Además de la cárcel, los productores pueden quedan prohibidos temporalmente de desarrollar tareas vinculadas al trato animal.
Cataluña, España | Todo El Campo | Los conejos son un problema para los productores agropecuarios españoles. Una manifestación llevada a cabo a comienzos de año derivó en una denuncia penal que puede llevar a algunos productores a la cárcel, además de que se les prohíba trabajar con animales.
LOS HECHOS.
En marzo, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) observó que los conejos han causado “algún tipo de daño” en un millón de hectáreas con pérdidas cuantificadas en 800 millones de euros. Se trata de un animal voraz y con una gran capacidad de procrear.
Durante el pasado verano europeo (junio-setiembre), las condiciones generadas a partir del calor y la falta de lluvias, hicieron que los conejos se convirtieran “en un vector de propagación de enfermedades que pueden derivar en graves problemas sanitarios en mascotas y humanos”, advirtió COAG en un comunicado, y pidió a las autoridades que tomen “de manera urgente medidas contundentes y eficaces”, pero las autoridades se han demorado en tomar las medidas solicitadas.
CRECIMIENTO DE LA ESPECIE.
José Guerrero Casado, profesor del Departamento de Zoología de la Universidad de Córdoba (España) dijo al diario El Confidencial que “es posible que el número total de esos animales en el país esté creciendo, aunque de forma moderada”.
Ese crecimiento se da principalmente por dos razones. La primera de ellas es que ya no tiene tantos depredadores (en España, más de 30 especies se alimentan de conejos); y la otra es su alta capacidad de reproducirse.
Menos depredadores e igual capacidad de reproducción genera un aumento de la población. Sin embargo, algunos científicos aseguran que el crecimiento de la especie no ha sido importante. Como fuere, los cierto es que los conejos se comen los cultivos y lo hacen de forma voraz, particularmente durante este año que por la sequía les faltó el alimento.
LA PROTESTA QUE TERMINÓ EN CITACIÓN JUDICIAL.
La pasividad de las autoridades llevó a los productores a manifestarse pidiendo acciones que los protejan de los conejos. Fueron varias las manifestaciones realizadas en febrero y marzo, todas organizadas por instituciones y gremios como la Unió de Pagesos de Catatalunya (UP), Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC), la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) y de la Federación de Cooperativas de Catalunya.
En las últimas horas, una jueza de Lleida (Cataluña, España) citó a declarar, en calidad de “investigados”, a los representantes de las organizaciones agrarias responsables de las manifestaciones llevadas a cabo en Lleida en las que supuestamente se maltrataron conejos vivos y muertos, publicó Agroinformación. La audiencia está agendada para el 20 de marzo de 2024. La acusación es por el presunto delito de maltrato animal.
Se trata de la primera respuesta judicial a una denuncia penal de organizaciones animalistas (Pacma y Lex Ánima).
La acusación va contra varios manifestantes y, por responsabilidad, a las organizaciones convocantes, por lanzar conejos contra la delegación territorial del Departamento de Acción Climática en Lleida, “algunos muertos y otros todavía vivos, y que acaban siendo pisados en el suelo por el tumulto de campesinos”, dice el texto.
Además, se apunta a los policías que observaron pasivamente lo que pasaba, cayendo en “una posible omisión del deber de perseguir delitos”.
Los denunciantes señalan que, además del lanzamiento de conejos, los manifestantes profirieron amenazas y lanzaron consignas desafiantes, incluyendo la referencia a un posible uso desautorizado del biocida: “Vamos a tirar el fosfuro de aluminio quieran o no quieran porque debe matarse a los putos conejos” aseguran los animalistas que se escucha en los vídeos difundidos.
La denuncia se sustenta en el artículo 337 del Código Penal que impone castigos de prisión de 3 a 18 meses de duración. Los denunciantes piden penas máximas contempladas, que incluyen también hasta cuatro años de inhabilitación en el ejercicio de cualquier profesión que implique el trato con animales, por lo que podrían verse impedidos de producir.
PREOCUPACIÓN DE LOS BIÓLOGOS.
Según los biólogos españoles, el conejo también tiene sus virtudes y por eso les preocupa que pase a ser un enemigo al que exterminar.
Es una especie clave para el ecosistema ibérico desde que hace muchos siglos se aludía a la península como “tierra de conejos”.
Para muchos mamíferos y aves rapaces es una presa esencial. “Capturar un ejemplar es una gran recompensa para muchos de estos animales carnívoros”, afirmó José Guerrero Casado.
El conejo también hace un gran servicio como herbívoro, además de que sus excrementos ayudan a reciclar nutrientes y a aumentar la fertilidad de los suelos.
Con datos de El Confidencial y Agroinformación | Foto Agroinformación.
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