Hay cosas que no tienen mucho que ver con el agro, pero sí con las actitudes que tomamos frente determinado tipo de problemas. No es necesario ir en desmedro de los demás para después tener mayores posibilidades de sobresalir.
Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Realizadas las elecciones hubo dos cosas que quedaron muy claras. La primera, fue el triunfo del Frente Amplio que fue un hecho concreto, tangible y que no puede cuestionar.
Lo segundo y que llama la atención, es el nivel de aprobación con que termina su mandato el presidente Luis Lacalle, avalado por los números y más teniendo en cuenta los momentos que le tocó pasar, lo bien que los sorteó y el efecto que causó en la
Es la tal su aprobación que para algunos es difícil entender el resultado de las elecciones. Cómo alguien con tan buenos números y alta aprobación, resultara derrotado, no él que no puede ser candidato porque la Constitución se lo prohíbe, pero sí su partido y el candidato más cercano al Gobierno.
¿Qué sucedió a partir de ese momento? Inmediatamente aparecieron una serie de conflictos.
Primero fue el de la carne que venía de atrás pero hizo eclosión, de difícil manejo y difícil ponerse de acuerdo.
Asimismo, empezamos a percibir que se ponía en relieve cuáles eran los temas en que había mayor diferencia entre la administración que está terminando y la que está por entrar. Uno de esos temas, que despertó expectativas y había un convencimiento de lo que iba a suceder, era lo relacionado con Kiyú y la planta potabilizadora de agua que se va a instalar en el Río de la Plata.
Edgardo Ortuño que fue director de OSE y ha sido nombrado para ocupar el Ministerio de Ambiente a partir de marzo, se opuso con fuerza al proyecto, a pesar de que el Gobierno de Lacalle ha sido puntilloso y se conoce qué es lo que se va a realizar.
El mandatario poniendo en práctica lo que ha sido una constante en su administración dijo: “Me hago cargo”. Argumentó que el tema no puede esperar, si no lo firmamos va a estar nuevamente en la discusión y se volverá a aplazar la solución por mucho más tiempo, lo que conlleva al riesgo de que nuevamente Montevideo se quede sin agua. Así que decidió firmar el contrato.
El tiempo continuó pasando y ahora llegaron las declaraciones del Ec. Mario Bergara sobre un supuesto maquillaje en las cuentas del Ministerio de Economía. Ese hecho terminó con Bergara pidiendo disculpas en relación a lo que había dicho.
Esas actitudes buscan deteriorar una imagen muy alta con la cual termina el Gobierno de Lacalle.
Pienso que para el Frente Amplio hubiera sido mucho mejor decir que tiene cinco años para gobernar y pensar cómo logrará superar esa vara tan alta dejada por Lacalle. Además, sería bueno para el FA y para todos, tener la suerte de que las circunstancias no sean tan adversas cómo le tocó a Lacalle, que apenas asumió se encontró con una pandemia.
Esta columna no es una defensa del Gobierno que termina, pero sí digo que si alguien tiene cosas buenas y la gente aprueba su actividad, será por algo. No es necesario ir en desmedro de esa aprobación para después tener mayores posibilidades de sobresalir.
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