Con solo una actitud se puede perder lo ha llevado años construir.
Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | La pantalla de la televisión se llena con la imagen del presidente y los expresidentes viajando juntos a un país vecino. Es producto de una invitación hecha al presidente de la República y que este extendió a sus antecesores.
Esa imagen nos dice de una democracia sólida y madura, y nos dice además de la importancia del sillón presidencial que todos debemos cuidar.
Suponemos también que hay un trato personal de respeto y confianza que le permite a alguno de ellos sugerir el tratamiento de algún tema, y que el haber ocupado ese cargo puede ayudar.
Es algo que también nos distingue y que marca muchas veces la diferencia con otros países.
Para el ciudadano común, como nosotros, es algo que nos llena de orgullo, pero alguien escupió el asado.
Todo lo sucedido a raíz de las lanchas patrulleras (caso Cardama), las denuncias de estafa, juicios internacionales y engaños hicieron volar todo lo anterior.
Una llamada por teléfono, una consulta, no una conferencia de prensa de un presidente junto a dos asesores, los cuales hablaron más que él y que volaron todos los puentes.
¿Dónde quedó aquella imagen de democracia madura, y de presidentes de trato hasta personal? ¿Quién escupió el asado?

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