Desde hace 33 años se realiza el Festival de Esquileo recreando la esquila en pleno centro de la ciudad de Burgos. Y desde hace unos años los problemas para poder conseguir ganado y esquiladores se ha multiplicado, porque no hay.

Burgos, España | Todo El Campo | En España hay 16 millones de ovejas que cada año hay que esquilar, trabajo no falta, pero no hay quien lo haga. Ahora ni europeos se encuentran, aunque hubo un tiempo que polacos y rumanos se prestaban para la tarea. Actualmente son grupos de esquiladores de Sudamérica los que llegan en temporada para hacer el trabajo ya que los pocos profesionales españoles no dan abasto.

El comentario anterior fue publicado el lunes 23 en el diario El Mundo en el marco del Festival de Esquileo que anualmente organiza la Asociación Gastronómica Los Cucos, una fiesta tradicional en Burgos que amenaza con desaparecer porque ya no se consiguen ovejas ni esquiladores, y el ganadero que hasta hoy proporcionaba los animales, como los esquiladores, se van jubilando.

El artículo de El Mundo, que se publica completo a continuación, es un llamado de atención a las tradiciones que se pierden, y a pesar de que España posee varios millones de ovejas y la esquila es un trabajo muy bien pago, ya nadie quiere esquilar.

Precisamente, por ser bien remunerado es que esquiladores uruguayos viajan todos los años a cubrir la zafra, algo que España reconoce y valora de Uruguay y de otros países de la región.

El siguiente es el artículo “El esquileo, un cuadro en extinción”, que hace referencia a la pintura de Marcelino Santamaría (1866-1952), pintado en 1898.

EL ESQUILEO, UN CUADRO EN EXTINCIÓN.

El grupo de danzas Diego Porcelos con hilandera y mujeres raspando lana en la parte de atrás. Unos mozos sirviendo vino. Y dos esquiladores. Un año más el cuadro viviente ‘Los esquiladores’ del pintor burgalés Marceliano Santamaría fue el momento más instagrameable de la 33ª edición del Festival del Esquileo de la Sociedad Gastronómica Los Cucos. Una tradición hecha cuadro cuando el esquileo y los rebaños de ovejas eran algo común en Burgos, la foto que habrás visto en los estados, en algún reel o en un tuit es una reivindicación de una costumbre tradicional de zonas ganaderas, apegadas al terruño y que, poco a poco, está desapareciendo.

“Llevamos 33 años y nunca habíamos tenido problemas hasta la pandemia, ahora nos costará más encontrar ganaderos y esperemos que los esquiladores sigan, pero precisamente por eso hay que mantenerlo”, explicaba antes de iniciarse el Festival en la Flora el presidente de la Sociedad Gastronómica Los Cucos, Juan Montiel. Y es que “cada vez hay menos ovejas, cada vez hay menos pastores y menos lana y ya ni siquiera hay esquiladores”, relata.

Desde hace 33 años recrean esta actividad del campo en pleno centro de la ciudad de Burgos. Y desde hace unos años los problemas para poder conseguir ganado y esquiladores se ha multiplicado porque no hay.

“Este año el pastor de Zalduendo nos ha dado como ha hecho en los últimos años las ovejas, pero deja la actividad, se jubila, y ganadería por aquí no hay nada”, lamenta Montiel.

Otro problema será encontrar esquiladores. Aunque confían en volver a reclutar a Melquiades. El esquilador navarro ha participado siempre pero también aborda la jubilación. En Los Cucos esperan que, como Javier Tubilleja, vuelva cada mes de junio aunque ya no se dedique a esquilar de manera profesional. “Yo soy de la zona de Rublacedo de Abajo y esquilaba a tijera, pero conforme las explotaciones se fueron haciendo más grandes se volvió inviable, pero antes esquilaba, pero ya ni ovejas tengo pero me gusta venir, vine hace tiempo con el grupo de danzas que está mi hija y me gustó y siempre vengo”, cuenta. Recuerda cómo el esquileo a tijera era lo más habitual cuando los rebaños eran pequeños. “Iba por la mañana y me hacía unas 20 o 30, venía el pastor y se las llevaba, después por la tarde otro poco, pero ahora son ganados de mil ovejas y la tijera es lenta”, explica uno de los últimos esquiladores a tijera.

Melquiades, esquilador navarro que opera en todo el norte de España y en parte de Francia, cuenta que a la juventud no le gusta este trabajo aunque se puede vivir bien de él por la escasez de especialistas. “Es una profesión que ya no gusta, no hay gente, en España las cosas han cambiado mucho, y les gustan más otras cosas pero trabajo hay porque en España hay 16 millones de ovejas que cada año hay que esquilar, trabajo no falta pero no hay quien lo haga”, explica Melquiades. Ahora ya ni europeos se encuentran. “Al principio venían polacos y rumanos, cuando entraron en la Unión Europea ya empezaron a mirar otros trabajos”, lamenta. Hoy son grupos de esquiladores de Sudamérica los que llegan en temporada para hacer el trabajo para el que los pocos profesionales españoles no dan abasto.

Tras el rapado de las seis ovejas, todos los presentes empezaron a degustar un buen trozo de queso y una copa de vino. Algunos de los 59 integrantes de la Sociedad Gastronómica Los Cucos, que el próximo año cumple los 50 años de vida, repartieron 60 kilos de queso fresco cedido por Flor de Burgos, cuñas de 20 kilos de queso curado y 60 litros de vino para celebrar la exaltación de las tradiciones a las que el Grupo de Danzas Diego Porcelos puso banda sonora bailada con los ritmos y canciones de siempre. Y la lana obtenida por el rapado de las seis ovejas de la Sociedad Gastronómica Los Cucos no se irá muy lejos. El Grupo de Danzas de María Ángeles Sáiz recoge todo el material para otro acto reivindicativo de la tradición. El último domingo de julio se llevarán la lana a lavar, varean la del año pasado y se realiza el trabajo de la lana: escarmenar y cardar… Tradiciones casi perdidas.

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