Buscarán seguir fortaleciendo el posicionamiento de INIA como un actor relevante del sistema de ciencia, tecnología e innovación en la región y el mundo, y harán hincapié en la investigación orientada a potenciar la productividad y la sostenibilidad, principalmente en los sectores productores de alimentos y forestal.

Montevideo | Todo El Campo | El pasado 11 de marzo el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, oficializó el nombramiento de las nuevas autoridades elegidas por el Poder Ejecutivo para dirigir la Junta Directiva del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).

Con vasta experiencia en el sector y dentro de INIA, el Ing. Agr. Migel Sierra fue designado presidente, y Dra. Carolina Viñoles vicepresidenta.

Entre sus cometidos, adelantaron que buscarán seguir fortaleciendo el posicionamiento de INIA como un actor relevante del sistema de ciencia, tecnología e innovación en la región y el mundo, y harán hincapié en la investigación orientada a potenciar la productividad y la sostenibilidad, principalmente en los sectores productores de alimentos y forestal. La negociación presupuestal será otro eje clave de su gestión, así como la asignación de profesionales en cargos gerenciales que aún están vacantes y la mejora del clima organizacional.

¿Cuál es la formación académica de cada uno?

M.S.: Soy ingeniero agrónomo egresado de la Universidad de la República (Udelar) y realicé mis estudios de maestría y doctorado en Tecnología de Alimentos en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). También me especialicé en Marketing en la Universidad Católica de Uruguay, y en Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación en la Universidad de Mánchester.

C.V.: Soy veterinaria, egresada de la Udelar y especializada en reproducción en rumiantes. Realicé mi maestría y mi doctorado en la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia, a través de un programa sándwich con Udelar, y el posdoctorado en la Universidad de Australia Occidental (UWA, por su sigla en inglés).

¿Qué hitos destacarían de sus caminos profesionales?

M.S.: Comencé trabajando en el área de Planificación de la Facultad de Agronomía, luego realicé tareas administrativas en L’Oreal París en Montevideo y ya en Valencia integré la Secretaría del Instituto de Ingeniería de Alimentos para el Desarrollo en la UPV. Posteriormente desempeñé tareas de calidad y marketing en una empresa de País Vasco, hasta mi ingreso en el área de Vigilancia Tecnológica y Transferencia de Tecnología del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de Cataluña. Al regresar a Uruguay, ingresé por concurso como gerente de Vinculación Tecnológica de INIA, iniciando mi camino dentro del instituto, donde luego fui nombrado por concurso gerente de Innovación y Comunicación. En paralelo, asumí la presidencia de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt). Más tarde, en INIA ocupé el cargo de director de Relaciones Corporativas, hasta mi nombramiento como presidente. Actualmente, también integro el panel asesor internacional sobre evaluación de impacto de la Red CERCA (Cataluña-España) y el consejo asesor del proyecto europeo CARDEA sobre gestión de la investigación.

C.V.: Comencé investigando reproducción ovina cuando cursaba el tercer año de facultad. Posteriormente realicé pasantías y trabajos zafrales en INIA La Estanzuela, Treinta y Tres, y Tacuarembó en lechería y cría vacuna y ovina, y dicté clases en la Escuela Agraria de Pirarajá. Luego ingresé por concurso a INIA Tacuarembó, donde trabajamos para generar alternativas para aumentar el peso al destete y realizar entore precoz en vaquillonas. En 2016 obtuve por concurso un cargo en la Casa de la Universidad de Cerro Largo, del Centro Universitario Regional Noreste. Actualmente soy profesora titular y coordinadora del Polo Agroforestal y de la carrera de tecnólogo en Sistemas Integrados de Producción Agropecuaria de Udelar, con foco en sistemas silvopastoriles.

¿Cómo describirían el INIA que reciben y que dirigen desde marzo de 2025?

M.S. y C.V.: Como ha comentado el presidente de la República, Yamandú Orsi, y el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, todos los que asumimos posiciones desde el gobierno no venimos con ánimo refundacional. Cada periodo de gestión tiene sus luces y sus sombras, como toda construcción humana, y nuestro planteo es contribuir a la acumulación positiva.

Existen fortalezas de la institución a seguir desarrollando, como el potencial de su equipo humano, la cercanía al sector productivo, la distribución en el territorio nacional, su permanente trabajo en red y su vocación por investigar para generar soluciones a los problemas prioritarios del país.

Del mismo modo, es importante reconocer que tenemos problemas y hay que encararlos. El ámbito gerencial requiere fortalecerse, dado que hay varios llamados en curso en áreas claves que hay que procesar. El clima interno requiere mejoras, hay que cultivar un clima de respeto y confianza que permita dedicar la energía a construir un proyecto colectivo compartido.

¿Cuáles son las metas y prioridades que se plantearon para INIA?

M.S. y C.V.: Tenemos que fortalecer a INIA como un actor relevante en el sistema de ciencia, tecnología e innovación de Uruguay, y como un socio estratégico y confiable para impulsar el desarrollo sostenible del país. Para eso, es necesario seguir potenciando los procesos de producción científica de calidad, y de tecnologías de alto impacto productivo, ambiental, económico y social. También es clave establecer alianzas y acuerdos con actores nacionales e internacionales, científicos y empresariales, que permitan generar soluciones tecnológicas potentes, que sean conocidas, difundidas, comercializadas y aplicadas con resultados satisfactorios para los usuarios.

Otro tema central será la negociación presupuestal. Nos parece clave definir un plan con prioridades claras, respaldadas por el gobierno, las gremiales que integran la Junta Directiva y socios estratégicos relevantes nacionales e internacionales; un plan de mejora en el uso de los fondos; una estrategia de captura de fondos externos, y una negociación firme del presupuesto que corresponde a INIA por ley.

También consideramos clave que INIA se integre al movimiento de la ciencia abierta, que apunta a que los datos, la información y el conocimiento sean accesibles, colaborativos, transparentes y reutilizables de forma inteligente, ética y responsable. El sector alimentario y el Uruguay como un todo deben generar bases de datos interoperables de forma más ágil, inteligente y efectiva.

Para alcanzar estas metas debemos seguir forjando un buen clima interno de trabajo y promover la transparencia en los procesos. Queremos que INIA siga transitando el camino de la equidad de género en todos sus ámbitos y siga siendo una organización atractiva para los talentos locales y del mundo.

¿Cuáles consideran que son los principales temas que debe abordar la investigación agropecuaria en los próximos cinco años?

M.S. y C.V.: Uruguay necesita generar riquezas para sostener y mejorar su sistema de bienestar social. Para lograrlo, la ciencia ocupa un rol fundamental. Especialmente la desarrollada por institutos como INIA, donde se investiga y se generan tecnologías con foco en la productividad y la sostenibilidad, utilizando biotecnologías modernas, herramientas digitales y cada vez más la ciencia de datos y la inteligencia artificial. Esos son temas de agenda y en el instituto se están trabajando, pensando en una agricultura, una ganadería y una forestación de precisión, trazable y confiable.

También es menester continuar y profundizar las líneas de investigación en temas vinculados a las transiciones agroecológicas, la calidad y la salud del suelo y del agua, la conservación y mejora de la biodiversidad, la reducción del uso de agroquímicos, la complementación o sustitución cuando sea posible por bioinsumos y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La agricultura familiar y el cooperativismo serán actores para priorizar en clave de desarrollo rural inclusivo y que genere oportunidades en todo el territorio.

Asimismo, consideramos que hay que generar los espacios para recibir iniciativas innovadoras en sectores tradicionales y en nuevas temáticas, como la acuicultura y la pesca, cultivos bioenergéticos y medicinales, y el uso de coproductos de los procesos agroindustriales, entre otros. También debe ser una prioridad abordar el tema de la seguridad alimentaria en Uruguay, América y el mundo, contemplando no sólo los procesos de producción, sino también la disponibilidad y el acceso a los alimentos, sobre todo de dietas saludables en sectores vulnerables de la población. Para ello se requiere conformar equipos interdisciplinarios con capacidades propias y de socios estratégicos.

El nuevo gobierno manifestó su interés en generar un sistema de ciencia, tecnología e innovación del que INIA formará parte. ¿Qué rol ocupará el instituto?

M.S. y C.V.: La iniciativa busca promover la creación de un sistema que defina prioridades y coordine agendas entre todos los actores implicados. El Plan Estratégico en Ciencias, Tecnología e Innovación que tiene Uruguay es del 2010 y requiere una actualización y mejora. Hay que definir ejes prioritarios, objetivos, responsables y presupuestos, y generar sinergias interinstitucionales, para usar de forma más eficiente los fondos destinados a I+D.

En este marco, INIA tiene un rol clave, dado que combina la investigación con el desarrollo de tecnologías, y la articulación permanente con el sector productivo y privado. Estamos desplegados en el territorio y somos un ámbito para la formación de nuevos profesionales altamente calificados. Además, los sectores agroalimentario y forestal, y las biotecnologías son rubros estratégicos para la ciencia que Uruguay apuesta a desarrollar e INIA es un motor dinamizador de cada uno.

¿Cómo visualizan el Uruguay agropecuario del futuro y el rol de INIA en ese contexto? 

M.S. y C.V.: El Cono Sur es un proveedor de alimentos para el mundo. En América tenemos la reserva de agua dulce y la biodiversidad más importante del planeta. Aun así, existen graves problemas de inseguridad alimentaria en el continente, que desafían a los sectores encargados de producir y exportar estos productos. Para afrontar este reto, se requiere no solo producir alimentos de forma sostenible, sino también agregar y capturar valor en nuestro país, desarrollando semillas inteligentes, cultivares de alto rendimiento y resistentes a enfermedades y plagas, vacunas, genética animal con mejor eficiencia de conversión de alimentos y baja en emisiones, bioinsumos, softwares de gestión y plataformas modernas de trazabilidad.

En ese contexto presente y futuro, INIA puede aportar investigaciones originales y desarrollos tecnológicos incrementales y disruptivos, generados en base a alianzas con actores científicos, tecnológicos y empresariales nacionales, regionales y del mundo.

En definitiva, el Uruguay agropecuario del futuro y el rol que tendrá INIA en esa coyuntura son dos elementos que debemos construir. Podemos ser un actor relevante en esta construcción y dar garantías, porque hay conocimiento, personal capacitado y más de 30 años de investigación que respaldan el camino hacia adelante. El futuro se construye y a eso invitamos a todo el personal de INIA y a los socios nacionales e internacionales: a que nos acompañen en este desafío.

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