Horacio Jaume analiza los cambios que se están observado en la región, el anuncio de Donald Trump de comprar carne a Argentina y cómo eso impactaría en Uruguay, y de las posibilidades de la carne ovina.

Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Nadie duda que en América Latina existe un reacomodo a nivel político, sería tonto no reconocerlo. También lo sería ignorar lo que está pasando en Venezuela.

Al mismo tiempo, Bolivia terminan 20 años de fracaso socialista, según expresiones del presidente electo, Rodrigo Paz.

Como si fuese poco, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que estaría dispuesto a comprarle carne a Argentina, lo que va aparejado con el apoyo económico que le está dando al gobierno de Javier Milei.

En Argentina, como suele suceder en esta puja de intereses políticos, hay muchos que tratan de ponerse de pie mientras otros buscan hacer una zancadilla más grande para que se caigan.

Por su tamaño, por su riqueza, por lo que significa, Argentina juega un partido muy importante en todo lo que tiene que ver con la política mundial. No podemos ignorar que es el granero del mundo, y el grano argentino mueve las balanzas internacionales tanto si está o si no está.

En contraste, es poco creíble que la expresidenta Cristina Fernández haya hecho desaparecer a su país del mercado de carnes, o que haya tratado a la soja como “yuyito”, en un mundo donde la soja juega un partido preponderante en Rusia, Ucrania, Estados Unidos y la propia Argentina.

Por otro lado y por alguna razón Trump dice que comprar carne a Argentina puede provocar que en su país baje el precio de ese producto, en un momento que está subiendo mucho. Al parecer, la carne argentina es capaz de bajar la carne norteamericana. Hasta ese grado se juega con la capacidad de un país para poder surtir determinados productos a otro. Todo eso en el medio de un clima electoral y ante unas elecciones legislativas que se celebrarán el domingo 26 de octubre.

Todos esos elementos haces que no sea fácil pararse en la cancha para tratar de decir qué es lo que puede pasar. Sí sabemos el momento que está viviendo la carne, uno lo escucha por todos lados y todos los que están en el tema coinciden que hay un faltante de carne bastante importante, y eso se manifiesta en los precios.

La carne no es una perilla que un día la levantamos y mañana hay más tomeros y más carne en el mundo. No, entre la gestación y los 2 años de engorde, suman tres años. Es así como funciona.

Asimismo, se debería cambiar la forma de razonar. Algo que ha dicho hasta el actual ministro de Ganadería, Alfredo Fratti, no ahora, hace bastante tiempo cuando operaba como productor, cuando estaba en la Federación Rural: “¿Para qué vamos a producir más si cuando producimos más menos vale la carne?”, como diciendo “la industria es mi enemigo, yo debo hacer valer lo que tengo y no producir más porque me distorsiona la operativa”.

Con esa filosofía es imposible operar. Quizás, si uno fuese lógico, la forma de defenderse cuando los precios bajan es tener mayor volumen de producción para tratar de amortiguar los precios bajos, vendiendo más. Es lo que hacen los arroceros: “Tenemos un muy buen producto, si queremos permanecer en la plaza la única forma de defendernos frente a una baja de precios es tener más para vender”.

Yo creo que estamos transitando por ese camino y para lograr eso hay que ajustar muchas cosas. Que las cotizaciones de los toros sean buenas, es decir que en genética sabemos positivamente que los animales clasudos valen más. ¿Por qué valen más?, porque son de mejor calidad.

Para hacer eso, también sabemos que más de la mitad de la calidad de un animal entra por la boca. Entonces, esa mayor cantidad de animales que podemos llegar a tener y que todos deseamos, tenemos que estar preparados para darle de comer.

No nos hemos caracterizado por hacer una buena política forrajera. No soy yo quien lo dice. ¿Cómo se le da mayor velocidad al engorde?, por los corrales. No es que hemos tenido muchas praderas. Y cuando estamos a campo no tenemos una oferta muy abundante. Yo diría que hace rato que faltaría ganado si no estuviesen los corrales.

El corral permite saber cuándo puedo sacar y en cuánto tiempo y en qué momento me puedo comprometer.

Uruguay no ha explotado la agricultura forrajera como lo ha hecho con la agricultura cerealera, eso es lo que uno puede observar.

LOS OVINOS.

INIA La Estanzuela tuvo una jornada muy interesante, en un punto donde nosotros no nos hemos destacado y al que no le hemos dado mucha atención: la carne ovina.

Una propuesta de la Dra. Georgget Banchero de INIA es cómo tener corderos todo el año, cosa que se pueda hacer con determinados tipos de razas.

Hay que acordar razas y salir de aquello de que el lanar es un poliestrico estacional, que puede tener crías durante una época del año. No es así. Hay sistemas de producción que permiten cambiar eso.

No es difícil, pero hay que saber hacerlo y hay que disponer de comida para lograrlo. Es un paquete tecnológico con una especie como la ovina para lograr determinado tipo de cosas. Hay que escuchar a los que saben y después ponerlo en práctica. Mucha gente no lo realiza, lo que se trata es de facilitar y que esas tecnologías lleguen a todos.

Vivimos un momento muy especial donde cotiza la carne bovina con buenos números, estamos siendo acompañados por un clima que nos ha dado una mano grande, y al mismo tiempo hemos aprendido a usar una herramienta como el corral que nos ha dado muy buenos beneficios. Eso es lo que tenemos hasta ahora.

Estamos en la expectativa, más que nada a nivel comercial, para que se diluciden las afirmaciones del presidente de Estados Unidos con relación a lo que él puede aportar o qué impacto puede tener que Argentina abastezca a ese país con carne. Impacto para Argentina y para nosotros, porque si nuestros vecinos logran abrirse en ese mercado, también tendrán que dejar otros destinos, o tendremos espacio nosotros también para operar.

Uruguay tiene una condición y es que por sus volúmenes no le solucionamos el problema a nadie, pero tampoco molestamos demasiado. Todo eso está hoy en un enroque que puede ser de un impacto muy grande.

Con referencia a la carne ovina, es indudable que hoy somos conscientes de que puede ser una excelente carta para jugar a pesar de que la hemos ignorado durante mucho tiempo. Ofrece muchas alternativas para poder manejarla de la mejor manera posible.

Si Nueva Zelandia puede exportar 20 millones de corderos por año, yo creo que nosotros podemos tener una aspiración, no de 20 millones, pero sí bastante más al escaso millón como lo estamos haciendo actualmente, o decir que cada vez tenemos menos ovejas en nuestros campos, cuando todo demuestra que es un excelente producto para que talle a nivel mundial.

De todo esto, no sé las conclusiones a las cuales se puede llegar, lo que sí sé es que quien observe el panorama y estas cosas que puntualizo, sí se tienen que tener en cuenta para sacar alguna conclusión.

¿Faltarán algunas observaciones que yo desconozco?, posiblemente. Pero estas que digo están y juegan un papel preponderante, y quienes operan las tienen que tener en cuenta.

¿Cómo sigue el partido?, dependen de nosotros, del país.

AUDIO COMPLETO DEL EDITORIAL DE HORACIO JAUME.

Horacio Jaume / Diario Rural / CX4 Rural.

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