Ministro Mattos llamó a rediscutir la institucionalidad agropecuaria.
El ministro entiende que Uruguay está en el mejor momento para discutir el desarrollo económico, la infraestructura, la inserción internacional, el desarrollo humano y la institucionalidad agropecuaria, lo que incluye al propio Ministerio y algunas vacas sagradas.
Punta del Este, Maldonado | Todo El Campo | Al exponer en la primera edición de Agro en Punta Expo & Business, evento realizado en el Centro de Convenciones de Punta del Este a comienzos de febrero, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, dijo que el agro tiene las incertidumbres de cualquier actividad económica, más otras “variables más complejas como las climáticas y las sanitarias”, que muchas veces “se asocian a las vulnerabilidades de los sistemas productivos, porque las afectaciones climáticas determinan más enfermedades, más vectores, más plagas, y eso agrega incertidumbre”.
Para despejar esas incertidumbres, un país como Uruguay “necesita tener políticas de Estado sectoriales agropecuarias” para poder “impulsar y dar certezas a los actores y a las inversiones que se realizan”.
Es por eso que desde el Ministerio se “encaró la difícil tarea de realizar la Estrategia Nacional de Desarrollo Agropecuario que denominamos Senda, porque significa un camino hacia el futuro y la prosperidad”.
Observó que “Uruguay crece un ritmo lento y a una tasa por debajo a lo deseado, y entendemos que con el aporte de todos los actores Senda puede significar la posibilidad de diseñar las políticas de forma más interactiva, amplia y generando consensos hacia el futuro”.
Como año electoral, 2024 es “fermental en discusiones de ideas y por eso entendemos que es oportuno llevar adelante Senda” cuyos “pilares hablan de desarrollo económico, la infraestructura, la inserción internacional, el desarrollo humano, la institucionalidad agropecuaria”.
La institucionalidad “es una fortaleza de Uruguay”, dijo Mattos, y reconoció los aportes que ha realizado. Pero en algunos casos “su diseño tiene algunas décadas y entendemos que es un buen momento de discutirlas” incluyendo al propio Ministerio “que también se tiene que modernizar, y en ese camino estamos con todas las dificultades que eso implica porque muchas veces es tocar vacas sagradas que no podemos dejar de rediscutir”.