Ante el conflicto en puerta, el Mercosur no toma posición al respecto, no le compete, pero es difícil de entender que países como Argentina y Brasil den señales de amistad con Rusia.

Hébert Dell’Onte | El presidente de Argentina, Alberto Fernández, visitó a comienzo de mes al presidente de Rusia, Vladimir Putin; esta semana es el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que viajará a aquel país. Los encuentros de Fernández y Bolsonaro con Putin se dan cuando el mundo pone atención en lo que puede ser un conflicto bélico de varias naciones y dimensiones que nadie se atreve a pronosticar.

El Mercosur no toma posición al respecto del conflicto Rusia – Ucrania, no le compete, pero primero el presidente de Argentina y ahora el de Brasil, dan señales difíciles de entender para Occidente

El miércoles 2 de febrero el presidente Fernández, viajó a Rusia y mantuvo un encuentro con su par Vladimir Putin, y luego se trasladó a China entrevistándose con Xi Jinping.

Este fin de semana Fernández quiso bajar el revuelo internacional que causó su viaje, en especial respecto a Estados Unidos. En declaraciones a una emisora porteña expresó que Argentina “no tienen amigos ni enemigos permanentes”, y que no sabe por qué “viajar Rusia y China significa tener mala relación con Estados Unidos”.

Argumentó que “el mundo es multilateral. Eso nos obliga a vincularnos, a tener relaciones maduras y de respeto. No hay amigos ni enemigos permanentes. Hay que trabajar en favor de lo que Argentina necesita”, dijo, y enfatizó: “Fuimos a promover nuestros vínculos comerciales y financieros”.

BOLSONARO VIAJARÁ EL MARTES 15.

Si llama la atención la actitud del presidente kirchnerista, mucho más la del mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, que el sábado pasado confirmó que el martes 15 viajará a Rusia para entrevistarse con Putin. En la agenda de temas se encuentran temas como agricultura, energía y defensa. Bolsonaro dijo que concurre por invitación de su par ruso.

Analistas y periodistas internacionales dijeron que Estados Unidos presionó para que el viaje no se realice dado el deterioro que se ha dado en la frontera de Rusia con Ucrania, y que podría ser el inicio de un conflicto bélico de dimensiones aún desconocidas. Sin embargo, Bolsonaro contestó que Rusia tiene mucha importancia para su país. “Brasil depende en gran parte de los fertilizantes de Rusia”, los que representan casi el 60% de las compras de Brasil a ese país, y son esenciales para la agricultura, motor de la economía brasileña.

En contrapartida, y en lo que parece un intento por llegar a un equilibro con todas las partes, el viernes 11 el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño celebró 30 años de relaciones diplomáticas con Ucrania, al que reconoció su independencia en 1991.

Además, cabe recordar que en diciembre de 2009, el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitó Ucrania y firmó una asociación estratégica en las áreas del espacio, la salud y también la defensa.

Lo curioso es que Fernández y Bolsonaro, tan distanciados ideológicamente, son protagonistas casi al mismo tiempo por dar las mismas señales a un mundo que ve cómo los esfuerzos diplomáticos para evitar el conflicto fracasan.

ARGENTINA ¿PUERTA DE ENTRADA DE RUSIA?

No sabemos qué ofrecerá Bolsonaro a Putin, pero Fernández dijo que Argentina puede ser “la puerta de entrada de Rusia a América Latina, y eso es peor que el viaje en sí.

“El entorno es muy favorable. Argentina debería ser la puerta de entrada en América Latina”, fueron las palabras textuales informadas por la televisión rusa y no desmentidas ni aclaradas por el Gobierno argentino que omite que es Rusia quien está poniendo en peligro la paz mundial por su escalada agresiva contra un país libre e independiente.

Esas cosas siempre traen consecuencias.

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