Cuando solo faltan algunas semanas para cerrar 2023, Horacio Jaume hace una reseña sobre diferentes temas de la agropecuaria nacional: agricultura, caballos, apicultura, hacienda y lechería.

Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | En la recta final de 2023, en la agricultura se está tratando de levantar la cosecha de invierno lo más rápido posible, aprovechando los momentos que permite el tiempo que es el principal problema, aunque se ha avanzado mucho con buenos resultados, pero la cosecha debe levantarse y guardarse. Los rendimientos son buenos y hay algunas zonas con problemas de camiones para movilizar los granos.

Si miramos hacia adelante, lo que se ve es que se está implantando la soja que es el que cultivo de mayor área y por la soja podría recuperarse un sector que ha sido seriamente afectado producto de el clima poco favorable que hemos tenido. Hasta ahora, lo que nos cuentan, es que el tema viene bien.

Otro tema que me llamó mucho la atención es la producción de caballos. Según el presidente de la Sociedad de Criadores de Caballos Criollos del Uruguay, José Campiotti, cada año se inscriben 6.000 animales, en Argentina 7.000 y en Brasil 14.000. Si uno mira el tamaño de los países uno puede ver que en este tema Uruguay se destaca, trata de mejorar o tiene buena repercusión los que trabajan en el tema, por la cantidad de animales inscriptos cada año además de que las ventas dan buenos números, lo que se nota en la satisfacción de quienes comercializan.

Campiotti también dijo que este año los caballos uruguayos se han destacado en competiciones, acreditando lo anterior sobre el desarrollo de los caballos.

Digo todo esto porque quizás muchas veces no le damos al caballo la importancia que realmente tiene, y todos estos datos hablan claro y deberíamos reparar en ellos, porque ha habido un crecimiento prolijo obteniendo resultados por demás destacados.

Como contracara, en la Sociedad Apícola del Uruguay hubo elecciones y allí hubo dos listas con los oficialistas obteniendo cuatro lugares y la oposición tres, pero todo eso tuvo que pasar por el Ministerio de Educación y Cultura que prácticamente intimó a la institución porque se demoró demasiado tiempo en conformarse la nueva Comisión Directiva que tengo entendido en las últimas horas tomó posición de cargo. Se dio una puja con protestas sobre cómo se llevó adelante la elección e impugnando algunos electores.

El sector apícola no pasa por sus mejores momentos, y encima los integrantes ponen nuevos problemas en el camino. Parece poco inteligente que las rencillas internas superen los temas importantes.

Pero dejemos eso como un tropiezo en la puesta en marcha de la nueva Comisión Directiva y que prontamente se dediquen a tratar los temas que a todos incumben, respetándose el voto de la gente que en definitiva es lo más importante.

Otro asunto es el mercado de haciendas. Allí no hay dudas que la primavera se terminó de instalar, hay una oferta de pasto muy importante y la consecuencia fue la calma necesaria para aquella premura que no hace tanto tiempo atrás existía para poder sacar animales u orejear si se podía reponer o no de acuerdo a la comida que se tenía.

Todas esas dudas se despejaron y tal es así que donde se hace reserva de forraje es común escuchar por los involucrados que como consecuencia de la dura experiencia del año pasado, la gente dobló la reserva de forraje, porque el recuerdo de estar detrás de las cosechadoras para hacernos de forraje de poca calidad por la necesidad de tener qué dar de comer al ganado, está muy vivo en la memoria de todos, y por lo tanto, frente a una oferta más que importante de pasto la gente  trató de guardar la mayor cantidad posible.

Por tanto, quienes hacen reservas doblan la apuesta de inversión para no repetir aquellos momentos, y en las zonas donde esta práctica no es común se deja pasar la posibilidad de hacer las reservas necesarias, pero cuando vuelven los problemas lo único que quedará es marchar a la iglesia a rezar porque no hay otra alternativa.

Otro punto es la experiencia que está teniendo el sector lechero con el riego, logrando resultados muy buenos a través de diferentes esquemas. No hay que olvidarse que el riego es una solución de dos partes: manejar el agua es una llave en la producción y nadie lo duda. Lo que sí tiene que venir aparejado con el manejo del agua es saber hacerlo, y eso no se aprende de un día para el otro.

No es lo mismo regar arroz, que regar sorgo, maíz, pradera o campo natural. En general, en los distintos rubros, Uruguay no tiene experiencia de riego. Tenemos mucho que aprender, pero cuando esa falta de conocimiento queda latente aparecen otros problemas, porque este tipo de tecnologías van junto al tema de los costos, y no hay peor cosa que una tecnología mal aplicada.

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