La ganadería bien practicada es una salvaguarda que previene la depredación como la destrucción de especies sensibles; también es una barrera frente a la expansión de virus.

Montevideo | Todo El Campo | La ganadería, además de ser una actividad económicamente rentable para las personas y los países que la practican, es una fuente inigualable de proteínas, fundamental para combatir el hambre en el mundo.

Además, cuando se la realiza con los cuidados de bienestar y salud animal mínimos y de acuerdo a los estándares contemporáneos, protege a la humanidad de enfermedades conocidas como desconocidas. Esas son las conclusiones a las que se llega después de leer uno de los últimos hilos publicados por el veterinario y escritor Juan Pascual Beitia (*) en su cuenta de X.

El profesional hace un recorrido desde la Universidad de Stanford hasta África, haciendo una parada en el gigantesco aeropuerto francés Charles De Gaulle, todo para mostrar que además de alimentación segura y buena, la ganadería es una herramienta clave para proteger la salud humana, porque a la humanidad le gusta la carne y si se llegara a prohibir o reducir a tal punto que fuera insuficiente, proliferarían mercados ilegales, con caza de animales salvajes que poseen una alta carga de patógenos transmisibles, un detalle que no hace falta explicar demasiado porque todos hemos leído sobre cómo el Sida saltó a la especie humano, y más recientemente el Covid.

El siguiente es el hilo del Dr. Pascual, con algunas de las ilustraciones que él mismo publicara. El texto posee pequeñas adecuaciones para Todo El Campo.

A PESAR DE TODO, SEGUIMOS COMIENDO CARNE.

Juan Pascual Beitia | Es evidente que nos gusta comer productos de origen animal: leche, huevos, carne o pescado.

A pesar de la mala prensa de la ganadería el consumo de carne sigue aumentando en Europa y en el mundo, y eso tiene su explicación

Les invito a un viaje desde la Universidad de Stanford hasta el corazón de África, con una parada en el aeropuerto Charles De Gaulle de París. ¿Me acompañan?

Si analizamos la cantidad de proteína que consumimos, ésta puede tener origen animal o vegetal. A nivel mundial, comemos de media más proteína vegetal (50 g/persona/día) que animal (33 g/persona/día). En España 42 gr. de proteína vegetal y 58 gr proteína animal.

A MEJOR NIVEL ADQUISITIVO, MÁS CONSUMO DE CARNE.

Obsérvese que el aumento de la proteína animal ha sido mucho más marcado que el de la proteína vegetal. Parece que hay una correlación entre aumento del PIB o riqueza y consumo de proteínas animales. ¿Mera hipótesis?, vayamos a Stanford para conocer al economista Merril K Benett.

El Ec. Merril K Benett desarrolló la ley de Benett que dice lo siguiente: conforme la capacidad adquisitiva aumenta, se come menos vegetales altos en energía (tubérculos o cereales) y más nutrientes densos como carne.

Fijándonos tan sólo en el poder adquisitivo y la proteína animal, obtenemos la gráfica siguiente.

LA CAZA Y LA SALUD.

¿Pero qué pasa cuando el poder adquisitivo es bajo, pero es posible hacerse con proteína animal? Esta situación la encontramos en numerosos países en los que mucha gente opta por salir a cazar. Vámonos al corazón de África: tan sólo en Camerún, esta actividad ocupa a más de medio millón de personas; en el Congo se consumen por persona/año hasta 51 kg de este tipo de carne; en la cuenca amazónica llega a 63 kg/h/año (1).

Eso supone un doble problema: Por una parte, se pone en riesgo la fauna salvaje y su hábitat; y por otra, se abre la puerta a virus potencialmente muy peligrosos. Varias enfermedades han saltado al ser humano debido a esta caza, por ejemplo el SIDA, ébola o el reciente Covid (2).

Al contrario de lo que ocurre con los animales domésticos que tienen una carga de patógenos transmisibles relativamente baja, los simios, roedores y murciélagos la tienen muy alta.

TERRITORIOS LEJANOS, EN UN MUNDO CADA VEZ MÁS PEQUEÑOS.

Y aunque esos territorios nos parezcan muy lejanos, lo cierto es que todo puede llegar a países como el nuestro. Miles de toneladas de esta carne son detectadas y confiscadas en Estados Unidos o en el aeropuerto Charles De Gaulle en París, como muestra en la siguiente fotografía.

Al gusto por esta carne, se añaden prácticas rituales que la tienen como protagonista.

Por todo lo anterior, mal que les pese a algunos, la ganadería -con adecuado control veterinario- es una salvaguarda que previene este tipo de caza y la destrucción de especies sensibles, así como una barrera frente a la expansión de virus.

Cuando se practica bajo control veterinario, la ganadería es una salvaguarda frente a pandemias porque ¿quién sale a cazar murciélagos pudiendo comprar un pollo por unas pocas monedas?

Y en Europa, a pesar de las campañas, activistas y prensa que se posicionan contra la carne, su consumo en los últimos 10 años ha seguido aumentando.

Foto de portada de @ElizaldeRiffel

REFERENCIAS. (1) Mapeo de la crisis de la carne de animales silvestres en África | Earth.Org | (2) Los cambios globales en las tendencias de la población de mamíferos revelan predictores clave del riesgo de contagio del virus | Actas de la Royal Society B: Ciencias Biológicas (royalsocietypublishing.org)

EL AUTOR. Juan Pascual Beitia es veterinario y autor del libro “Razones para ser omnívoro. Por tu salud y la del planeta”, un libro que indaga en la condición omnívora de los humanos, analiza los grandes desafíos a los que se enfrenta el mundo para erradicar el hambre, estudia la producción de alimentos necesarios para una creciente población, y todo ello desde el obligado respeto al bienestar animal: Razones para ser omnívoro. Por tu salud y la del planeta (n/a): Pascual Beitia, Juan: Amazon.es: Libros

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