El Banco Central redujo la tasa de interés, ¿cambiará la política monetaria?
La pregunta ahora es si la decisión del BCU nos conducirá a una nueva realidad en la política cambiaria, algo largamente solicitado por el sector productivo y toda la cadena exportadora, además de varios líderes y sectores políticos nacionales.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Este miércoles 19 se conoció que el Banco Central del Uruguay (BCU) redujo la tasa de interés ante el perfilamiento a la baja de la inflación; el Comité de Política Monetaria (Copom) redujo la tasa de interés en 25 puntos de 11,50 hasta 11,25%.
El presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, una de las voces que con más energía reclamó la necesidad de tener un tipo de cambio adecuada a la de un país productivo, escribió en su cuenta de Twitter @FreddyLago que es “oportuna decisión del Copom” de “rebajar la TPM. Ojalá sea el inicio de un proceso continuo de baja de interés. Buena acción del BCU”.
La media, además de reclamada era esperada. En enero había trascendido que para 2023 el BCU analizaba la posibilidad de plantear una política monetaria más flexible y se manejaba suspender los aumentos de la Tasa de Política Monetaria (TPM). Si eso fuera así, estaríamos ante el primer paso.
LA DESACELERACIÓN DE LA INFLACIÓN DESDE OCTUBRE SUSTENTA LA MEDIDA.
El comunicado del Comité de Política Monetaria de ayer, señala que el BCU “resolvió una reducción de 25 puntos básicos en la TPM, fijándola en 11,25%, tras realizar una evaluación positiva del descenso paulatino de la inflación en los últimos seis meses y de la consolidación esperada de esta tendencia en los próximos meses”.
Argumenta que en marzo la inflación fue de 7,33%, confirmando “la desaceleración que se observa desde octubre 2022, a pesar de los efectos coyunturales de la sequía. En particular, la inflación subyacente se redujo de manera más pronunciada y se ubica en 6,16%, el nivel más bajo en los últimos 5 años y muy cercano al techo del rango meta”.
También apunta que “en el entorno económico global, la inflación muestra rigidez, con un descenso más lento al esperado, y la actividad económica exhibe señales de menor crecimiento en el margen por las restricciones financieras derivadas de la crisis bancaria en Estados Unidos y Europa”; a su vez, “en contraposición, las perspectivas de crecimiento para la economía china se siguen revisando al alza luego del levantamiento progresivo de las restricciones sanitarias. Mientras tanto, en la región se espera un menor crecimiento económico”.
En el caso de Uruguay, “la actividad creció 4,9% promedio anual en 2022, donde se observaron en el último trimestre los primeros efectos de la sequía. Estos efectos se observaron en el IPC en los primeros meses de 2023, afectando al alza los precios de frutas y verduras”.
Luego de todas esas consideraciones añade: “Dado el actual proceso de consolidación de una tendencia decreciente de la inflación, el Directorio del BCU decidió una reducción de 25 puntos básicos en la TPM hasta 11,25%. Esta decisión es consistente con la continuidad de la política monetaria contractiva y con el objetivo de continuar los esfuerzos para la convergencia de la inflación y sus expectativas, aun rígidas, en el horizonte de política monetaria”.
QUÉ ESPERAR EN EL FUTURO.
Respecto a la pregunta del título sobre si cambiará la política monetaria o sobre qué hará el BCU con la TPM en el futuro, el propio BCU responde que eso dependerá y está “condicionado por la evolución de las expectativas de inflación de los distintos agentes económicos”, concluye.
REACCIONES.
Pablo Montaldo, presidente de la Cámara de Empresas de Servicios Financieros del Uruguay, comentó en sus redes sociales que “pese a que el BCU espera una consolidación de la tendencia descendente de la inflación, esta baja de la TPM podría ser una señal para que los agentes económicos concluyan lo contrario, cuando se está en la antesala de una nueva ronda de negociación salarial”.
El Ec. José Licandro consideró que “claramente el Gobierno (vía BCU) tiró la toalla contra la inflación. Al menos debería cuidarse de caer en contradicciones obvias: baja la TPM al tiempo que publica expectativas de inflación en alza”. Coincide con Montaldo al señalar que la medida se toma “en vísperas de importantes negociaciones salariales y Rendición de Cuentas”.
El también economista Aldo Lema señaló tres “posibles efectos” de la medida, que son: “Alguna presión alcista en tipo de cambio; caídas en las tasas nominales, sobre todo cortas (curva algo menos invertida); y cierta alza en expectativas de inflación”. Finalmente, y fuera del ámbito económico pero sí político y oficialista, hay que recordar que en febrero de este año el senador Sebastián da Silva (Partido Nacional) había reclamado al BCU “mirar el mundo real y que dejen flotar libremente al dólar. El Uruguay de la producción está incendiado y no podemos agregarle estímulos bajistas artificiales”.