Es necesario sacar a los perros de las calles, achicar la población canina y quien quiera tenerlos que lo haga con la debida responsabilidad.

A 5 kilómetros de Fraile Muerto, por ruta 44, los perros volvieron a atacar animales de producción. Otra vez la ineficacia de las políticas de control de perros se pone de manifestó.

El ataque se dio en donde el Instituto Nacional de Bienestar Animal está implementando un plan piloto de castraciones. Es la segunda vez en un año que ingresan los perros al establecimiento de Hugo Godiño.

Esta vez el resultado fue de 12 ovejas de la raza Ideal, ya pariendo, muertas. Como siempre pasa cundo se dan hechos de esta naturaleza, el número puede crecer.

Los perros siguen al margen de la ley, dueños de las calles en las ciudades, de los caminos y al parecer de la producción nacional. Los ovinos, nobles animales que generan fuente de trabajo y radican a la gente en el medio rural, siguen siendo rehenes de políticas equivocadas.

Es necesario sacar a los perros de las calles, achicar la población canina y quien quiera tenerlos que lo haga con la debida responsabilidad.

Hay aproximadamente 2 millones de perros cuando lo aconsejado por la Organización Mundial de la Salud sería unos 400.000 (1 c/10 habitantes). ¿Alguien de verdad cree que castrando 50.000 o 60.000 perras al año van a mejorar esta situación?

Ahora el productor afectado, además del golpe anímico, emocional, productivo y económico que el hecho le generó, se ve hundido en la incertidumbre, sin saber si salir a rondar de noche o liquidar la producción, un lujo que el país no debería permitirse.

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