En Argentina “casi que nos insultan por empezar un emprendimiento o nos critican por producir”; mientras que en Uruguay “están ávidos de inversión, las reglas son claras y tienen muchas facilidades para la exportación”.

Buenos Aires, Argentina | “Empezar en Uruguay es mucho más fácil que en Argentina” dijo Carlos Fucht, administrador de la cabaña argentina La Barrancosa que tiene más de 100 años de tradición productiva y que en 2021 introdujo 120 animales a Uruguay con el fin de extender el rodeo.

“Empezar en Uruguay es mucho más fácil que en Argentina, porque el Gobierno está dando facilidades para todas las inversiones”, agregó, “allá hay tasas subsidiadas, razonables, como en cualquier otro país”.

En Argentina “casi que nos insultan por empezar un emprendimiento o nos critican por producir”; mientras que en Uruguay “están ávidos de inversión, las reglas son claras y tienen muchas facilidades para la exportación. Los valores que reciben son genuinos y sin las retenciones que tenemos acá”, comentó en declaraciones al diario La Nación.

La Barrancosa es una cabaña ubicada en la provincia de Santa Fe, y fundada en 1902. Hoy es dirigida por la quinta generación y genera en la localidad en Lazzarino, de 460 habitantes, 120 empleos directos.

Su historia se remonta a Roberto Hohmann en 1902 -hace 122 años- que en 1898 se enamoró de Argentina mientras hacía una pasantía y decidió invertir su herencia en el país. Cuando emigró de Fulda, Alemania, Roberto comenzó a materializar uno de sus sueños más anhelados, adquirió 15.000 hectáreas en la región pampeana, donde dicen que introdujo, junto a Pedro Luro, el ciervo colorado que trajo de su país, el Antílope de la India y la raza equina Ardenner

“Las empresas familiares emplean más gente que las multinacionales”, dijo al matutino Carlos Fucht. El establecimiento cuenta con 40.000 hectáreas en la región de la pampa húmeda y la Patagonia, y posee 20.000 animales “minuciosamente seleccionados” por un experto genetista.

También cuenta con 1.400 vacas que producen “lechería orgánica” en un volumen de “45.000 litros diarios, de los cuales 20.000 se procesan con la marca Lácteos Santa Fe y se venden a las cadenas gastronómicas de Buenos Aires.

A su vez, hacen “agricultura sustentable” y se cría caballos de salto; esta última actividad abrió otros caminos y actualmente se exportan animales a Brasil, Ecuador y Bolivia, con el agregado de Estados Unidos a partir de este año.

LA HISTORIA.

La cabaña está unida a la historia argentina: “Fue proveedora de caballos de armas del Estado, que se usaban en el Ejército desde el año 1935. En 1948 y 1952 tuvimos un caballo en las Olimpiadas de Londres y Helsinki, en la disciplina de Salto. El caballo se llamaba Santa Fe. Por eso es que la fábrica de quesos se llama Santa Fe y el acopio de cereales también lleva ese nombre, por el caballo, que fue el mejor de la equitación argentina en esos tiempos”, recordó.

Por decisión de los militares, Santa Fe fue enterrado en Campo de Mayo, ya que se lo consideró un emblema nacional. Con el tiempo y las inversiones en genética equina también surgió Ucase, otro caballo que se destacó en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976, que también fue muy atesorado por la familia.

En base a artículo de Belkis Martínez en LA NACION

Por más información de la cabaña: La Barrancosa

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