Lo positivo es que se superó un obstáculo y que el presidente, en su discurso, ya enumeró las cosas que inmediatamente debe encarar.

Horacio Jaume | La Administración Lacalle Pou acaba de sortear un obstáculo realmente difícil. El propio presidente, en más de una ocasión lo ha dicho, que la LUC (Ley de Urgente Consideración) es su libreto u hoja de ruta.

Ese libreto había sido cuestionado en algunas partes medulares y puesto a la consideración popular. El poder haber salido airoso de tal momento demuestra o asegura algunas cosas.

En primer lugar, que el Gobierno tiene crédito para poder actuar, cosa que no es menor ya que después de haber sorteado una pandemia que exigió el máximo de los esfuerzos en algo que nadie imaginaba, le asegura que va a poder aplicar lo que él considera particularmente como su hoja de ruta.

Eso fue lo que se votó el domingo. Los argumentos eran otros, la realidad era esa.

Lo otro que también quedó demostrado el domingo fue quiénes eran los reales opositores. Cuando las cámaras de televisión mostraron el estrado de las figuras del Sí, eran todos sindicalistas y su principal jugador el Partido Comunista. Es de las pocas veces, salvo el 1° de mayo que esta fuerza política se muestra de esa manera.

El contenido del discurso de Fernando Pereira fue muy parecido al de Daniel Martínez, alentando a sus seguidores, usando un término futbolero cuando dijo que si el partido duraba 15 minutos más lo ganaban. Fue en el único momento que aceptó la derrota porque inmediatamente agregó que tenía fe en que iban a ganar.

El discurso de Lacalle habló de otras cosas, las cosas que quedan por realizar, diciendo además que el tiempo no es mucho y la oposición parece que va a ser muy fuerte.

Lo positivo es que se superó un obstáculo y que el presidente, en su discurso, ya enumeró las cosas que inmediatamente deben encarar, como por ejemplo la Seguridad Social y la Educación.

La mejor de las suertes, presidente.

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