De confirmarse ese total significaría un incremento del 3% respecto a 2024, pero continuaría por debajo del promedio de los últimos años.
Montevideo | Todo El Campo | Esta semana, la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) publicó las primeras estimaciones sobre la producción anual mundial de vino para 2025.
La institución fundada hace más de 100 años (29 de noviembre de 1924), es referente mundial del sector vitivinícola, compuesta por 51 países productores y consumidores de uva y vino, representando el 90% de la superficie mundial de viñedo, el 88% de la producción mundial de vino y el 75% del consumo mundial.
Su creación fue a impulso de 8 países (España, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Luxemburgo, Portugal, Túnez); hoy ese número se ha extendido siendo Uruguay uno de sus miembros, también Argentina, Brasil y Chile.
Datos curiosos: Estados Unidos -el principal consumidor de vino en el mundo- dejó de ser parte del grupo por diferencias con el funcionamiento; en 2024 China -que está 10 lugares más abajo que Estados Unidos en el consumo- se convirtió en el Estado número 51. El único país de América del Norte que integra la OIV es México.
PRODUCCIÓN MUNDIAL 2025.
Inicialmente, la OIV estimó que en 2025 la producción mundial de vino será de entre 228 y 235 millones de hectolitros (1 hectolitro = 100 litros), y un promedio estimado de 232 millones de hectolitros.
Eso supone un incremento en la producción el 3% con respecto a la cosecha de 2024, que fue históricamente baja. Aunque positiva, esa mejora en la producción no deja al sector bien posicionado porque sigue estando un 7% por debajo de la media de los últimos cinco años, advirtió la OIV.
Este año, los mayores productores de vino son: Italia con 47,3 millones de hectolitros (Mhl), seguido por Francia (35,9 Mhl) y España (29,4 Mhl).
Estados Unidos ocupa el cuarto lugar como productor, en tanto que Australia se recupera de la mala cosecha de 2024 y se ubicó en el quinto escalón como productor mundial en 2025.
Sexto está Argentina, el mayor productor de Sudamérica.
La OIV dará a conocer los datos definitivos de la producción mundial de vino en 2025 en el segundo trimestre de 2026.
PRINCIPALES CONSUMIDORES.
Los países de mayor consumo de vino -datos de 2024- son Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido, que en conjunto son responsables de más del 50% de todo el vino a nivel mundial.
El consumo mundial de vino bajó en 2024 a su nivel más bajo desde 1961, anunció este martes la Organización Internacional del Vino (OIV), que alertó también de la “incertidumbre” en el sector por los aranceles estadounidenses.
Montevideo | EFEAgro | Todo El Campo | El consumo mundial se situó en 214,2 millones de hectolitros (mhl), según las estimaciones divulgadas por la OIV en una conferencia de prensa. Se trata de un 3,3% menos que en 2023 y la cifra más baja desde 1961.
Los dos mayores mercados, Estados Unidos y Francia, registraron descensos del consumo del 6% y del 4%, respectivamente, indicó el director general de la OIV, John Barker.
La organización atribuyó el descenso del consumo a varios factores, como el cambio de gustos de los consumidores, las diferentes preferencias entre generaciones y el aumento general de precios, debido a la subida de la inflación a nivel global.
El responsable de la organización reconoció que los aranceles anunciados por el Gobierno de EE.UU. están generando “incertidumbre en el mercado”, aunque rechazó “especular sobre posibles escenarios futuros” hasta ver.
Barker recalcó que, si los aranceles al vino se quedaran en el 10%, eso no cambiaría el estatus de Estados Unidos como gran mercado vinícola. Sin embargo, recordó que un 47% del vino producido a nivel global es exportado, por lo que “cualquier tipo de barrera genera distracción en el mercado”.
En 2024, Estados Unidos fue el mayor importador de vino por valor (6.300 millones de euros) pero el tercero en volumen, con 12,3 mhl, por detrás de Alemania (12,7) y Reino Unido (12,6 mhl).
La producción de vino en 2024 alcanzó los 225,8 mhl, un 4,8 % menos que en 2023 y la más baja en 60 años, debido a la sucesión de “eventos climáticos extremos” que también crearon problemas a nivel sanitario en los cultivos de amplias zonas productoras, indicó la OIV, que tiene su sede en Dijon (este de Francia).
La menor producción y el aumento de precios tuvo como consecuencia la estabilización del comercio internacional de vino, tanto en volumen, con 99,8 mhl (un 0,1% menos que en 2023), como en valor (35.900 millones de euros, un 0,3% menos).
PRODUCCIÓN EN EL HEMISFERIO SUR.
La OIV avanzó que la producción en los países del hemisferio sur, que están concluyendo la vendimia, alcanzará los 47 millones de hectolitros este año, con un aumento del 2,6 % respecto a 2024. La producción vitivinícola subirá en Argentina, Brasil, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, aunque bajará en Chile, según apuntan los datos nacionales comunicados a la OIV.
En el mundo la industria del vino se esfuerza a favor de los vinos de bajo contenido alcohólico en respuesta al creciente interés de los consumidores por el consumo moderado.
Montevideo | Todo El Campo | En 2012, en el 35º Congreso Mundial de la Viña y el Vino que tuvo lugar en Izmir (dicen que es la ciudad más liberal de Turquía), se adoptó la Resolución OIV-OENO 394A-2012, sobre la Desalcoholización de los Vinos.
La resolución mencionada trata sobre los requisitos para la producción vitivinícola con un contenido alcohólico reducido o bajo, lo que se logra mediante la técnica de evaporación parcial al vacío, técnicas de membranas y/o destilación.
El texto también especifica que estos procesos no deben utilizarse en vinos con defectos organolépticos y deben ponerse bajo la responsabilidad de un enólogo o técnico cualificado (ver resolución al pie del artículo).
El marco de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) para la desalcoholización proporciona a los productores herramientas para innovar en un contexto de complejidades técnicas y comerciales. Este progreso apoya los objetivos del sector de calidad y autenticidad en un clima de consumo cambiante.
ADAPTACIÓN A LAS TENDENCIAS DE CONSUMO: EL ENFOQUE DE LA OIV PARA LA DESALCOHOLIZACIÓN DE LOS VINOS.
Sobre el tema, Valérie Lempereur, directora de Transferencia de Tecnología del Instituto Francés de la Viña y el Vino (IFV), compartió sus consideraciones al respecto.
Dijo que “las técnicas de desalcoholización del vino descritas en el Código Internacional de Prácticas Enológicas de la OIV (OENO-394A-2012) ofrecen a los operadores del sector vitivinícola una solución técnica supervisada que responde a las expectativas cambiantes de algunos consumidores que buscan opciones con bajo o sin alcohol. Estos métodos abren nuevas oportunidades de mercado para el sector vitivinícola, atrayendo a un público diverso y minimizando el impacto en los aromas y la estructura del vino, lo cual es esencial para aumentar la diversidad de los productos vitivinícolas.
Sin embargo, estas técnicas plantean desafíos que requieren la colaboración entre productores e investigadores para garantizar la integridad de estos vinos. Adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores permite a los productores innovar preservando la calidad y autenticidad de sus vinos.
EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LA CRECIENTE DEMANDA DE VINO DESALCOHOLIZADO
Fernando Zamora, profesor de la Facultad de Enología de la Universidad Rovira i Virgili, señaló que hay un “creciente interés de los consumidores por los vinos desalcoholizados está llevando a los enólogos a adaptarse para satisfacer esta demanda particular”.
“La OIV abordó esta evolución en el 35º Congreso Mundial de la Viña y el Vino adoptando dos resoluciones clave: una que permite la desalcoholización casi total (hasta menos del 0,5% de alcohol) y la otra reducción parcial (hasta el 20%) del contenido alcohólico con el fin de mejorar el equilibrio gustativo.
“Hoy en día, los viticultores se enfrentan a decisiones difíciles: cosechar temprano para obtener niveles de alcohol más bajos o dejar que las uvas alcancen la madurez fenólica completa, a riesgo de provocar un contenido excesivo de alcohol”.
La desalcoholización parcial puede “mejorar el equilibrio de estos vinos, mientras que la desalcoholización casi total ofrece un nuevo producto que es bien recibido por muchos consumidores. Estas adaptaciones podrían resultar esenciales para mantener tanto la calidad de los vinos como el atractivo para el consumidor en un escenario de condiciones climáticas cambiantes”.
TÉCNICAS AVANZADAS DE DESALCOHOLIZACIÓN DEL VINO PARA HACER FRENTE AL AUMENTO DE LOS NIVELES DE ALCOHOL
Matthias Schmitt, de la Universidad de Hochschule Geisenheim, sostuvo que “el aumento constante del contenido alcohólico de los vinos registrado en las últimas décadas ha hecho que la desalcoholización del vino sea un tema cada vez más importante”.
“Si bien factores como la mejora de la viticultura y las prácticas modernas de vinificación contribuyen a los niveles más altos de alcohol, el cambio climático sigue siendo el principal culpable de los altos niveles de azúcar que conducen a niveles excesivos de alcohol”, añadió.
Los niveles de alcohol “puede llevar a la percepción de un vino desequilibrado y demasiado alcohólico, lo que puede provocar el rechazo del consumidor y problemas de fermentación”.
La Resolución OENO 394A-2012 de la OIV ofrece soluciones para la reducción del contenido alcohólico en el vino, respondiendo así tanto a la demanda del mercado como al deseo de preservar el equilibrio natural del vino. Para ello, los enólogos utilizan métodos físicos para la reducción selectiva del alcohol, como la destilación al vacío y los procesos selectivos de membrana.
La destilación al vacío, a menudo realizada mediante columnas de cono giratorio o métodos de molienda al vacío, permite que el proceso se aplique a temperaturas moderadas de 40 °C o menos y que se logre rápidamente una desalcoholización completa. Para la desalcoholización parcial, el tratamiento se aplica a una porción del vino que luego se vuelve a mezclar con el vino inicial. También es posible utilizar procesos de membrana como la ósmosis inversa o la destilación osmótica, en los que el vino se somete a sucesivos pasos a través de membranas hasta alcanzar el contenido de alcohol deseado.
Estas técnicas deben aplicarse con conocimientos especiales para no comprometer la calidad del vino, lo que pone de manifiesto la necesidad de una supervisión profesional por parte de enólogos y técnicos cualificados.
ALGUNOS DESAFÍOS.
Adriaan Oelofse, director de Investigación, Desarrollo e Innovación de South Africa Wine, apuntó que hay un “esfuerzo de la industria a favor de los vinos de bajo contenido alcohólico en respuesta al creciente interés de los consumidores por el consumo moderado”.
Añadió que “técnicas como la evaporación parcial al vacío, la filtración por membrana y la destilación controlada pueden reducir el alcohol y conservar el sabor. Cada uno de estos procesos ofrece ventajas distintas”, aclaró, y explicó: “La evaporación al vacío permite eliminar suavemente el alcohol, técnicas de membrana como la ósmosis inversa para separar selectivamente el alcohol conservando los aromas, y la destilación para controlar con precisión el contenido de alcohol”.
Sin embargo, la “reducción del contenido de etanol influye en las percepciones organolépticas, disminuyendo frecuentemente la complejidad del vino en términos de aroma, sabor y sensación en boca. Esta resolución no solo avanzó en los métodos para reducir el contenido de alcohol, sino que también profundizó la comprensión de la composición intrínseca del vino, equilibrando los aromas volátiles y no volátiles con la acidez y el dulzor para cumplir con los estándares de calidad”.
La producción de vinos de alta calidad y bajo contenido alcohólico presenta algunos desafíos, como preservar el sabor, superar el escepticismo de los consumidores y mantener los costos de producción bajo control.
La educación del consumidor sigue siendo vital para alinear las expectativas de sabor en los productos de bajo contenido alcohólico que a menudo carecen de las propiedades conservantes del alcohol, plantean problemas de estabilidad en las estanterías. Al adherirse a estos estándares en evolución y refinar técnicas para reducir el contenido de alcohol, la industria del vino busca producir vinos que honren la calidad tradicional y satisfagan las preferencias modernas.
En general, la resolución de la OIV refleja el compromiso de la Organización de apoyar las tendencias de los consumidores a través de la innovación, dotando al sector vitivinícola de herramientas para satisfacer la demanda de vinos de bajo contenido alcohólico, preservando al mismo tiempo su autenticidad, calidad y valor cultural, a través de la colaboración con investigadores y profesionales del sector.
En 2023 se redujo el consumo mundial de vino mientras aumentó el valor de su comercio, con la inflación golpeando con fuerza, dijo la OIV -Organización internacional de la Viña y el Vino.
Montevideo | Todo El Campo | El 26 de abril, el director general de la OIV (Organización internacional de la Viña y el Vino), John Barker, desde su sede en Dijon (ciudad de Francia), presentó el informe anual sobre “Actualidad de la Coyuntura del sector vitivinícola mundial en 2023”, en el que recoge datos sobre superficie mundial de viñedo, producción mundial de vino, consumo y exportaciones mundiales de vino.
2023 fue un año en el que el sector mundial del vino tuvo que enfrentarse a fuertes retos. Con una producción históricamente baja y precios al alza, se dejaron sentir fuertes presiones inflacionistas que ya habían comenzado en 2022.
La superficie mundial sigue a la baja, perdiendo un 0,5%, respecto a 2022, situándose en los 7,2 millones de hectáreas. Esta tendencia a la baja, que se mantiene por tercer año consecutivo, se explica por la eliminación de viñedos en las principales regiones vitivinícolas, en ambos hemisferios.
En cuanto a la producción mundial de vino en 2023, muchos viñedos de todo el mundo se vieron afectados por condiciones climáticas extremas y enfermedades fúngicas, llevando a una producción mundial de vino históricamente baja, de 237 millones de hectolitros. Con respecto a 2022, se registró una caída del 10%, tratándose de la producción más baja desde 1961.
En lo referente al consumo mundial de vino, la OIV lo estima en 2023 en 221 millones hl, lo que supone un descenso del 2,6% respecto a las ya bajas cifras de 2022. El aumento de los costos de producción y distribución, impulsado por las presiones inflacionistas, provocó un aumento de los precios del vino para los consumidores, con un menor poder adquisitivo. A pesar de estos retos, algunos mercados han demostrado su resistencia.
Las exportaciones mundiales de vino en 2023 también se vieron notablemente afectadas por la subida de los precios. Aunque el volumen total de vino exportado descendió en 99 millones de hectolitros, el valor de las exportaciones alcanzó los 36.000 millones de euros. El precio medio de vino en exportación alcanzó un máximo histórico de 3,62 euros por litro. (Observatorio Español del Mercado del Vino).
La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) analizó la tendencia del consumidor de vino resultando que desde 2013 la producción de vino blanco se impone al tinto.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Según revistas especializadas, el vino tiene su origen entre los años 6.000 y 5.000 a.C., pero no es hasta la Edad de Bronce (3.000 a.C.) cuando se estima que se produjo el verdadero nacimiento del vino, estimándose que antes, quizá, se había logrado de forma accidental. Estudios arqueológicos encontrado indicios que fijan el origen de la primera cosecha de vino en Súmer, esas fabulosas tierras que eran regadas por el Tigris y el Éufrates en el Oriente Próximo, la antigua Mesopotamia.
Otros estudios remiten el origen del vino a la Edad de Piedra, periodo comprendido, aproximadamente entre los 2.500.000 y 3.000 años a. C. y se lo coloca como una de las primeras creaciones del hombre, lo cual es muy posible que sea cierto dado que la uva es el único fruto que fermenta naturalmente, o sea que al dejar su jugo en recipiente (que podría ser de piedra), se hace prácticamente solo.
La Biblia dice en el libro Génesis que Noé -el del arca- fue un agricultor que plantó una viña, bebió el vino y sin darse cuenta por ser el primer humano en probarlo, se embriagó, lo que lo convierte en el primer enólogo en el mundo. En la Antigua Grecia se menciona a Dioniso, el dios del vino, al que los romanos llamaban Baco.
Como fuere, el del vino es un sector que está en permanente transformación, sea desde la Edad de Piedra o porque Noé lo descubrió. Gracias a aquellos primeros hombres comenzó una evolución que nos trae a las finezas actuales.
LOS CAMBIOS DESDE EL AÑO 2000.
Según el OIV Focus 2023 se puede observar un cambio dramático y drástico en el número de bebedores de vino a nivel mundial, alejándose del vino tinto y acercándose a los vinos blancos y los rosados, comentó Sobrelías, una revista digital especializada en vinos y bodegas.
En el gráfico siguiente se ve el comportamiento mundial del vino blanco, tinto, y rosado desde el año 2000, el cambio de tendencia en la producción solo se explica por un cambio en la preferencia del consumidor.
Lo que se muestra es la evolución de la producción mundial de vino por color/mhl, 2000-2021 (Fuente: OIV).
Entre 2000 y 2004, el vino tinto representó en promedio el 47,6%, poco menos de la mitad del total mundial. En 2013, nueve años después, los blancos superaron a los tintos y mantienen su liderazgo desde entonces. Entre 2017 y 2021, la participación del vino tinto había caído aún más, hasta el 42,6%, en comparación con el 49,3% del blanco. Los vinos rosados tienen una producción muy similar ahora que hace dos décadas. No obstante, el consumo ha aumentado.
Así lo representa la siguiente gráfica que muestra cómo evolucionó el consumo mundial de vino rosado/ml, 2000-2021 (Fuente: OIV).
TENDENCIAS Y DESAFÍOS.
Sobrelías analiza las tendencias del consumidor mundial y menciona la “mayor graduación en los vinos tintos”; o que “las nuevas generaciones quieren ingerir menor cantidad de alcohol”; también que ese perfil de bebedores ha introducido en sus preferencias “los vinos espumosos, donde los tintos no tienen presencia”. Y se podría seguir enumerando factores.
“Diferentes” son las causas que “se han unido para que la producción y el consumo del vino tinto esté en claro retroceso”, mientras que los “blancos, rosados y espumosos, están entrando con fuerza en los perfiles de los nuevos bebedores”.
Eso es algo que “genera incertidumbre ya que, cuando estos consumidores vayan aumentando en edad no se sabe si seguirán fieles a los perfiles de vinos que beben actualmente o si pegarán el salto a los vinos tintos”, advierte Sobrelías, y ahí hay un desafío muy interesante para el mercado de bebidas y las bodegas en particular.
Si embargo el análisis agrega: “Todo hace indicar” que eso no sucederá, y el alejamiento del tinto es un paso sin retorno para las nuevas generaciones. “Lo que parece hoy una caída en el consumo de vino tinto, puede convertirse en un drama que no tardará mucho en llegar”. Imagen de portada: antiguas pinturas y frescos muestran al pueblo egipcios trabajando la tierra con plantas de vid, la mayoría en forma de emparrados. Imagen tomada de internet.