Las autoridades argentinas advirtieron que “los embalajes de madera constituyen un medio propicio para la introducción de plagas que afectan los recursos forestales”.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Los países se exponen permanentemente al ingreso de agentes dañinos. El contrabando es un jugador negativo clave en ese aspecto. Todos sabemos que cuanto más vulnerables son las fronteras más posibilidades hay de que ingresen productos, mercadería, animales, etc., que luego se convierten en un dolor de cabeza y causan graves daños al país.
El cambio climático se suma. Con el cambio de temperaturas llegan a nuestro país insectos que transmiten enfermedades graves y que antes solo veíamos en los medios de comunicación o una película. Con mayor temperatura también ingresan aves, trasladando enfermedades de otras tierras, la gripe aviar es un ejemplo claro.
En el mundo vegetal también pasa. Y así podríamos seguir. Pero creer que solo el contrabando y el cambio ambiental son factores de riesgo, es una equivocación.
A fines de enero se informó desde Argentina que se impidió “el ingreso de plagas en embalajes de madera de mercadería de importación” (foto).
Un cargamento que llegó al país por los medios convencionales y tradicionales del mercado internacional se convirtió en una amenaza que afortunadamente pudo ser desactivada. Ocurrió en Argentina pero pudo pasar en cualquier lugar, incluso en cualquier puerto de Uruguay.
El argentino Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) evitó el ingreso de “insectos cuarentenarios que llegaron en embalajes de madera de importación y que fueron detectados en inspecciones de rutina realizadas en terminales portuarias” de Buenos Aires, agrega.
DETECCIÓN DE INSECTOS AUSENTES EN EL PAÍS.
En 2024, los operativos realizados por la autoridad sanitaria argentina se constataron 124 incumplimientos a la Norma Internacional de Medidas Fitosanitarias (NIMF) N° 15. Dicha norma “establece las directrices para minimizar el riesgo de introducción de plagas a los países a través de los contenedores de madera que se utilizan en el comercio internacional de mercaderías”.
El 40% de los casos implicaron la “detección de insectos vivos, entre los que se identificaron plagas cuarentenarias ausentes en Argentina como especies del género Sinoxylon (S. anale, S. unidentatum), un escarabajo barrenador destructivo que afecta a los cultivos forestales. El 60% restante fue por faltante de marca y presencia de corteza, entre otras faltas a la normativa”, dice la información a la accedió Todo El Campo.
Las autoridades argentinas advirtieron que “los embalajes de madera constituyen un medio propicio para la introducción de plagas que afectan los recursos forestales”.
Si queremos conservar los niveles sanitarios de los que goza Uruguay, debemos estar en permanente alerta sanitaria.
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