Milei recibe un país al borde del abismo, como en tiempos de Celestino Rodrigo.

Milei recibe un país al borde del abismo, como en tiempos de Celestino Rodrigo.

La inflación mensual de dos dígitos y anual de 140%, con los precios relativos completamente distorsionados y una inercia inflacionaria que viaja a razón de 300% anualizada. Una dinámica inflacionaria similar a la del llamado “rodrigazo”.

Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | ¡Qué país recibe Javier Milei, el presidente electo en las elecciones del pasado domingo, que puso afuera del Gobierno al kirchnerismo?

En ediciones anteriores Todo El Campo ha informado sobre los pésimos indicadores, y no hay economista que lo niegue, ni ama de casa. No es necesario conocer de economía para ver el desastre en que se encuentra el país.

El Ec. Esteban Domecq cuestionó los dichos del excandidato oficialista y ministro de Economía Sergio Massa, que cuando el domingo 19 reconoció la derrota ante su desafiante Milei, aseveró: “Mañana todo es responsabilidad del ganador”, haciéndolo con la carga del desastre kirchnerista.

“No”, enfatizó Domecq, no es como Massa dice lavándose las manos y tratando de quitarse la responsabilidad directa que tiene por ser el ministro de Economía.

“No. Lo que suceda en los próximos meses será la consecuencia directa y natural del descalabro económico que deja el actual Gobierno” encabezado por Alberto Fernández y Cristina Fernández, y Sergio Massa como ministro responsable de la economía y las finanzas.

El siguiente es el panorama que hereda Milei en la descripción de Domecq.

Déficit fiscal primario de 3% del PBI; y déficit total (intereses incluidos) superando el 5% del PBI; con las tarifas de servicios públicos atrasadas; impuestos que se adelantaron y muchas partidas de gasto que aumentaron en los últimos meses con el Plan Platita. Un gasto publico gigante, ineficiente y deficitario.

La deuda del Gobierno supera los US$ 400.000 millones, en máximo histórico, con el riesgo país superando 2.400 puntos básicos, el mercado externo completamente cerrado y el mercado interno saturado con deuda doméstica toda indexada. Sin ningún tipo de financiamiento.

Inflación mensual de dos dígitos y anual de 140%, con los precios relativos completamente distorsionados y una inercia inflacionaria que viaja a razón de 300% anualizada. Una dinámica inflacionaria similar a la del llamado “rodrigazo” (fuerte plan de ajuste implementado por el ministro de Economía Celestino Rodrigo en 1975).

Tasa de interés de política monetaria en 133% tasa nominal anual TNA (250% TEA -tasa efectiva anual), con pasivos remunerados (Leliqs) superando los 23 billones de pesos argentinos, que crecen más de $ 2 billones por mes y ya superan los 10% del PBI. Un desequilibrio monetario que no se veía desde los años ochenta.

Banco Central completamente quebrado, sin reservas (las reservas netas negativas en los US$ 12.000 millones), con el mercado de cambios todo cepeado y distorsionado, múltiples tipos de cambio, brecha superando 150% y el tipo de cambio oficial fuertemente atrasado.

Balanza comercial deficitaria, con más de US$ 55.000 millones de deuda de importadores con proveedores del exterior -US$ 25.000 millones forzados con SIRAs (Sistemas de Importaciones) y SIRASEs (Sistema de Importaciones y Pagos de Servicios al Exterior) en el último año- y con la actividad en retroceso, acumulando doce años de estancamiento estructural y una caída de 15% del PBI per cápita.

La pobreza superando el 40% y en franco aumento, con más del 60% de los niños pobres y la indigencia que ya llega a 10% de la población.

En conclusión: lo que ocurra de aquí al cambio de Gobierno es responsabilidad del Fernández y Massa; y lo que venga después estará condicionado por el calamitoso estado en que se encuentra el país.

Foto de portada: Celestino Rodrigo.

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