Agronegocios, generando hidrógeno verde.
El hidrógeno tiene un potencial interesante para convertirse en uno de los principales combustibles sustituto del petróleo porque tiene una capacidad energética de hasta tres veces mayor que la de la gasolina y no emite gases de efecto invernadero.
Marcos Fava Neves | Brasil | La producción de energía renovable es una de las principales discusiones hoy en día y se ha buscado en todo el mundo. Como ya sabemos, la agroindustria brasileña toma protagonismo en este contexto con su gran producción de etanol. Además, otras fuentes ganan protagonismo, como el biogás. Pero el potencial de este sector para contribuir a la producción de lo que muchos llaman el “combustible del futuro”, el hidrógeno verde, aún es poco conocido.
El hidrógeno tiene un potencial interesante para convertirse en uno de los principales combustibles para sustituir al petróleo porque tiene una capacidad energética de hasta tres veces mayor que la de la gasolina y no emite gases de efecto invernadero en su combustión, según Cibiogás.
Para obtenerlo en su forma pura, se necesitan procesos complejos. Cuando la fabricación se realiza de forma “limpia” y a través de una fuente de energía renovable, se puede decir que existe la producción de hidrógeno verde.
Una de las principales formas de producir este combustible es a través del uso de electricidad para promover la “descomposición” de las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno. El sector azucarero-energético es prometedor en cuanto a la producción de hidrógeno verde, debido a la sinergia que existe entre este combustible y los productos generados a partir de la biomasa. Por ejemplo, se puede utilizar la energía eléctrica generada a partir del bagazo de caña de azúcar y el agua de vinaza.
El biometano (la forma más purificada de biogás) que, además de ser también un biocombustible de alto potencial, puede ser una de las fuentes para la producción de hidrógeno verde.
Los expertos señalan que Brasil tiene el potencial de convertirse en uno de los principales productores mundiales de hidrógeno verde, incluida la posibilidad de exportarlo a otros países. Una prueba de ello fue el reciente anuncio de la construcción de la primera fábrica de producción del país en la ciudad de Camaçari (estado de Bahía), que según Infomoney puede ser la más grande del mundo. Se realizará una inversión de US$ 120 millones para la producción de combustible, lo que equivale a más de R$ 600 millones en la actualidad.
El hidrógeno verde sigue siendo una solución interesante para la producción de fertilizantes, ya que puede transformarse en amoníaco para la producción, por ejemplo, de urea y nitrato de amonio, reduciendo la necesidad de importar tales insumos. Por lo tanto, la aplicación de esta solución en la agroindustria es muy interesante y esto puede conducir en los próximos años más a esta revolución verde.
Estudios de McKinsey & Company estiman que a partir del uso de hidrógeno verde en 2040, Brasil puede evitar la emisión de 75 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. El crecimiento en el uso de este combustible también es capaz de generar un impacto significativo con respecto a los objetivos establecidos en el Acuerdo de París y la consecución de un escenario futuro de cero emisiones de carbono.
Está demostrado que para la agroindustria y para Brasil, por lo tanto, hay otra oportunidad para generar energía limpia y sostenible.
El hidrógeno verde es otro producto que debe promover el desarrollo del país de manera ejemplar para todo el mundo.
(*) Marcos Fava Neves – Profesor en FEARP/USP y EAESP/FGV. Miembro del Consejo de la Asociación Mundial de la Alimentación (IFAMA) y creador del DoutorAgro.com. Ha publicado, con su equipo, más de 50 libros en 10 países. El articulo fue publicado en el portal de la revista brasileña ADM Pro Agronegocios generando energía con el combustible del futuro: ¡hidrógeno verde! – CRA-SP (crasp.gov.br)
Foto Portal Movilidad.