Conaprole es una empresa privada y son sus dueños -los cooperativistas- los que deciden su futuro.

Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Cuando la realidad supera la ficción, cuando la lógica se ve atropellada, cuando los principios son arrollados, uno queda paralizado y no entendiendo absolutamente nada.

Conaprole tuvo que cerrar su planta N° 14 en Rivera. Uno debe pensar que fue una decisión tomada con mucho dolor, ya que cuando fue inaugurada pensaban que  el futuro iba a ser venturoso y que la planta crecería y tendría un polo de desarrollo para la lechería.

Pero la cosa no fue así.

Por diferentes motivos que no viene al caso analizar, tiene que cerrar.

Lo hace cumpliendo con todos los requisitos y más: distribuyendo el personal (28 personas) en otras plantas, pagando las mudanzas y algo otros detalles.

Aparece lo insólito. El sindicato, la Junta Departamental y hasta el propio intendente de Rivera se oponen y le piden al presidente de la República, Yamandú Orsi, que interceda.

Conaprole es una empresa privada y son sus dueños los que deciden su futuro. Se le pueda pedir, como es lógico, que cumpla con sus deberes de acuerdo a la ley, pero no lo que debe hacer en la toma de decisiones.

En este caso particular, la razón es que la planta N° 14 no le es rentable, pero si fue lo contrario, la que decide es ella también. Conaprole no es una empresa pública.

No hace tantos años, el Banco República decidió cerrar algunas sucursales porque no justificaban tenerlas abiertas. El BROU tuvo que justificar su actitud frente a la opinión pública, porque es una empresa estatal. Es lógico que fuese así; pero Conaprole justifica su decisión frente a sus dueños, que son los cooperativistas.

Si no entendemos esto, es grave. Que no lo entienda el sindicato sabiendo la orientación que tiene, no me impresiona, pero lo que uno no entiende es la actitud del intendente de Rivera y de la Junta Departamental, eso es realmente preocupante.

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