La investigación comenzó a fines de 2018 y finalizó a inicios de 2021, partos de otoño y primavera y lactancias de 2019/2020. El trabajo se llevó a cabo a partir de tres sistemas, uno cien por ciento estabulado, el segundo con pastoreo de medio turno y medio turno en galpón, y el tercero con pastoreo de medio turno y el otro medio turno con encierro a cielo abierto en muy buenas condiciones.

El jueves 19 de mayo se realizó la Jornada Anual de Lechería que tuvo lugar en el salón Ibirapitá de la Estación Experimental Dr. Mario Cassinoni (EEMAC) de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República en el departamento de Paysandú con transmisión por el canal de YouTube de la Estación.

La primera parte de la jornada se presentaron datos de la Red Tecnológica Sectorial (RTS – que integran la Universidad de la República, Conaprole, Inale, CRI, INIA, LATU y ANII) en la EEMAC, mediante el cual se comparó la producción en tres sistemas diferentes, uno mediante régimen de estabulación y dos sistemas mixtos, exposición liderada por el Ing. Agr. Pablo Chilibroste, docente y responsable del Grupo de Lechería de la Estación que contó con el apoyo de varios técnicos y participantes.

La investigación comenzó a fines de 2018 y finalizó a inicios de 2021, partos de otoño y primavera y lactancias de 2019/2020. El trabajo se llevó a cabo a partir de tres sistemas, uno cien por ciento estabulado, el segundo con pastoreo de medio turno y medio turno en galpón, y el tercero con pastoreo de medio turno y el otro medio turno con encierro a cielo abierto en muy buenas condiciones en cuanto a la superficie por vaca, sombra, agua, etc.

El sistema estabulado es de alto control del ambiente, con una dieta total mezclada, en una cama caliente en galpón cerrado, sistema de ventilación, con alimentación de dos veces al día. Está vinculado a la sala de ordeñe, con desplazamiento mínimo de las vacas, y se alimentaron ad-libitum con control diario para que no hubiera rechazo.

Los otros dos sistemas pastorean en parcelas separadas, pero con las mismas características en cuanto a carga, pasturas y recursos forrajeros, la diferencia está en el momento en que no pastorean, en un caso acceden a cama caliente y en el otro es totalmente a cielo abierto. El segundo y tercer sistema son los dominantes en Uruguay.

Los sistemas mixtos son intensivos, de alta carga, cada tratamiento tuvo 32 vacas con rotación clásica, verdeo de verano e inverno.

RESULTADOS DE LOS TRES SISTEMAS.

Respecto al consumo, el docente dijo que en los años de estabulación, período de 4 lactancias completas, “dieron un promedio de 24,3 kilos de materia seca por día, dato de toda la lactancia”. Los sistemas mixtos tienen promedios muy similares ente sí de 12,6 kilos de suplementación y 9 kilos de consumo de pasto. “La diferencia del consumo fue del orden de lo que esperábamos”, precisó.

Los resultados de la producción a 305 días señalan que en las cuatro lactancias las vacas encerradas produjeron 10.782 litros, que son 35,4 litros por vaca por día y 771 kilos de solido; y en los sistemas mixtos la diferencia de ellos fue casi nula con una producción de 8.500 litros, 28 litros promedio y 593 kilos de sólidos por vaca por año.

“Un sistema pastoril con dos vacas y media en la plataforma de pastoreo y 28 litros es un sistema de muy buena productividad, no es lo común, pero sí hay productores que están en ese punto de rendimiento o muy cerca”, destacó.

En síntesis, el sistema totalmente estabulado produjo más que los otros sistemas con diferencias en leche y sólidos de un 30%. También hubo efectos en la estación del año, en el conjunto de los sistemas las vacas de parto en otoño produjeron más que en la primavera.

Por otra parte, las vacas que accedieron a la cama caliente no tuvieron afectación en la época de parto en otoño o primavera, pero las que quedaron con encierro a cielo abierto las de otoño produjeron más que en primavera, dato que estaba dentro de lo previsto y esta investigación lo confirmó.

Otro elemento estudiado fue el de la variación de la condición corporal y lo observado es que en todos los escenarios las vacas estabuladas, unas 50 o 60 por parto, salen del balance energético negativo y empiezan en un balance positivo, lo que está de acuerdo a lo experimentando por los productores que tienen un sistema de cama caliente.

Los casos de estabulación mixta con cama caliente o a cielo abierto mostraron resultados muy parecidos a los antecedentes con que ya se cotaban, con una caída inicial de su condición corporal, después hay un estancamiento y al día 150 o 180 empiezan a recuperarse. Esa recuperación lleva un tiempo considerable.

CALIDAD DE LOS PRODUCTOS.

La investigación también analizó el efecto del control del ambiente en la calidad de los productos lácteos, un trabajo integrado de EEMAC con Latitud del LATU.

Se lograron quesos y mantecas con la leche proveniente de los establecimientos experimentales. La leche fue trasladada a la planta piloto de Latitud donde se elaboraron los productos.

En cuanto a la leche, ésta presentó mayor contenido de vitamina A en los productos mixtos frente al sistema de encierro permanente. Lo mismo ocurrió con los quesos y las mantecas. A su vez, en las mantecas de los sistemas mixtos presentaron mayor color amarillo, mayor brillo y friabilidad, así como mayor sabor, olor, cremoso y diacetilo frente al encierro permanente.

Por otro lado, los sistemas de mayor control de ambiente -el estabulado y el mixto con cama caliente- presentaron mayor firmeza en placa y en boca, menor pegajosidad, untabilidad, menor velocidad de derretimiento en boca que en el sistema de bajo control de ambiente.

Las diferencias muestran que con un mismo sistema de alimentación el producto logrado tiene diferencias según el control de ambiente, lo que puede estar vinculado a los ácidos grasos.

La conclusión es que en leche, queso y manteca, los sistemas a pasto presentaron ventajas desde el punto de vista nutricional frente a la alimentación mezclada. Sin embargo el control del ambiente repercute en el perfil de los ácidos grasos y en las propiedades y textura de la manteca.

Asimismo se estudió cómo influye en los ácidos grasos el tipo de producción, concluyéndose que la leche y los quesos provenientes de vacas en sistemas mixtos de alimentación tuvieron un mejor perfil de ácidos grasos desde el punto de vista de la salud humana en comparación con el otro sistema; y el perfil de ácidos grasos en leche y quesos no fue afectado por la exposición de las vacas a diferentes ambientes durante el encierro.

HUELLA DE CARBONO.

Dada la importancia de los temas ambientales en la producción de alimentos, EEMAC analizó la huella de carbono de los tres sistemas lecheros en el tambo experimental.

En la lechería, la huella de carbono se define como el total de emisiones de gases de efecto invernadero expresados en bióxido de carbono equivalente asociados a la producción de 1 kg de leche corregida por gras y proteína dentro de un límite específico.

El sistema estabulado fue el que resultó con mayor emisión de gases de efecto invernadero y el tratamiento a cielo abierto el de menores emisiones, pero como la medición se asocia a la producción resulta que el tratamiento estabulado tuvo la menor huella de carbono (0,72), para el tratamiento mixto con cama caliente de 0,88 y a cielo abierto 0,75.

Las emisiones de un sistema con cama caliente son diferentes a las que tiene el sistema a cielo abierto. En el primero el estiércol se acumula un par de veces o más y eso lleva a una mayor emisión de gases, en el cielo abierto hay una condición más aeróbica y menos gases. En definitiva, el sistema mixto con cama caliente no logró diluir sus emisiones en los kilos de leche, por lo tanto presentó una mayor huella de carbono.

En el contexto internacional, los resultados obtenidos están por debajo del valor promedio mundial de la huella de carbono que es de 1,47 kg de dióxido de carbono equivalente por kilo de leche, el cual varía entre 0, 77 a 3,34. Los que se encuentran debajo de este rango son países con buen manejo de pasturas, buena eficiencia de conversión y sistemas estabulados con alta producción.

A nivel nacional los resultados se encuentran por debajo del promedio.

La conclusión es que el sistema estabulado mostró menor huella de carbono, el factor de mayor incidencia fue el metano, el encierre parcial en sistema de cama caliente no mejoró la producción de leche por tanto tampoco las hubo en su huella de carbono.

El aumento de la productividad es clave para reducir la huella de carbono y las vías para lograr ese aumento dependerá de cada sistema.

Fuente: semanario La Mañana.

Acceder a las presentaciones, en el siguiente video.

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