El presidente de una importante institución agrícola de Valencia, dijo que la zona mediterránea conoce lo grave que puede ser una DANA, por lo que hay que estar preparados; pero ocurrido el fenómeno, lo primero es ayudar a todos los damnificados, y lo segundo, decidir cómo evitamos que esta catástrofe vuelva a suceder.
Cristóbal Aguado Laza | Valencia, España | Todo El Campo | A priori, sabes que una DANA (depresión aislada en niveles altos) es un fenómeno que va a provocar problemas. Desconoces exactamente cuántos litros van a caer por metro cuadrado, o qué zonas concretas van a ser las más castigadas. Pero esta parte del Mediterráneo es propensa a estos temporales, han ocurrido siempre y lo más seguro es que vuelvan a suceder.
Cuando la riada de 1957 los valencianos aprendimos que había que evitar que la lluvia volviera a arrasar la ciudad y se hizo un cauce nuevo del río Turia. Pero en los últimos años los gobernantes parecían haber olvidado la lección y no hicieron prácticamente nada a pesar de las advertencias que veníamos diciendo desde AVA-Asaja (Asociación Valenciana de Agricultores / Asociación Agraria Jóvenes Agricultores). Esta DANA ha puesto de relieve que necesitamos más infraestructuras de almacenamiento, retención y conducción de agua que hubieran minimizado el impacto. ¿Cuánto tiempo llevamos hablando de construir una presa en Vilamarxant, una presa en Cheste o una conexión de los distintos ríos y barrancos? Fijaos en el papel que hizo la presa de Forata: ¿si no llega a estar, qué más hubiera pasado?
También hemos estado insistiendo en la necesidad de limpiar los cauces y barrancos. Porque si no se hace, e incluso si se multa a los agricultores y vecinos que quieren dar un uso a las cañas como hacían toda la vida, las aguas torrenciales, repletas de material vegetal, rompen puentes y todo a su paso. ¿Qué hay zonas inundables donde no debería haberse construido? En esos casos, ahora ya está edificado y lo único que podemos hacer es protegerlo de futuras inundaciones.
En efecto, lo primero es ayudar a todos los damnificados, y lo segundo, decidir cómo evitamos que esta catástrofe vuelva a suceder. En este sentido, entendemos que todas estas infraestructuras a las que aludía no se han hecho básicamente por ideología. Un absurdo pseudoecologismo radical ha impedido que se hiciera lo que el sentido común y la ciencia apremian. Despegar los pies de la tierra y escribir en el aire, pensar que se debe dejar todo natural y aprobar leyes de la huerta sin tener en cuenta a las personas que hacen posible esa huerta, o leyes de restauración de la naturaleza que destruyen la agricultura, ese ecologismo radical, como hemos visto, mata.
Estamos hartos de que las riadas una y otra vez castiguen al sector agrario. Estamos cansados de replantar árboles de nuestro bolsillo, de rehacer caminos, reactivar pozos de riego, recolocar vallas y recomprar maquinaria. Por favor, una vez apoyemos rápidamente a todos los afectados en todos los niveles, no perdamos ni un minuto en anteponer la ciencia a la filosofía, en buscar expertos que alcancen un plan de futuro consensuado de todos los partidos políticos y en poner en marcha una nueva política hidrológica para evitar que otra DANA cause tantos daños y mate. Y si de paso nos permite almacenar más agua en tiempos de sequía, pues mejor.
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El autor, Cristóbal Aguado Laza, es presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores / Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (AVA / Asaja).
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Algunos datos: la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) informó que las precipitaciones generaron “acumulaciones extraordinarias” en varias zonas de la provincia de Valencia, algunas llegaron a un máximo de hasta 491 litros por metro cuadrado en ocho horas.
BBC publicó cuatro razones que explican lo sucedido: uno, el exceso de lluvias; dos, la falta de previsión; tres, urbanismo desorganizado; y cuatro, el impacto del cambio climático.
El 20 de enero de 2025 asumirá como presidente, pero desde ya el mundo entero mira con atención cada gesto, para tratar de comenzar a entender qué clase de Gobierno dirigirá.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Qué hará Donald Trump cuando asuma por segunda vez la Presidencia de Estados Unidos, es una pregunta que se les escucha repetir una y otra vez a los analistas de todo el mundo, sin importar cuál sea el tema en discusión.
¿Aplicará medidas proteccionistas a los granos y la carne?, ¿cuál será su política sobre metales?, ¿y sobre las tierras raras? ¿Abrirá la canilla productiva de petróleo?, ¿cuál será su postura comercial frente a China, Europa y América Latina? Son algunas de las interrogantes sobre las que el mundo está ansioso por encontrar respuestas, porque sin importar donde uno se encuentre, lo que Trump haga o no repercutirá sobre todos nosotros. Es el problema o la ventaja de vivir en un mundo tan globalizado.
Reiniciar una guerra comercial con China tendría repercusiones en el mercado global y particularmente en productos que Uruguay exporta, ¿cómo nos afectaría a nosotros como país y a las cadenas sectoriales que se mueven y sostienen con la agropecuaria? Washington está a 8.500 km. de Montevideo, sin embargo, lo que allá se decida puede afectar el trabajo y la economía de un trabajador de Ansina (Tacuarembó), Tomás Gomensoro (Artigas), Ombúes de Lavalle (Colonia), 18 de Julio (Rocha) o de cualquier punto de nuestro país.
Pero las dudas no son sólo de esta parte del mundo. En Alemania, importante economía de la Unión Europea, hay una preocupación creciente por el triunfo de Trump, ya que el proteccionismo comercial que practicó durante su primer gobierno (2017-2021), de repetirse ahora, podría generar un golpe grave a la economía y las finanzas germanas. En los últimos años Alemania, que ya no es el vigoroso motor de la Unión Europea, incrementó su dependencia de Estados Unidos con exportaciones que representan el 10% del total casi el 4% de su PBI.
Saliendo de lo comercial y entrando en lo geopolítico, Ucrania también tiene motivos de preocupación, ya que el presidente electo dijo durante su campaña electoral que quitaría el apoyo que la OTAN le está suministrando a aquel país del este europeo para que se defienda de la invasión rusa. Sin el apoyo de la OTAN (la alianza Europa-Estados Unidos) y particularmente estadounidense, Ucrania solo tendrá por delante la derrota segura, luego de haber resistido con tanta dignidad, aunque es de esperar que también Rusia deba ceder o cumplir con alguna cuota en contra de sus pretensiones.
En la OTAN también ven con alarma la dependencia que tienen de Estados Unidos ya que sin el apoyo de Washington poco tienen por hacer. (Un capítulo de análisis aparte merece la errónea política europea, dependiendo de Rusia en lo energético y de la OTAN en seguridad internacional)
Por otro lado cabe mencionar algo que se ha afirmado por la prensa internacional en reiteradas ocasiones, que durante el primer Gobierno de Donald Trump hubo una caída en la conflictividad mundial, y que fue el primer presidente estadounidense que desde 1980 no inicia una guerra. La explicación a ese mérito es su fuerte liderazgo.
Una cosa es cierta, cuando un país como Estados Unidos tiene un líder fuerte y decidido, las naciones y los gobernantes problemáticos -como hay tantos en el mundo- toman nota de eso y controlan su accionar porque temen posibles respuestas (consecuencias) desagradables.
Como sea, el fin de la guerra en Ucrania liberaría completamente una zona del mundo donde se produce tanto cereal y eso debería impactar en los mercados.
No menos importante es el rol que podría jugar en Medio Oriente, un polvorín en creciente conflictividad que en cualquier momento puede desencadenar la disparada del precio del petróleo con consecuencias económicas en todos los países no productores.
URUGUAY.
Son varios los temas que interesan a Uruguay en relación a Estados Unidos. Sin duda que las señales comerciales son de suma importancia ya que se trata del quinto destino de nuestras exportaciones. En setiembre los envíos a ese país fueron por US$ 101 millones, el 9% del total exportado.
Pero no es lo único, también importa su política exterior por cómo afectará el mercado de bienes y servicios, o su política energética por cómo incidirá en la producción y precio del petróleo en el mundo, también nos interesa la política monetaria y cómo va a influir en el precio del dólar en el mundo y en el mercado local.
La primera transición energética en el país comenzó en 1997 con la promulgación de la ley que creó el mercado eléctrico, habilitando la generación de energía por parte de privados; y se reglamentó en 2002.
Montevideo | Todo El Campo | La ministra de Industria, Energía y Minería, Elisa Facio, participó de la presentación de proyecto Kahirós, una iniciativa que generará energía renovable para la producción de hidrógeno verde a partir de 2026, el que consumirán camiones de carga pesada integrados a la cadena logística-forestal.
El proyecto, fue presentado el martes 30 en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), se instalará en Fray Bentos e implica una inversión de US$ 38,6 millones.
Facio definió la iniciativa como un hito en la economía del hidrógeno que promueve el Gobierno con el fin de avanzar en la segunda transición energética.
Será la primera planta de hidrógeno verde que operará en Uruguay.
El grupo inversor es Santander y el cliente Montes del Plata, empresa que utilizará el hidrógeno verde en sus camiones de carga pesada. Fidocar (movilidad sostenible), Fraylog (uno de los principales transportistas para Montes del Plata y otras empresas) y Ventus (especializada en el área de las energías renovables), son los socios de la iniciativa, informó el MIEM en su web.
Además, se incluye la construcción de 8.000 paneles solares y de un electrolizador de 2 MW de potencia, con el que se separará el hidrógeno del oxígeno.
La producción será de 36 kilos de hidrógeno por hora.
La tercera parte del proyecto es una hidrolinera, que toma el hidrógeno y lo comprime, lo que permitirá cargar los camiones con tecnología innovadora y los más altos estándares de seguridad. La carga en los seis camiones de la flota de última generación será de 68 kilos de hidrógeno en menos de 30 minutos, alcanzándose una autonomía superior a los 700 km., con cargas de hasta 48 toneladas.
En la primera etapa, Kahirós producirá 77 toneladas anuales de hidrógeno verde y consumirá 7,2 GW de energía anuales, usando 4.200 litros de agua diarios que se devolverán al ambiente en forma de vapor. Las autoridades del proyecto compararon este consumo con el equivalente a menos de 10 hogares por día.
El ahorro anual de emisiones de CO2 previsto es de 870 toneladas.
LA PRIMERA TRANSICIÓN ENERGÉTICA FUE EN 1997.
Por otra parte, los días 30 de setiembre y 1° de octubre se realizó el V Foro de Inversión Europea en Uruguay, evento realizado en las Torres de las Telecomunicaciones. Allí Facio, que en calidad de ministra fue una de las expositoras más importantes, dijo que el MIEM dirige al proceso de descarbonización.
“La primera transición energética en el país comenzó en 1997 con la promulgación de la ley que creó el mercado eléctrico, habilitando la generación de energía por parte de privados se reglamentó en 2002”, expresó Facio.
Agregó que “la instalación de la generación privada se consolidó entre 2007 y 2017” en un proceso que fue política de Estado y permitió a Uruguay “salir de la dependencia de combustibles fósiles y descarbonizar la matriz de la generación eléctrica” en un esfuerzo de privado que invirtieron y el impulso del Estado.
Los recientes comentarios de una posible firma del acuerdo en noviembre son rechazados por el jefe de la diplomacia europea. Habrá que seguir esperando.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | En las últimas horas y por la proximidad de la reunión del G20 (Cumbre del Grupo de los 20) que se realizará los días 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro, Brasil, se ha informado y escrito sobre la posibilidad de que se firme el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, tras 25 años de negociaciones.
Pedro Sánchez, el presidente español, fue uno de los que levantó el entusiasmo de los partidarios de un acuerdo comercial de tal envergadura. “Estamos muy cerca de cerrar ese acuerdo”, dijo, y su afirmación recorrió el mundo.
Por otro lado, y sumando a esa postura, desde Alemania se informó que el presidente argentino, Javier Milei, de visita en la potencia europea se reunió con el canciller Olaf Scholz y ambos habrían coincidido en que debe finalizarse rápidamente con el largo tramite de las negociaciones.
Mientras esas declaraciones optimistas recorrían esta parte del mundo, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, dijo que el G20 no será el escenario para la firma del acuerdo y que el Mercosur y la Unión Europea “tendrán que esperar un poco más”.
Explicó que “las cosas van mejor, pero todavía no van lo bastante bien, no creo que ese sea el momento en el que se pueda alcanzar, un acuerdo definitivo” dijo en una entrevista que concedió a France 24, y añadió que algunos países europeos tienen “resistencias a llegar un acuerdo”.
Borrell sabe que por parte del Mercosur el acuerdo ya se habría firmado hace diez años, y que es el Viejo Continente el que pone reparos de forma constante. “La pelota está hoy en el terreno de los europeos porque por parte de los países latinoamericanos del Mercosur firmarían mañana”, comentó.
“Vamos a ver si conseguimos quizá para finales de año un acuerdo”, añadió, pero esta última expresión parece más una actitud de consuelo, o queriendo engañar a un niño con el dulce prometido y no entregado, que un análisis veraz de la realidad.
Ignacio Bartesaghi, especialista en asuntos internacionales, escribió en su cuenta de X @i_bartesaghi: “Un poco más … ¿serán 20 años más? Insoportable esta negociación que ha llevado a la pérdida de credibilidad de todas las partes”.
No se puede dejar de mencionar que Francia y el presidente Emmanuel Macrón es un factor que tiene mucho peso en su posición contraria a la firma.
Seguir estirando en el tiempo el acuerdo no solo quiebra con la credibilidad de las partes, como dijo Bartesaghi, sino que perjudica a ambos bloques y a los millones de ciudadanos que vivimos en ellos.
La UE culpó a Bolsonaro, cuando éste era presidente, por no ratificar el acuerdo con el Mercosur. Ahora con Luiz I. Lula da Silva al frente de Brasil desde el 1° de enero de 2023, todo sigue incambiado. Parece que Bolsonaro solo fue una excusa.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | ¿Cuál es la relación de la Unión Europea con los países de América Latina y el Caribe? El Parlamento Europeo publicó en sus “Fichas temáticas sobre la Unión Europea” una nota sobre las relaciones de ese bloque con esta parte del mundo.
Para los países del Mercosur, la Unión Europea es un objetivo lejano. Años de negociones para lograr un acuerdo que nunca dejó de ser un titular de diarios que nunca se concretó. Energía e ilusión gastadas generosamente, para estar siempre estancados en el mismo lugar.
Sin embargo, un documento del Parlamento Europea afirma que a escala regional hay una sociedad “natural” de la UE con América Latina y el Caribe (ALC), con “estrechos lazos culturales, económicos y políticos”. Agrega que el la UE realizó “acuerdos con veintisiete de los treinta y tres países de la región”, además de que “los vínculos económicos también son fuertes”porque la UE “es el primer inversor en la región, su tercer mayor socio comercial y el mayor contribuyente a la cooperación al desarrollo”.
La “ficha temática” expresa que “las relaciones” con la región se manifiestan y desarrollan a “distintos niveles” y que la Unión Europea “busca reforzar y modernizar la asociación estratégica birregional”, para lo cual “interactúa con el conjunto de la región a través de cumbres con jefes de Estado o de Gobierno, y de la diplomacia parlamentaria, a la vez que establece vínculos con el Caribe, América Central, la Comunidad Andina, Mercosur y algunos países concretos mediante acuerdos y diálogo político”.
Además, si se e juntan, los países de la UE y ALC “representan más de un tercio de los Estados miembros de las Naciones Unidas y constituyen un motor en favor de un sistema multilateral sólido basado en normas”.
El texto al que accedió Todo El Campo recuerda que en junio del año pasado, se difundió el documento “Una nueva agenda para las relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe” (*), el que tiene como objetivo “reforzar las relaciones y renovar la asociación UE-ALC”.
Ese documento se centra en seis ámbitos prioritarios: a) Una asociación política renovada; b) el refuerzo de la agenda comercial común; c) la estrategia de inversión de la Pasarela Mundial para acelerar unas transiciones ecológica y digital justas, y combatir las desigualdades; d) aunar fuerzas en pro de la justicia, la seguridad ciudadana y la lucha contra la delincuencia transnacional organizada; e) un trabajo conjunto para promover la paz y la seguridad, la democracia, el Estado de Derecho, los derechos humanos y la ayuda humanitaria; f) la construcción de una asociación interpersonal dinámica.
BOLSONARO, LA EXCUSA.
El texto se refiere también a las cumbres de ambas regiones, la dimensión parlamentaria y Las relaciones con las subregiones: con la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú), el Caribe, América Central, el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
En cuanto al Mercosur expresa: “En 1999 se iniciaron las negociaciones sobre un acuerdo de asociación con Mercosur que incluyera el diálogo político, la cooperación y el libre comercio” y que fue en 2019 que “se alcanzó un acuerdo político”.
“La ratificación del acuerdo de asociación quedó en suspenso debido a la preocupación por las normas medioambientales y en materia de derechos humanos en Brasil bajo el Gobierno del presidente (Jair) Bolsonaro”.
“Las negociaciones se reanudaron con la elección del presidente Lula da Silva en 2022, pero en la actualidad el proceso de adopción se encuentra en un punto muerto”, dice el texto del Parlamento Europeo.
COMENTARIO: Lo que no se explica en esa “ficha temática” (como sí lo hace respecto al Gobierno de Bolsonaro), es por qué no ha habido avances en las negociaciones. Si el problema era Bolsonaro, su salida de la Presidencia debería verse reflejada en la voluntad de negociación europea, y eso no ha sucedido.
Continúa señalando que si el acuerdo UE – Mercosur entra en vigor, “las exportaciones de la UE se beneficiarán de la supresión de los derechos de aduana sobre el 91% de los bienes y de la reducción de derechos sobre diversos productos”.
Por otra parte, “la UE suprimirá los aranceles sobre el 92% de los bienes importados del Mercosur, pero mantendrá los contingentes arancelarios sobre los productos agrícolas sensibles”.
COMENTARIO: No parece inteligente frenar un acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur cuando sería positivo para ambas partes. ¿Qué impide avanzar, privando a millones de ciudadanos de uno y otro lado del océano, verse beneficiados por las ventajas que implicaría su puesta en marcha de una vez por todas?
Editorial de Horacio Jaume en la apertura del programa Diario Rural (CX 4 Rural) del martes 15 de octubre.
Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Uno es más proclive a mirar para adelante que para atrás, prefiero destinar tiempo para analizar qué es lo que se viene y tratar de adaptarme a eso, antes que mirar para atrás. Pero cuando uno mira para atrás es por la experiencia del camino recorrido y el tiempo transcurrido, para que lo vivido y aprendido nos sirva y podamos aplicarlo en el futuro.
Hago esa reflexión preguntándome ¿cómo era nuestro país? cuando pasamos de aquel país cerrado, que venía de los cinco años para la industria y los cinco años para los productores si lo que uno mira es desde el punto de vista ganadero, los famosos ciclos que manejaba Fucrea.
Aquel país sin agricultura o con una agricultura muy chica a la que le costaba manifestarse porque producía trigo para consumo interno y muy poca cosa para exportación ya que el producto de exportación siempre fue el arroz. De aquella época a hoy que se planta un millón de hectáreas solo de soja, hay una distancia bastante importante.
Vemos aquel país no tan lejano en el que la hectárea valía US$ 300, y hoy la media está en US$ 3.000.
Un país en el que valía más la pena revolear ganado que producir, y eso no es antojadizo.
Un país que cuando se planteaba el riego, inmediatamente se eliminaba la idea porque se decía “es muy caro” y ni se analizaba la posibilidad. “Es caro” y se descartaba sin retener una sola gota de agua.
Un país en el que el mercado se movía cuando “aparecían las chicas de Punta del Este, de Bikini” como decía el Pocho Gómez, y eso motivaba que determinado tipo de categoría de ganado sufriese un impacto importante porque ese mercado incidía en la cotización.
Esos son algunos hechos aislados, que muestran la distancia tan importante en el país que se fue y que es.
Yo prefiero a este país, que es mucho más desafiante, que nos exige mucho más a todos, pero si miramos para atrás a nadie se le puede ocurrir decir que quiere volver a aquella época.
Ver esto es para entender lo que hemos cambiado y lo que tenemos que cambiar, lo que tenemos que adaptarnos porque son exigencias que nos van imponiendo y nosotros de acuerdo a nuestro potencial tenemos que hacer el esfuerzo de estar en ese pelotón y tratar de sacar provecho con nuestras aptitudes.
En muchas cosas acertamos y en otras no, pero no nos rehusamos, nos ponemos en carrera, queremos competir, y eso lo tenemos que tener claro, y no acurrucarnos en un rincón y mirar lo que está pasando. Dentro de las posibilidades debemos tallar de la mejor manera posible, y que no vengan de afuera a dictarnos lo que debemos hacer. Esa debe ser la actitud, mirando como uruguayos y ver qué es lo que más nos conviene para seguir en esa evolución que se ha vuelto mucho más vertiginosa y cada vez exige más.
Se decía y muchos sostienen ¿para qué vamos a tener la trazabilidad si no la exigen?, pero Argentina esta apurada para empezar las charlas, y eso no se logra en dos días, es demorado, tiene que haber una gimnasia por parte de todos para concretarlo, y nosotros que hace rato que andamos en ella no la hacemos a la perfección, pero tenemos mucho camino recorrido. Ese es solo un ejemplo en una serie de temas.
Ignorar que los corrales van a jugar un papel preponderante en el engorde de nuestros ganados sería negar una realidad, y nosotros debemos pensar cual será la mejor manera de operarlos, y quizá por allí se pueda abrir una puerta sobre algo que se manejó en distintos momentos y que no pudo cristalizarse, pero ahora da la sensación que las circunstancias se dan y que son los mercados de futuro. El saber cuándo tengo que entregar y cuándo ellos tienen que vender y colocar. Para eso se necesita articular mejor.
Hay sectores que ya lo hacen, por ejemplo el arrocero, que paga más una variedad que otra porque le conviene mantener determinado tipo de mercado. Le buscan la vuelta para adaptarse a esas necesidades, y esa cadena de producción opera de la mejor manera posible.
Eso no quiere decir que la cadena arrocera sea perfecta, ha de tener defectos y ellos son conscientes de eso, pero no reúsan a adaptarse a los desafíos que se presentan, y tratan de enfrentarlos de la mejor manera posible.
Hay otras producciones que tienen ganas de remontar y ubicarse en el lugar que les corresponde, por ejemplo la avícola que tiene una serie de desafíos como las cajas negras, las exigencias internacionales, operar en INAC, salir a las ferias internacionales, conocer el mercado. Esos son los desafíos y ese es el camino que están recorriendo, conscientes de lo que se hacía y qué se debe hacer, que implica derechos y deberes, que equivale a decir “quiero tal cosa porque lo necesito, pero me comprometo a tal otra”.
Dejo para atrás el gran gatillo que ha tenido impacto y que sorprende, la forestación. Un sector que sigue despertando algunos reparos, pero hoy los árboles están, es una realidad, es nuestro principal producto de exportación, cada planta obliga a que 400 camiones por día transiten por nuestras carreteras.
A propósito de infraestructura, hemos tenido la mayor explosión de carreteras en la historia de nuestro país, y eso nos da la posibilidad de mirar las cosas de otra manera. Eso es una realidad que nadie puede negar. ¿Cómo sacamos el mayor provecho posible?, ese es otro tema al que tenemos que dedicar todos los días para ver de qué manera podemos hacerlo. Igual pasa con la red ferroviaria que está diseñada: ¿qué posibilidad hay de elaborar nuevos diseños o hacer cosas nuevas?, porque la red está ahí, y todo lo que se haga es agregado para seguir haciendo cosas.