biofabricación hacia soluciones innovadoras en salud, cambio climático, energía, seguridad alimentaria, agricultura, resiliencia de la cadena de suministro y seguridad nacional y económica”, teniendo como “aspecto central” permitir “el acceso a tecnologías, procesos y productos de una manera que beneficie a todos los estadounidenses y a la comunidad global”.

Explica que “la biotecnología aprovecha el poder de la biología para crear nuevos servicios y productos, que brindan oportunidades para hacer crecer la economía y la fuerza laboral” de su país, además de “mejorar la calidad de nuestras vidas y el medio ambiente”.

“La actividad económica derivada de la biotecnología y la biofabricación se conoce como bioeconomía”.

La pandemia sirvió para “demostrar el papel vital de la biotecnología y la biofabricación en el desarrollo y la producción de diagnósticos, terapias y vacunas que salvan vidas y que protegen a los estadounidenses y al mundo. Aunque el poder de estas tecnologías es más vívido en este momento en el contexto de la salud humana, la biotecnología y la biofabricación también se pueden utilizar para lograr nuestros objetivos climáticos y energéticos, mejorar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad, asegurar nuestras cadenas de suministro y hacer crecer la economía” en todo el país.

Pero si pretendemos “que la biotecnología y la biofabricación nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos sociales”, es “necesario invertir en capacidades científicas fundamentales. Necesitamos desarrollar tecnologías y técnicas de ingeniería genética para poder escribir circuitos para células y programar predeciblemente la biología de la misma manera en que escribimos software y programamos computadoras; desbloquear el poder de los datos biológicos, incluso a través de herramientas informáticas e inteligencia artificial; y avanzar en la ciencia de la producción a gran escala, reduciendo al mismo tiempo los obstáculos para la comercialización, de modo que las tecnologías y los productos innovadores puedan llegar a los mercados más rápidamente”, escribió Biden.

Asimismo, advierte que se deben “tomar medidas concretas para reducir los riesgos biológicos asociados con los avances en biotecnología. Necesitamos invertir y promover la bioseguridad y la bioseguridad para garantizar que la biotecnología se desarrolle”.

“También debemos garantizar que los usos de la biotecnología y la biofabricación sean éticos y responsables”.

CÓMO CUMPLIR CON TODOS LOS OBJETIVOS TRAZADOS.

Para lograr todos los objetivos mencionados, Biden señala como necesario cumplir con varios puntos:

a) reforzar y coordinar la inversión en áreas clave de investigación y desarrollo (I+D) de biotecnología y biofabricación con el fin de promover los objetivos sociales;

b) fomentar un ecosistema de datos biológicos que promueva la biotecnología y la innovación en biofabricación, al tiempo que se adhiere a los principios de seguridad, privacidad y realización responsable de la investigación;

c) mejorar y ampliar la capacidad y los procesos nacionales de producción de biofabricación, al tiempo que se incrementan los esfuerzos de experimentación y creación de prototipos en biotecnología y biofabricación para acelerar la traducción de los resultados de la investigación básica en la práctica;

d) impulsar la producción sostenible de biomasa y crear incentivos climáticamente inteligentes para los productores agrícolas estadounidenses y los propietarios de tierras forestales;

e) ampliar las oportunidades de mercado para la bioenergía y los productos y servicios de base biológica;

f) capacitar y apoyar a una fuerza de trabajo diversa y calificada y a una próxima generación de líderes de diversos grupos para avanzar en la biotecnología y la biofabricación;

g) aclarar y racionalizar las reglamentaciones al servicio de un sistema basado en la ciencia y el riesgo, previsible, eficiente y transparente para apoyar el uso seguro de los productos de la biotecnología;

h) elevar la gestión del riesgo biológico como piedra angular del ciclo de vida de la I+D en biotecnología y biofabricación, en particular previendo la investigación y la inversión en bioseguridad aplicada y la innovación en bioseguridad;

(i) promover estándares, establecer métricas y desarrollar sistemas para crecer y evaluar el estado de la bioeconomía; informar mejor las políticas, la toma de decisiones y las inversiones en bioeconomía; y garantizar el desarrollo equitativo y ético de la bioeconomía;

(j) asegurar y proteger la bioeconomía de los Estados Unidos mediante la adopción de un enfoque proactivo y con visión de futuro para evaluar y anticipar amenazas, riesgos y vulnerabilidades potenciales (incluidos los esfuerzos de intrusión digital, manipulación y exfiltración por parte de adversarios extranjeros), y asociándose con el sector privado y otras partes interesadas relevantes para mitigar conjuntamente los riesgos para proteger el liderazgo tecnológico y la competitividad económica; y

k) involucrar a la comunidad internacional para mejorar la cooperación en I+D en biotecnología de una manera que sea coherente con los principios y valores de los Estados Unidos y que promueva las mejores prácticas para la investigación, la innovación y el desarrollo y uso de productos de biotecnología y biofabricación seguros y protegidos.

EJECUTIVIDAD.

En el plano ejecutivo, o sea poner en marcha lo dispuesto, el mandatario estadounidense dispuso que en 180 días a la fecha de la orden (12 de setiembre), las oficinas que corresponden “presenten informes sobre biotecnología y biofabricación para promover los objetivos sociales relacionados con la salud, el cambio climático y la energía, la innovación alimentaria y agrícola, las cadenas de suministro resilientes y los avances científicos intersectoriales”.

Se incluyen disposiciones para el secretario de Salud y Servicios Humanos, el de Energía, Comercio, además de otros entre los que se menciona el de Agricultura. Cada cual deberá informar sobre el área específica de su Secretaría.

El secretario de Agricultura “presentará un informe en el que se evalúe la forma de utilizar la biotecnología y la biofabricación para la innovación alimentaria y agrícola, incluso mejorando la sostenibilidad y la conservación de la tierra; aumentar la calidad de los alimentos y la nutrición; aumentar y proteger los rendimientos agrícolas; la protección contra plagas y enfermedades de plantas y animales; y el cultivo de fuentes alternativas de alimentos”.

Dentro de los 100 días siguientes a la recepción de los informes se elaborará un plan de implementación para ejecutar las recomendaciones en incluidas en ellos.

Foto de @POTUS

Pin It on Pinterest

Compartir

Comparte este contenido en tus redes sociales!