Tuvo que existir “un clavo” de cerca de 40 millones de kilos de un tipo de lana para que empezáramos a hablar de otra manera.

Montevideo | Todo El Campo | En las últimas horas, uno de los hechos que marcó la agenda agropecuaria fue el lanzamiento de la zafra ovina que se realizó en Tacuarembó con la presencia el presidente Luis Lacalle y varias instituciones de la ruralidad nacional.

Otro dato fue el comunicado de la Federación Rural sobre la situación del sector y sus problemas más importantes, comunicado expresado con una firmeza que no tenía antecedentes. El presidente de la FR, Jorge Andrés Rodríguez, va a tener mucho trabajo con ese perfil que le trata de dar a la institución. Lo hemos escuchado hacer declaraciones, ha hablado con nosotros y es su intención tener un protagonismo importante, no por él sino porque la propia Federación tiene y debe hacerlo para poder llevar adelante las inquietudes que tiene al gremialismo rural.

En el lanzamiento de la zafra ovina participaron e hicieron uso de la palabra diferentes autoridades, y creo que no es bueno partir de bases erróneas o no hacerse responsables de hechos que sucedieron y que ahora parece que se trata de maquillarlos o disfrazarlos de otra manera.

Muchas veces he dicho que hace 25 años, al retornar de un congreso de lanas, León Bercovich, entonces presidente de la Cámara Mercantil de Productos del País (CMPP), dijo que el mundo pedía lanas finas y que la producción ovina se iba a dividir entre lanas finas y carne.

Eso motivó una reacción de algunos sectores que dijeron que no eran tan así. En ese tiempo las lanas medias eran las características de nuestro país, eran producto del trabajo que hizo Alberto Gallinal que en su momento expandió la raza Corriedale que sustituyó la Lincoln y la Merino, naciendo dos líneas que fue la mencionada Corriedale y la Merilin, lográndose imponer con mayor popularidad la primera de ellas.

Nuestro país se caracteriza, a través del Mejoramiento Ovino y las instituciones, por lograr una genética de alto nivel, una selección de animales muy importantes, y tal es así que las lanas uruguayas logran tener un lugar privilegiado en el mundo, y los entendidos dicen que a nivel internacional estas lanas se conocían como “Lanas Montevideo”.

En esa ápoca, también con el Mejoramiento Ovino nace el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) que puso énfasis en la lana y empieza una época muy importante, con la lana como principal rubro de exportación de nuestro país. El presupuesto de los establecimientos se pagaba con la lana, mientras que la carne vacuna peleaba con el consumo interno y tratando de ganar un espacio en el exterior, pero la lana era la puntera con aquellos remates y la referencia cuando se subastaba la lana de Gallinal que marcaba el precio con que se iba a mover el precio de la zafra de ese año.

Todo eso es historia, y nadie duda del lugar de privilegio que le tocó a la lana y todo lo que le debemos a ese trabajo que con las lanas medias hicieron Mejoramiento Ovino y posteriormente el SUL.

Pero vinieron otros tiempos, llegaron otras noticias y lo que se hizo fue dejarlas a un costado, se trató de ignorarlas. Era común decir que Uruguay poseía el mayor rodeo Corriedale del mundo, y debería ser así, eran tiempos en que Uruguay llegó hasta los 30 millones de ovinos, una cosa imponente.

Eso coincidió con otros problemas y secas mediante, en los que era muy difícil con los vacunos y era más fácil repoblar con los ovinos. Esa época llegó a llamársele de “ovinización”, por la importancia de ese rubro.

Pero esa señal que vino y que León Bercovich trató de transmitirla, inclusive hablándola con la industria, y le decían que era correcta su posición.

Yo he hablado mucho con técnicos del SUL, muchos de ellos ahora retirados, y por diferentes motivos esa señal sobre lo que se venía, no fue decodificada por quienes debían hacerlo y trasladarlo a los productores, y en muchos casos hasta alguno que habló con mayor claridad fue llamado al orden. Esto lo sabemos por boca de ellos mismos.

La lucha era muy fuerte porque hay que ver quiénes eran los principales surtidores de ejemplares para esa lana que se debía corregir, modificar, cambiar. Se venían otros tiempos.

Allí pasan dos cosas que yo creo que son muy importantes y que marcan un punto débil del gremialismo rural. Muchas veces la Federación como la Asociación Rural nombran los presidentes del SUL, y el cargo es rotativo entre esas dos instituciones, entra uno u otro. Pero también se produce un fenómeno que hemos visto en más de una vez: ese nombramiento posteriormente actúa como un ente autónomo, o da la sensación que actúa de esa forma. Lo que quiero decir es que cuando uno busca la responsabilidad que le puede caber respecto a esa señal que no fue dada con total claridad, se termina responsabilizando a las gremiales. ¿Por qué?, porque uno supone que esos presidentes nombrados por la institución madre (la Federación o la Asociación Rural) tendrán que rendir cuentas a su presidente para ver qué es lo que hace o no hace, porque en definitiva el cargo es de la gremial madre, no es el presidente del SUL por sí quien debe tomar las decisiones, las debe compartir quien de alguna manera lo nombró. Aparentemente eso no sucede.

Ahora que pasó el tiempo, yo voy a tener que decirle al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, que no era necesario ir a China y hablar con el principal comprador de lana para que le diga que lo que quiere son lanas finas. Hace 25 años que lo dijeron y nosotros lo ignoramos, y ahora Mattos fue a China y en el lanzamiento de la zafra ovina dijo que la presidenta de esa industria china quiere lana fina.

Frente a eso, yo puedo pensar dos cosas. Una que el ministro está muy mal informado, cosa que no creo; y lo otro que directamente está dedicado a otra cosa y que se lo tomó a la ligera porque él no se caracteriza por ser un destacado productor ovino. Tengo que pensar eso, y por otro lado, que el aval se lo dieron para que esa señal clara que venía del exterior, acá en Uruguay la maquilláramos y mantuviésemos una orientación que solo nos condujo a donde estamos ahora, donde el costo es de 40 millones de kilos de lanas medias, y que al productor no le llegó la señal.

Ahora, si se miran los números de los organismos especializados, el Merino superó al Corriedale y parte de la majada del rodeo nacional está siendo absorbida por los ejemplares finos.

Tuvo que existir “un clavo” de cerca de 40 millones de kilos de un tipo de lana para que empezáramos a hablar de otra manera.

Lo correcto es mirar para adelante, ver qué se hace y operar de la mejor manera posible. Yo no me caracterizo por mirar hacia atrás, pero tampoco se puede ignorar lo que pasó o modificar los hechos para tratar de sacarse el lazo con las patas.

Tenemos una institución de los productores, dependientes de los principales gremiales del país que ignoraron, supongamos que con buena intención, la realidad que todo el mundo sabía.

Muchos dijeron que parte del problema se originó cuando Australia stockeó lana para la cual tenía solo dos alternativas: la prendía fuego o la trataba de comercializar de a poco. Optó por lo segundo, lo que motivó que los consumidores no tuvieran que comprar y stockear, esperando ver cómo Australia regulaba la venta.

Allí China empezó a elaborar lanas finas y se dio cuenta que las más gruesas no corrían para lo que ellos querían. Así empezó el gran cambio.

Lo otro tiene que ver con la producción de carne ovina, Uruguay siempre fue de segundo grado, nunca nuestro país le dio demasiada importancia.

En una reunión del SUL en Cerro Colorado, cuando yo ya hacía periodismo, se preguntó cuántos productores de carne había en Uruguay y sobraban los dedos de una mano, lo cual mostró el interés o énfasis que ponía nuestro país en ese rubro.

Vaya que los productores de carne se enojaban porque era un rubro ignorado. Muchas veces en las cajas de exportación le ponían carcasa de oveja vieja, y eso no es nuevo, se sabía, y yo lo hablé, pero se aceptaba eso que se hacía. Al mismo tiempo la tipificación de carne ovina duerme en algún cajón porque no se lleva adelante.

Todas esas cosas son realidad, no fuimos lo suficientemente prolijos para llevarlas adelante y pensamos que la manija del mercado la poníamos nosotros, que defendimos determinados tipo de intereses. Y está bien que la gente defienda sus intereses, lo que está mal es que las instituciones que representan a todos y buscan el bien general, tomen partido por algo, porque ahí se empieza a ensuciar la cancha y eso fue lo que sucedió. Esa es la realidad y no es invento mío. Podría dar nombres de gente que habló con mucha claridad hace muchos años, pero prefiero no hacerlo. Esa gente fue ignorada porque no querían verlo, y cuando nos dimos cuenta estábamos enterrados y hoy como salvoconducto le pedimos al presidente que en su próximo viaje a China intente colocar ese lote de 40 millones de kilos de lana.

La cuestión es no tratar de sacarse el lazo con la patas sino mirar para adelante, ver lo que hay que hacer y tratar de no cometer los errores que se cometieron. El error fue cometido, eso no es nuevo, nosotros lo hemos dicho muchas veces, pero en este caso particular, en el lanzamiento de la zafra ovina fue dibujado de otra manera, ignorando totalmente como diciendo “de esto ni hablamos”. No, no es así.

Horacio Jaume. | Diario Rural | Radio Rural.

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