El rendimiento promedio está en el eje de los 13.500 kilos, con el 10% de las chacras que rinden menos con 11.000 kilos, y el 10% de las chacras que rinden más con 16.300 kilos.
Montevideo | Todo El Campo | La semana pasada, en Soriano, Regadores Unidos realizó una jornada sobre el impacto del maíz bajo riego. La actividad fue oportuna para entrevistar al Ing. Agr. Santiago Arana, coordinador técnico de Regadores Unidos, quien explicó al programa Diario Rural (CX4 Rural) la dinámica de la jornada y algunas de las características del riego en Uruguay.
Regadores Unidos es la asociación que nuclea a productores que tienen riego. La jornada se realiza desde hace ocho años de forma anual.
Este año “se presentaron resultados de dos fuentes de información, por un lado los socios de regadores forman una base de datos con información de las chacras, donde surgen datos de rendimientos, ubicaciones, variables climáticas, y una cantidad importante de variables productivas como fertilización, híbridos, población, densidad, espaciamiento, etc. En ese primer bloque se busca intentar exponer la zafra y el rendimiento, con datos sobre los factores que dan razón al rendimiento concreto de la zafra”, dijo Arana.
Agregó que un segundo capítulo de la jornada consiste en trabajar con una base de “datos experimentales anual de 30 o 40 ensayos realizados en campos de productores, pero esta vez son manipulativos, se van variando los factores como híbridos, poblaciones, fertilizaciones, probamos distintos productos, intentando encontrar las tecnologías más adecuadas para el manejo del riego”.
En la primera parte de la jornada “se demostró que para el maíz de primera bajo riego, fue el mejor año de la serie, con un rendimiento promedio de los productores en el eje de los 13.500 kilos, con el 10% de las chacras que rinden menos con 11.000 kilos, y el 10% de las chacras que rinden más con 16.300 kilos”.
“Eso muestra una evolución”, subrayó, considerando que “en los últimos 7 años la Asociación pasó de 20.000 hectáreas bajo riego a unas 55.000”, y a pesar de ese aumento importante del área de riego, que siempre tiene una curva de aprendizaje y desajustes en los primeros años por el aumento del área, llevamos una trayectoria de aumento de rendimientos”, ahí también se ve el resultado por el “ajuste en el paquete tecnológico en el manejo”.
Arana agregó que en el caso de Regadores Unidos se trabaja con pivot central, y que en junio la institución realizó una jornada de “análisis de 80 sistemas de riego, siguiendo parámetros hidrológicos, si eran por toma, si eran por pozo, o si eran por represa. La enorme mayoría son de represa, y el crecimiento de futuro viene de ese lado”.
En la segunda parte de la jornada dedicada a los ensayos se apuntó a probar el comportamiento “de los distintos híbridos en distintas poblaciones y con distintos espaciamientos, probando básicamente la diferencia entre siembras a 38 y a 76, mostrando las ventajas de siembras a 38 en intercepción de luz temprana, en crecimiento inicial, y cuando los rendimientos superan los 13.000 kilos, esas diferencias de crecimiento inicial y de mejor captación de luz terminan traduciéndose en un mejor rendimiento final”.
PERÍODO DE SIEMBRA IDEAL.
Respecto a la época de siembra, sostuvo que se logró probar que “que hay un periodo que va desde el 15 de setiembre hasta el 15 de octubre, donde los rendimientos no cambian o cambian muy poco. Por lo tanto, los productores podrían sembrar en ese rango sin afectar con eso el potencial de rendimiento”.
Pero “eso tiene algunas implicancias: cuanto más temprano se siembre la temperatura de suelo será más baja, lo que hace que la implantación sea más lenta generando algunos problemas de uniformidad y algunos problemas por alguna lluvia importante; y cuanto más tarde sea la siembra dentro de ese mes, la temperatura de suelo es más alta y por lo tanto el cultivo crece más rápido y se implanta más fácil”.
Otro factor es si se poseen pivotes móviles, que son la enorme mayoría de los sistemas de riego, lo que quiere decir que una misma máquina, un mismo pivot, riega dos posiciones. Cuando eso ocurre, uno riega un cultivo cabeza de rotación, que es el que tiene el equipo en la primera etapa del verano, y otro la segunda que en general es soja. Y como se trata de sacar el pivot del maíz lo antes que se pueda sin afectar el rendimiento para llevarlo a la soja, “sembrar antes en setiembre hace que el maíz avance fenológicamente más y que a fines de enero se pueda pasar el pivot desde maíz hacia soja afectando mínimamente la producción” del primero. “En cambio, si uno siembra más tarde, en octubre, tiene que sacar más tarde, y si viene un año seco, la afectación de soja ya es mucho más importante”.
ENTREVISTA.
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