Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Pasó el Prado y como siempre dejó cosas, algunas más destacadas que otras, pero todas importantes.
El buen clima permitió una presencia masiva de público, confirmando aquello de que ir al Prado es una tradición; también permitió confirmar que es la fiesta de la cabaña nacional, ya que se puede comprobar la genética de los animales que allí se exponen; y confirmar que la producción ovina está orientada a la carne y la lana fina. Si bien son cosas importantes, era bastante previsible que sucedieran.
Durante los días que duró la exposición, fue visitada en más de una oportunidad por el presidente Yamandú Orsi, como por sus ministros. En los reportajes que se recogieron de esas visitas, siempre destacó el buen clima en el diálogo sin dejar de reconocer las diferencias en algunos temas, pero siempre destacando el abordaje que se hacía de los mismos.
Por eso, a la hora de los discursos finales, donde se contrastó uno muy prolijo y ordenado, como el de Rafael Ferber, que no escatimó críticas como tampoco sugerencias, y frente a éste, el discurso del ministro Alfredo Fratti, más entreverado, donde la emoción lo embargó en algunos momentos, los anuncios como la integración al gobierno del Ing. Tabaré Aguerre para el tema riego, o la lucha contra la garrapata y otros compromisos, haciendo un discurso bastante entreverado y difícil de seguir.
Durante ambos discursos hubo aplausos, pero hubo uno que se destacó por ser más fuerte, que marcó algo distinto. Fue cuando el presidente de la Asociación Rural del Uruguay se refirió a la pesca. Un conflicto sin ningún criterio, donde el sindicalismo mostró su peor cara, metiendo pechera, de pesado, ignorando hasta las propias necesidades de sus asociados.
Es un problema serio el de la pesca. Lo mismo es hoy el de Conaprole, en relación a la planta de Rivera.
La empresa cumple con todos sus deberes, pero el sindicato desconoce los mismos.
Ya pasó esto con la empresa Gloria de Nueva Helvecia, y todos sabemos lo que sucedió: ahora está cerrada.
Montevideo | Todo El Campo | Ya se veía venir, el remate de Lote 21 desde la Expo Prado no sería un remate más. Y así fue, por la cantidad de animales colocados como los valores, cerrando ayer la segunda jornada de ventas del remate 234.
Las ventas fueron transmitidas por Todo El Campo.
La venta total fue del 98% de la oferta, con valores que subieron en su gran mayoría, con apenas dos correcciones a la baja, los tenernos enteros de más de 1 años que cayeron 0,7% y los vientres entorados que lo hicieron el 2%.
Lo que nosotros podemos analizar es en qué momento rural le toca vivir o llevarse adelante.
Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Hay una publicidad que habla sobre nuestras tradiciones. En ella nombra al fútbol, el carnaval, las criollas, las llamadas y el Prado.
Indudablemente no se equivoca en poner a la Expo Prado dentro de las tradiciones montevideanas, ya que se calcula que por la misma pasan unas 500.000 personas. Por lo tanto, yo diría que el éxito está asegurado.
Lo que nosotros podemos analizar es en qué momento rural le toca vivir o llevarse adelante.
Desde el punto de vista de la carne, el momento es realmente bueno, pese a que vivimos en un mundo convulsionado, donde las guerras están a la orden del día, tanto la de Ucrania como la de Medio Oriente. Los líderes políticos se reúnen casi a diario y hacen demostraciones de fuerza.
El barrio tampoco está tranquilo: tanto Brasil como Argentina muestran su poco orden en lo político, pero pese a ello la carne está firme y con un mercado demandado.
Aquí, en Uruguay, el gobierno, desde que asumió ha sido poco resolutivo. Los sindicatos han mostrado su fuerza en algunos conflictos donde se ha podido observar que el partido de gobierno tiene diferentes tendencias, lo que ha puesto al Poder Ejecutivo en situaciones realmente incómodas.
Es imposible analizar la Expo Prado sin observar en el marco en que se desarrolla. En los hechos está el lanzamiento del plan Procría, hecho que se ha puesto en marcha para tratar de cosechar más terneros apoyándose en el Plan Agropecuario y el Secretariado Uruguayo de la Lana, y contratando unos 100 técnicos. Además de un plan para luchar contra la garrapata.
En ambos casos no se proponen cosas distintas más allá del talento de la gente para llevarlas adelante.
Como dato positivo es que hoy tenemos un presupuesto, y creo que no es menor saber con qué plata contamos para enfrentar nuestra realidad. En definitiva, la firmeza del mercado y la inconsistencia de su entorno.
En tiempos de debate sobre el presupuesto nacional, mientras todos tiran de la frazada corta, que no se nos olvide prestar atención a la inversión, sin la cual no habrá frazada para nadie.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Hace unos meses el economista argentino Diego Dequino dijo una verdad gigantesca que vale para todos los países del mundo sin importar el tipo ni la orientación del gobierno de turno: “El crecimiento de la economía sigue siendo la única indemnidad que tiene la política para resistir la coyuntura”.
Las manifestaciones de Dequino son oportunas luego de leer el informe anual de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) sobre la Encuesta Anual de Inversión Industrial.
El problema es que en Uruguay, según dicho informe, los empresarios se muestran reticentes a invertir, y sin inversión no hay empresa, emprendimiento ni país capaz de crecer.
En síntesis, el documento expresa que los empresarios estiman que en 2026 invertirán, en dólares corrientes, un 43% menos que lo planificado en 2025.
Por sector de trabajo, ese 43% menos se entiende por una menor inversión (-40%) en el rubro de maquinaria y equipos, que es el área que tiene más alta participación (un 72%) en la inversión industrial.
¿Cuáles son los “obstáculos para la inversión”? Hay factores estructurales -por ejemplo la demanda interna-, y otros se vinculan al tipo de gobierno que tiene el país, -como lo que tiene que ver con las relaciones laborales-.
Los principales obstáculos mencionados por los empresarios son las “restricciones de demanda interna” y “la baja rentabilidad de proyectos de inversión”; mencionado sen un 61% y 54%, respectivamente.
La restricción de la demanda externa lo mencionó el 43%, y la incertidumbre por cambios en las relaciones laborales el 38%. Éste último ítem aumentó a niveles del período 2014-2019.
El 33% atribuyó la menor inversión a la situación financiera de la empresa, y un 30% a la incertidumbre de la política económica del actual gobierno.
Acaba de ingresar al Parlamento para su estudio y votación el presupuesto para los próximos años, el cual marca la ruta por la que el gobierno conducirá al país, y aunque recién se está conociendo el contenido y los lineamientos que lo rigen, sería buena señal atender al informe de la CIU para dar solución a las alertas que afectan a las empresas privadas, considerando que ellas y solo ellas son las generadoras de riqueza -que luego se traslada en beneficios para toda la sociedad-, y puestos de trabajo genuinos que empujan todo el engranaje económico y social del país.
Asimismo, el país también necesita señales claras no solo desde lo económico, también lo político, aspecto que ha sido menoscabado en los últimos meses, en conflictos como el de la pesca y Conaprole. Sobre esto solo un apunte: se hace muy difícil invertir cuando los sindicatos son capaces de generar pérdidas millonarias mientras los ministerios responsables en la materia no saben qué hacer.
Conaprole es una empresa privada y son sus dueños -los cooperativistas- los que deciden su futuro.
Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Cuando la realidad supera la ficción, cuando la lógica se ve atropellada, cuando los principios son arrollados, uno queda paralizado y no entendiendo absolutamente nada.
Conaprole tuvo que cerrar su planta N° 14 en Rivera. Uno debe pensar que fue una decisión tomada con mucho dolor, ya que cuando fue inaugurada pensaban que el futuro iba a ser venturoso y que la planta crecería y tendría un polo de desarrollo para la lechería.
Pero la cosa no fue así.
Por diferentes motivos que no viene al caso analizar, tiene que cerrar.
Lo hace cumpliendo con todos los requisitos y más: distribuyendo el personal (28 personas) en otras plantas, pagando las mudanzas y algo otros detalles.
Aparece lo insólito. El sindicato, la Junta Departamental y hasta el propio intendente de Rivera se oponen y le piden al presidente de la República, Yamandú Orsi, que interceda.
Conaprole es una empresa privada y son sus dueños los que deciden su futuro. Se le pueda pedir, como es lógico, que cumpla con sus deberes de acuerdo a la ley, pero no lo que debe hacer en la toma de decisiones.
En este caso particular, la razón es que la planta N° 14 no le es rentable, pero si fue lo contrario, la que decide es ella también. Conaprole no es una empresa pública.
No hace tantos años, el Banco República decidió cerrar algunas sucursales porque no justificaban tenerlas abiertas. El BROU tuvo que justificar su actitud frente a la opinión pública, porque es una empresa estatal. Es lógico que fuese así; pero Conaprole justifica su decisión frente a sus dueños, que son los cooperativistas.
Si no entendemos esto, es grave. Que no lo entienda el sindicato sabiendo la orientación que tiene, no me impresiona, pero lo que uno no entiende es la actitud del intendente de Rivera y de la Junta Departamental, eso es realmente preocupante.
Un tambo exitoso no solo tiene vacas, también requiere genética, instalaciones confortables, pasturas de calidad, salas de ordeñe de última generación, caminos adecuados.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | La interpelación al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, era la oportunidad de que a nivel del Senado y con la atención de todos los medios de comunicación y de buena parte de la opinión pública se debatiera sobre el Instituto Nacional de Colonización, el acceso a la tierra y la lechería nacional.
La interpelación se limitaba a la compra de la estancia María Dolores, únicamente a eso, pero en la línea argumental de el oficialismo y la oposición cabía esperar que se incluyeran conceptos sobre Colonización y el rubro lechero, y así sucedió.
En la larga lista de oradores, los senadores de todos los partidos fueron haciendo sus exposiciones, algunos con conocimiento y otros se notaba que habían leído algo pero muy poco y ese poco muy superficial, antes de ingresar a sala y pedir la palabra para dejar constancia de que allí estuvieron.
Los legisladores pasaron más de medio día hablando sobre esos temas que hacen a la agropecuaria nacional, y no lograron nada. No lo digo porque la interpelación finalizó de forma repentina sin que hubiera una votación final que todos adivinamos cual hubiera sido, sino porque desde entonces, de lo único que habla la gente y lo único que se informa masivamente, es la provocación del senador Nicolás Viera (Frente Amplio) a su colega Sebastián Da Silva (Partido Nacional), y el insulto de este sobre el primero.
De un momento a otro dejó de interesar la compra de la estancia en un monto millonario, dejó de importar si fue o no conveniente esa adquisición, y el centro de atención pasó a ser la actitud de dos senadores que fruto del cansancio perdieron la compostura y el respeto mínimo que se deben tener las personas entre sí.
El resultado final es que Colonización concretó la compra, y ahora realizará el procedimiento para instalar allí las familias colonas productoras. Por el bien de los colonos y del país es de esperar que todo ese proceso se pueda hacer con rapidez y sin inconvenientes, sin necesidad de sumar más gastos que los estimados para las obras que habrá que implementar para hacer de María Dolores no solo una colonia, sino un centro lechero de calidad, que sume producción y que provea de materia prima a las industrias que tanto la necesitan.
Uruguay debe tener una lechería potente, de avanzada, con aplicación de tecnologías de última generación en todos los eslabones productivos, porque no alcanza con tener vacas, se requiere genética, instalaciones confortables, pasturas de calidad, salas de ordeñe de última generación, caminos adecuados.
En el acierto o en el error la compra de la estancia ya está hecha, ahora hay que trabajar para producir más y mejor, y el tiempo dirá cuál de las dos posiciones expresadas en la interpelación es la que tiene razón.