En su último análisis sobre Argentina, Ignacio Iriarte afirma que el consumo está sobreabastecido, y la exportación empieza a beneficiarse de los primeros efectos positivos de la incipiente suba de los precios internacionales de la carne vacuna. Pero la influencia positiva de Brasil queda opacada por el atraso cambiario en Argentina.

Argentina | Ignacio Iriarte | SDS | Todo El Campo | El fuerte aumento del precio del ganado en Brasil promete mejorar los precios mundiales de la carne y permitirá en un futuro cercano mejorar los valores FOB a los que vende al exterior nuestro país, pero esa influencia positiva sobre el mercado queda opacada por el atraso cambiario.

China es el destino que concentra el 70% de nuestras ventas al exterior y una mejora de los precios en Brasil seguramente repercutirá en el mercado mundial; ya hay una tonificación evidente en los valores en pie de la vaca gorda, conserva o manufactura.

El mercado interno, que absorbe todavía el 67% de la producción, está ahora haciéndose cargo del enorme volumen de ganado que está saliendo de los feedlots, y hasta que esta sobreoferta no ceda difícilmente estará dispuesto a pagar mejor los valores que paga por la hacienda liviana.

Ahora todas las miradas están puestas sobre una eventual restricción de la oferta -y suba de valores- que podría darse en enero-marzo de 2025. La oferta ganadera por ahora es muy alta y está ahogando cualquier suba importante de los valores del ganado en términos reales.

Un consumo sobreabastecido, y una exportación que empieza a beneficiarse de los primeros efectos positivos de la incipiente suba de los precios internacionales de la carne vacuna.

El fuerte aumento del precio del ganado en Brasil promete mejorar los precios mundiales de la carne y permitirá en un futuro cercano mejorar los valores FOB a los que vende al exterior nuestro país, pero esa influencia positiva sobre el mercado queda opacada por el atraso cambiario.

China es el destino que concentra el 70% de nuestras ventas al exterior y una mejora de los precios en Brasil seguramente repercutirá en el mercado mundial; ya hay una tonificación evidente en los valores en pie de la vaca gorda, conserva o manufactura.

El mercado interno, que absorbe todavía el 67% de la producción, está ahora haciéndose cargo del enorme volumen de ganado que está saliendo de los feedlots, y hasta que esta sobreoferta no ceda difícilmente estará dispuesto a pagar mejor los valores que paga por la hacienda liviana.

Ahora todas las miradas están puestas sobre una eventual restricción de la oferta -y suba de valores- que podría darse en enero-marzo de 2025. La oferta ganadera por ahora es muy alta y está ahogando cualquier suba importante de los valores del ganado en términos reales.

ESTACIONALIDAD.

¿Cuál es la estacionalidad de los precios reales de la hacienda? Para el período 2005-2023, y para enero-diciembre = 100, los precios del novillito en Liniers-Cañuelas tocan un mínimo anual en octubre, con un índice de 94,2, para subir luego a 97,3 en noviembre, 98,4 en diciembre, retrocediendo en enero a 96,0, y subiendo luego a 103,9 en febrero, tocando en marzo el máximo anual con un índice de 105,5. Luego en abril el índice cae a 105,0; 104,2 en mayo; 102,8 en junio; 99,3 en julio y 98,2 en agosto, siempre a moneda constante y para enero-diciembre = 100.

En los últimos cinco años (2019-2023) siempre el precio real del novillito del mes de abril fue más alto que el octubre previo.

FAENA.

Es notable el aumento reciente de la oferta ganadera: el registro de octubre de este año, corregido por el número de días hábiles, es el más alto desde 2009 para el décimo mes del año. Ha bajado estacionalmente la faena de vacas, que se puede calificar ahora como “normal” para el stock de vientres con que se cuenta, pero sigue sorprendentemente alta la faena de vaquillonas, que con unos 16,7 mil de cabezas diarias se ubica bien por arriba de los niveles de equilibrio. Es alta la faena de novillitos -están saliendo en grandes cantidades de los feedlots- y se presentan estables los envíos a faena de novillos, después de las fuertes caídas de los últimos dieciocho meses.

Escasez de animales para exportación (vacas y novillos) y abundancia de hacienda liviana de consumo (vaquillonas y novillitos) proveniente de los corrales.

FEEDLOT.

Sigue muy alto el número de hacienda encerrada en los feedlots. Al primero de noviembre se registraron 1,875 millones de cabezas, unas 80.000 cabezas menos que en octubre (-4%), pero 74.000 cabezas más que en noviembre del año pasado (+4%), un 14% más que en el 2022 y un 22% más que en igual momento de 2021.

La caída de las 80.000 cabezas encerradas del último mes es consecuencia de ingresos a los corrales de 333.000 animales y egresos a faena de 459.000 animales. A principios de octubre, en un ciclo de engorde de los 180 kg a los 320 kg, se estimaba (CAF) una pérdida del orden de los 146.000 pesos por cabeza, el segundo nivel de pérdida más importante de los últimos dos años a moneda constante. El análisis de Indarte fue publicado por Salvador Di Stefano, consultora dirigida por el analista económico y de mercados Salvador Di Stefano.

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