Marcelo Bendersky, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Uruguay, destacó algunas de las virtudes de la madera como materia prima en la construcción.

El desarrollo de la madera en la construcción de viviendas es una materia pendiente para Uruguay, pero el Gobierno se impuso, a través del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT) cambiar esa realidad. Así lo dijo la ministra Irene Moreira: Se desarrollará “una política de fortalecimiento de la industria forestal agregando valor a la madera nacional a través de la generación de productos de ingeniería aplicables a la construcción”.

Este viernes 27 de mayo, en un acto encabezado por la ministra de Vivienda se lanzó la iniciativa que apuesta por la madera para la construcción de viviendas sociales. Se trata de una materia prima que reduce el tiempo de construcción y es afín a los objetivos ambientales hacia los que el mundo quiere caminar.

Es por eso que Uruguay avanzará en “una política de fortalecimiento de la industria forestal agregando valor a la madera nacional a través de la generación de productos de ingeniería aplicables a la construcción”.

Para eso llamó a todas las áreas involucradas a que “impulsen el uso de madera en la construcción de viviendas sociales”, algo en lo que Uruguay ya tuvo una reciente y exitosa experiencia con Mevir y la Intendencia de Rivera.

“El valor del metro cuadrado de la madera es significativamente menor que el de la construcción tradicional, y la obra se reduce en tiempo de trabajo en un 50%”, aseguró.

Adelantó que Uruguay también realizará construcciones en altura, una novedad para nuestro país.

El acto contó con la presencia del representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en nuestro país, Marcelo Bendersky, quien destacó algunas de las virtudes de esa materia prima.

“Es el único material de construcción renovable y reciclable, si el bosque se maneja de manera sustentable los árboles pueden ser renovables”. Es un producto que “requiere mucho menor energía para ser procesado”. Absorbe carbono y “acumula grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y su industrialización genera gases de efecto invernadero mucho menores que otros materiales, por ejemplo, producir una tonelada de madera genera 33 kilos de emisiones netas” contra el cemento que genera 264 y el acerco con 694 kilos.

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